Juan Gonzalo tiene premio por su oído para la música del Magdalena

Enero 19, 2018

Juan Gonzalo Betancur Betancur, jefe del pregrado en Comunicación Social de EAFIT, ocupó el primer lugar en el Segundo Premio de Periodismo Río Magdalena. 

Su trabajo, un especial multimedia publicado en www.bajandoelmagdalena.com, muestra un recorrido lleno de sensibilidad para recoger imágenes, canciones e historias de los protagonistas de la música del Magdalena Medio.

Los ríos hacen su música. Cada uno a su manera, y con lo que encuentran a su paso: piedras, árboles, terreno quebrado, precipicios, tierra y taludes. Con notas a veces estrechas, tumultuosas y llenas de vértigo, y otras pausadas, imponentes y caudalosas, insuflan en quienes habitan sus riberas el amor por la música para la fiesta, para contar historias y plasmar sus culturas.

Esto fue lo que supo ver Juan Gonzalo Betancur Betancur, jefe del pregrado en Comunicación Social de EAFIT, al realizar una serie de recorridos por un trayecto de 1540 kilómetros en diferentes parajes del río Magdalena, una experiencia que plasmó en el sitio web www.bajandoelmagdalena.com y cuyo trabajo Las músicas del Magdalena Medio, lo hizo merecedor del primer puesto en el Segundo Premio de Periodismo Río Magdalena.

El 22 de diciembre de 2017, en la premiación del evento, cuyo organizador fue la Corporación Autónoma Regional del Río Grande de la Magdalena (Cormagdalena) con el apoyo Semana Sostenible, se reconoció en el especial multimedia presentado por el docente un trabajo que recoge audios, fotografías y textos en una plataforma dinámica para rescatar las músicas de la región del Magdalena Medio.

Alfredo Esteban Varela De la Rosa, director de Cormagdalena, señaló que "las letras bien escritas, las voces narrando historias, los videógrafos transmitiendo con imágenes, los blogueros dando opiniones. Eso tiene un valor que traspasa las fronteras, porque nos regalan a todos los colombianos y al mundo entero las narrativas, las realidades y las percepciones en las que nuestro río, quienes habitan su cauce y quienes viven de él son protagonistas".

El río Magdalena, uno de los cuerpos de agua más imponentes de la geografía colombiana, baña a 724 municipios y une a 19 departamentos. Las poblaciones por las que pasa suman el 77 por ciento de la población nacional y a sus orillas se genera el 80 por ciento del producto interno bruto de Colombia.

"El Magdalena recoge la esencia de la nación. Colombia no sería tal sin el río. Hasta hace 40 años, este era la principal arteria de comunicación. Allí está gran parte de la historia de varias regiones del país, desde la época precolombina, pues hay mucha riqueza arqueológica debido a la cantidad de pueblos indígenas que habitaron cerca. Además, las grandes capitales —Bogotá, Medellín, Bucaramanga, Tunja— se conectaban a través del río, y por este se crearon una serie de procesos económicos, sociales y culturales que configuraron la nación", resalta Juan Gonzalo.

Esa certeza, adquirida a través de las lecturas de historia y geografía en su juventud, explica por qué este hombre citadino, cuyo nacimiento se dio a kilómetros del Magdalena, y protagonista de una existencia alejada de sus aguas, siente una atracción tan fuerte por el mismo.    

El jurado del Segundo Premio de Periodismo Río Magdalena, conformado por Cecilia Rodríguez, exministra de Ambiente; Diana Vargas, asesora en temas ambientales de Cormagdalena; y Carolina Urrutia, directora de Semana Sostenible, otorgó el segundo lugar al periodista Carlos Mario Jiménez, del diario El Pilón, de Valledupar, por el trabajo Miremos el río Cesar. El tercer lugar fue para el periodista Paul Alzate por la crónica Río Magdalena, constructor de ciudades, emitida en el programa De Mentes Abiertas del canal Televisión Regional de Oriente.

Herencia musical

Para Juan Gonzalo, la música habla de la configuración poblacional y territorial del río. En el trabajo ganador se concentró en la región del Magdalena Medio, comprendida entre Honda (Tolima) y El Banco (Magdalena).

"Son cerca de 540 kilómetros de una región que se configuró, durante el siglo XX, por muchas personas que llegaron allí huyendo de La Violencia y buscando futuro. Además, allí está la zona de Barrancabermeja y el petróleo, por lo que se formaron enclaves económicos muy importantes. Eso se ve reflejado en la música: allí hay cumbia, vallenato, música de tambora, guasca y carrilera (que son más de la región cafetera), entre otros", manifiesta el profesor.

