El 70 por ciento del agua de Colombia es subterránea, y no la conocemos
A propósito del Día Mundial del Agua, que se conmemora el 22 de marzo, desde el área de Sistemas Naturales y Sostenibilidad de la Escuela de Ciencias Aplicadas e Ingeniería de EAFIT se llama la atención sobre la necesidad cuidar y estudiar los acuíferos.
En relación con este tema, la Universidad es patrocinadora y sede del VII Congreso Colombiano de Hidrogeología que se realizará entre el 20 y 24 de marzo y tiene el enfoque de “agua subterránea para el desarrollo sostenible”.

Hay cerca de mil pozos que acceden a las reservas acuíferas del Valle de Aburrá. Los cavan, principalmente, industrias que se surten del agua subterránea que sería —en un tiempo cada vez más cercano según los pronósticos— una alternativa ante la escasez del líquido. ¿Sabemos cuánta agua hay en nuestro suelo?, ¿la estudiamos?, ¿la cuidamos?
Marcela Jaramillo Uribe, jefa del pregrado en Geología de EAFIT (que cumple 40 años este 2023) y doctora en hidrogeología, ha dedicado su vida como profesional e investigadora a estudiar esas reservas. Con sus estudiantes de pregrado y posgrado ha analizado cómo se comportan esos depósitos, cómo se modifican sus niveles con las precipitaciones y los sectores de la región que la pueden estar nutriendo. En términos generales la pregunta es cómo se recargan los acuíferos.
Han encontrado, por ejemplo, que es posible que la lluvia que cae en el corregimiento de Santa Elena llegue a los depósitos del río Medellín y que las incidencias del cambio climático en el sistema afectan el volumen disponible. “Pero faltan recursos”, se lamenta la profesora eafitense ante la inmensidad de posibilidades y necesidades de investigaciones para generar conocimiento e impulsar políticas públicas que permitan proteger y aprovechar responsablemente este recurso.
“El 70 por ciento del agua de Colombia es subterránea y podría decir que no conocemos ni el 15 por ciento. En el Valle de Aburrá, por ejemplo, no sabemos cuánta de esa agua tenemos”, dice para recalcar la importancia del estudio hidrogeológico en la región.
Así se reserva el agua
Aunque la primera imagen mental que podría crearse cuando se habla de agua subterránea es la de lagunas o ríos bajo la tierra, Marcela Jaramillo aclara que no es así como se almacena. Lo que ocurre, dice, es que las rocas del subsuelo tienen poros o fracturas en su estructura. Parte de la lluvia que se filtra puede coger dos caminos. Uno es correr por las laderas o en paralelo también en el suelo y brotar en nacimientos. El otro es continuar hacia abajo y ubicarse en esos poros y en los espacios entre las rocas, convirtiéndose en un acuífero.
Otra de las maneras en las que se recargan estos reservorios es en la interacción con los ríos. De una forma ilustrativa la geóloga explica que el agua de las corrientes fluviales se comunica a través de las paredes con esas reservas. “Cuando el río lleva mucha agua se la entrega al acuífero con el que está en contacto y estos se la devuelven en tiempos en los que el nivel del río desciende”.
Hay zonas, sin embargo, en las que las rocas o el clima no son aptos para que existan acuíferos. Por eso es común en algunas zonas del país ver en ciertas épocas lechos secos. Lo mismo, advierte Marcela, podría ocurrir con algunas de las quebradas del Valle de Aburrá.
Esas recargas se ven afectadas por varios factores. La canalización de los ríos, por ejemplo, interrumpe la conexión entre el cuerpo de agua y los acuíferos; el cambio climático con el aumento de temperatura acelera la evaporación de las gotas; la eliminación de la capa vegetal obstruye el filtrado de la lluvia, así como el uso excesivo de pavimento.
Hay, no obstante, mucho por estudiar. Investigadores eafitenses, por ejemplo, están indagando por los reservorios que existen en el bosque seco tropical de la Tatacoa. ¿En un ambiente en el que llueve tan poco cómo se nutren las piscinas de ese desierto?, ¿se trata de agua que aporta el río Magdalena? son preguntas que se están planteando.
En el caso del Valle de Aburrá uno de los principales proyectos en los que quisiera trabajar Marcela Jaramillo es la implementación de un tipo de tratamiento de agua al que se dedicó durante su doctorado. Se trata de un sistema especial que utiliza al acuífero como filtro y que podría ayudar a filtrar y convertir en potable el agua de los ríos de la región. En cuanto a política pública, por otro lado, considera que lo ideal es que las autoridades encargadas de garantizar el acceso a ese recurso tengan la información necesaria para crear sistemas mixtos en los que puedan abastecer a la población, tanto con agua superficial como con subterránea. “Es un tema de gobernanza del agua”, concluye.
Mayores informes
Alejandro Gómez Valencia
Área de Contenidos – Departamento de Comunicación EAFIT
Teléfono: 574 2619500 ext. 9931
Correo electrónico: jgomez97@eafit.edu.co
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Última actualización
Abril 14, 2025