El trabajo muestra cómo la música refleja el poblamiento y la resistencia a la guerra. En el capítulo La valentía de los oprimidos, Juan Gonzalo menciona dos producciones musicales del Magdalena Medio que cuentan La Violencia a través de los cantos.

En sus escritos y fotografías encuentran voz desde los decimeros y compositores de la música popular, cuyas historias había empezado a abordar en 2003 en el libro Los olvidados–Resistencia cultural en Colombia, publicado por la Universidad Autónoma de Bucaramanga, en donde dictaba clases y ejercía la investigación, hasta las voces más recientes del rap, el hip hop y la música norteña.

"El trabajo evidencia no solo que la composición poblacional del río ha ido cambiando, y eso se ve reflejado en la música, sino también que esta última encarna la esencia del trópico: gente de tierra caliente en donde la música es muy importante para la fiesta, para compartir, y para dar forma a relatos que hablan de costumbres y tradiciones. Las canciones son pequeñas crónicas, y los juglares, cantores y compositores son cronistas de su tiempo", concluye el jefe del pregrado en Comunicación Social de EAFIT.

Desde cantores, juglares y compositores populares hasta exponentes actuales del rap y el hip hop protagonizan las historias del profesor Juan Gonzalo Betancur.

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Desde cantores, juglares y compositores populares hasta exponentes actuales del rap y el hip hop protagonizan las historias del profesor Juan Gonzalo Betancur.

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Pilar Quintana obtiene, con la novela La Perra, el Premio Biblioteca de Narrativa Colombiana

Enero 23, 2018

La escritora fue seleccionada, el martes 23 de enero, como ganadora de la cuarta edición del galardón que entregan EAFIT, Grupo Familia y Caracol Televisión para reconocer y estimular la producción y publicación de obras literarias en Colombia. 

El jurado destacó, entre varias cualidades, el pulso firme de la autora “que se manifiesta en su capacidad de mantener el tono durante 108 páginas, sin una sola caída a lo largo de toda la narración”.

En este libro las tragedias no son pequeñas o grandes. No son viejas o frescas. Propias o ajenas. En este libro la tragedia es tan vital como mortuoria y puede gestarse en acciones aparentemente intrascendentes. En este texto la autora Pilar Quintana parece verter rápida y sigilosamente una historia que envuelve al lector en una corriente que lo lleva, sin pausa, hasta la última línea. Este libro es La perra, obra ganadora de la cuarta edición del Premio Biblioteca de Narrativa Colombiana (PBNC) que entregan EAFIT, Grupo Familia y Caracol Televisión.

El anuncio se hizo la noche de este martes 23 de enero en el Auditorio Fundadores de la Universidad, en una ceremonia en la que el escritor peruano Alonso Cueto, presidente del jurado, leyó el acta. En el documento se valora de esta novela “ante todo, la gran economía y calidad literaria de la prosa; su capacidad de mostrar una extraordinaria opresión en medio de una gran apertura e inmensidad geográfica. El libro se lee sin pausa y su historia confluye hacia la descripción sin estridencias retóricas de un pequeño drama que se relata de manera serena, firme y luminosa”.

Pilar resume la historia de su libro como una "novela que transcurre en el Pacífico colombiano. Se trata de una mujer que está llegando a los 40 años de edad y no ha podido tener hijos. Entonces decide adoptar una perrita y empieza a través de su relación con la perra a vivir un poco su maternidad frustrada. Cuando escribo intento resolver preguntas y creo que la pregunta que tenía era si es incondicional el amor de las madres".

Además de La Perra, Pilar Quintana también es autora de las novelas Cosquillas en la lengua, Coleccionistas de polvos raros, Conspiración iguana, y de la colección de cuentos Caperucita se come el lobo. En 2007 fue seleccionada por el Hay Festival entre los 39 autores latinoamericanos menores de 39 años más destacados y ganó el Premio de Novela La Mar de Letras por Coleccionistas de polvos raros.

El PBNC, que ahora suma la escritora a su palmarés, es un galardón que, en esta ocasión, convocó obras publicadas entre el primero de noviembre de 2016 y el 30 de octubre de 2017, y cerró la convocatoria tras recibir 80 títulos. Para Héctor Abad Faciolince, gestor del reconocimiento, el Premio se está convirtiendo en un certamen de referencia para poner la buena literatura colombiana en el radar de los lectores. "Creo que nosotros lo venimos consiguiendo con la ayuda del gran trabajo de la Biblioteca de la Universidad EAFIT y gracias al generoso esfuerzo económico de los patrocinadores ", aseguró el escritor.

Como parte del reconocimiento, la autora recibió un diploma, una obra del escultor colombiano Hugo Zapata y la suma de 40 millones de pesos colombianos. Los otros dos escritores fueron Humberto Ballesteros con Juegos de memoria, y Andrés Mauricio Muñoz con Hay días en que estamos idos. Ambos recibirán un diploma y la suma de 5 millones de pesos colombianos.

Alonso Cueto comentó en su discurso sobre las obras finalistas que "en sus libros, los participantes de este concurso cuentan historias que trascienden, historias que quedan con nosotros, historias que vienen de alguna zona secreta y esencial de la realidad que perciben, por eso las decisiones de nosotros como miembros del jurado han sido muy difíciles. Sin embargo, nos sentimos muy estimulados porque percibo en unos escritores colombianos un compromiso genuino por escribir de la manera más intensa, más potente y más perdurable que pueden encontrar como un reflejo de su relación con el mundo".

Además de Alonso Cueto, presidente, el jurado en esta oportunidad estuvo conformado por Ricardo Sierra Fernández, presidente de Celsia; la exdirectora de la Biblioteca Nacional de Colombia, Ana Roda Fornaguera; la académica Sonia López Franco, jefa del Departamento de Humanidades de EAFIT; y el también escritor Mario Jursich Durán.

Leila Guerreiro y Juan Villoro son otros escritores que han presidido el jurado de este Premio que, en sus ediciones anteriores, se entregó a Juan Esteban Constaín, por su obra El hombre que no fue jueves (2014); a Andrés Felipe Solano por Corea: apuntes desde la cuerda floja (2015); y a Patricia Engel por Vida (2016).

Juan Luis Mejía Arango, rector de EAFIT, consideró que uno de los puntos a valorar del Premio de Biblioteca de Narrativa Colombiana es hacer manifiesta la vitalidad en la creación que está gozando la literatura del país.

Acta del jurado del IV Premio Biblioteca de Narrativa Colombiana

Reunidos en la Universidad EAFIT, a 22 días del mes de enero de 2018, estando presentes Alonso Cueto, como presidente del jurado, Ana Roda, Ricardo Sierra, Mario Jursich, Sonia López y Héctor Abad Faciolince (este último con voz, pero sin voto en las deliberaciones) resolvieron conceder –por mayoría– el Premio Biblioteca de Narrativa Colombiana 2018 al libro La perra, de Pilar Quintana.

El jurado valora en esta novela, ante todo, la gran economía y calidad literaria de la prosa; su capacidad de mostrar una extraordinaria opresión en medio de una gran apertura e inmensidad geográfica. El libro se lee sin pausa y su historia confluye hacia la descripción sin estridencias retóricas de un pequeño drama que se relata de manera serena, firme y luminosa. La misma conclusión de la nouvelle, que era difícil de alcanzar sin sobresaltos, se resuelve con sencillez y maestría. El pulso firme de la narradora se manifiesta en su capacidad de mantener el tono durante 108 páginas, sin una sola caída a lo largo de toda la narración. Quintana recrea el ambiente de un pequeño poblado en el Pacífico colombiano en el que de manera natural van surgiendo los elementos que conducen a la tragedia íntima del personaje. Es una novela que parece escrita sin esfuerzo, de tan natural y real que resulta, y que deja un recuerdo hondo y preciso, cargado de belleza, de anhelos y de dolores humanos.

La decisión del jurado, tomada por mayoría, indica que los otros dos libros finalistas, Juegos de memoria, de Humberto Ballesteros, y Hay días que estamos tan idos, de Andrés Mauricio Muñoz, reúne también calidades literarias que los habrían hecho merecedores del galardón, razón por la cual el jurado recomienda enfáticamente su lectura.

Los escritores con los niños de la Fundación Grupo Familia

La mañana del martes 23 de enero la Fundación Grupo Familia y EAFIT abrieron, por primera vez, un espacio para acercar a los usuarios de las bibliotecas Grupo Familia en un conversatorio en el que compartieron con los tres finalistas al IV Premio Biblioteca de Narrativa Colombiana. Allí, Humberto Ballesteros, Andrés Mauricio Muñoz y Pilar Quintana pudieron compartir con niños y jóvenes que han trabajado para convertirse en futuros escritores, resolviendo sus preguntas y permitiéndoles acercarse más al mundo literario. Los autores recibieron de los participantes los textos ganadores del concurso Cartas y Cuentos, como un ejemplo del trabajo y del interés que tienen por mejorar sus destrezas y hacer parte de las dinámicas de la escritura.

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​El Premio Biblioteca de Narrativa Colombiana se entrega en el desarrollo de las actividades de Hay festival en Medellín. En la imagen Pilar Quintana, ganadora de la cuarta edición. Foto: Róbinson Henao.

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Producción académica de la Universidad es reconocida por la Editorial EAFIT

Diciembre 11, 2018

Son 33 títulos publicados a lo largo del año 2018, los que ya hacen parte de la producción académica del sello universitario. 

La Editorial EAFIT cierra el año con el reconocimiento a sus distintos autores y principales investigaciones, quienes el lunes 10 de diciembre recibieron la entrega del primer ejemplar.

Con 32 títulos la Editorial EAFIT cierra uno de sus años más prolíficos en materia de publicación de libros y obras académicas, con lo que reconoce la producción investigativa de científicos y docentes eafitenses adscritos a las distintas escuelas y centros de estudio. 

“El conocimiento, el descubrimiento y la creación que aquí se transmite y se crea es vigoroso y vital. La publicación de estos libros significa un voto de confianza por parte de los autores que han querido que su obra lleve el sello de la Editorial EAFIT. Es un legado que cada autor deja, no solo a la Universidad, sino al país y a la humanidad”, dice Mauricio Perfetti del Corral, vicerrector de Descubrimiento y Creación de la Institución. 

Las publicaciones son fruto de la producción intelectual de los expertos de la Universidad, docentes y estudiantes de posgrados, que ahora integran sus obras a la colección general de la Editorial, que reúne los más recientes estudios en campos como la administración, la economía, la ingeniería, el urbanismo, el derecho, la cultura, los idiomas y las humanidades.  

“Con estas publicaciones vemos cómo crece la producción académica de la Universidad, pues hay más temas y más escuelas vinculadas, y eso nos habla ya de una academia vigorosa y muy productiva que cree en la publicación de pápers y en la publicación de libros”, señala Claudia Ivonne Giraldo Gómez, jefa de la Editorial EAFIT. 

Esta vendimia editorial es el resultado de los procesos de investigación en las diversas escuelas de conocimiento de la Universidad y sus estudiantes de maestrías, además de los expertos de unidades de investigación como el Centro de Análisis Político, el Centro de Estudios Urbanos y Ambientales (Urbam) y el Centro de Estudios Asia-Pacífico, que también contaron con sus publicaciones para dar a conocer su producción intelectual e investigativa. 

“La publicación significa una oportunidad de construir un diálogo. Es una forma de acercarnos a unas dinámicas urbanas que, por lo general, no es trabajada por los arquitectos o la planificación tradicional. Este libro hace parte de la colección académica que Urbam viene apoyando, precisamente, con esas miradas multidisciplinares y holísticas que debemos tener sobre la ciudad y el territorio”, expresa Natalia Castaño Cárdenas, investigadora eafitense y autora de Barrios que cuelgan de la montaña, trabajo que realizó para la maestría en Paisaje, Medio Ambiente y Ciudad, de la Universidad de la Plata (Argentina), en 2015. 

De esta manera, con la presentación de diversos títulos, la Editorial EAFIT contribuye a la divulgación y la circulación de obras significativas dentro del acervo académico producido en la Universidad. Con esto busca incentivar, además, la producción intelectual, científica y cultural en la misma. Para los editores, es una oportunidad para que investigadores puedan publicar sus estudios. 

“La publicación es un momento muy importante en la vida del investigador y el docente. Creo que es darle vida al trámite de preguntas, hipótesis o planteamientos que han estado acompañando a un grupo de investigación o un profesor. Ver materializado un texto es un momento que honra profundamente el quehacer intelectual y académico. Que la Universidad tenga una editorial, indudablemente, cierra el ciclo de una manera muy virtuosa, en el sentido de honrar lo que hoy postula: ser una Universidad de docencia con investigación”, expresa Adolfo León Maya Salazar, docente del Departamento de Gobierno y Ciencias Políticas, y coautor en el libro Piedra, Papel y Tijera. Horacio Rodríguez Márquez. 

Desde su creación y tras 22 años de existencia, la Editorial EAFIT ha publicado cerca de 600 títulos y más de 400 autores en sus distintas colecciones literarias. Actualmente, la colección académica en su catálogo 2018 cuenta con más de 140 títulos.

Obras académicas 2018 

Gobernanza global y justicia social. Autora: Gina María Giraldo Hernández. Escuela de Administración.

El conocimiento cultural de las emociones en los encuentros de servicio. Autor: Carlos Mario Uribe Saldarriaga. Escuela de Administración.

Hacienda Pública en Tiempos de Guerra. Antioquia, 1808 – 1820. Autor: Juan Sebastián Marulanda Restrepo. Escuela de Administración.

Atanores y almenaras. La construcción de los servicios públicos, Medellín – Colombia. Autor: Juan Carlos López Díez. Escuela de Administración.

Estadística descriptiva para datos categóricos. Autores: Maribel Serna Rodríguez y Julián Alberto Pareja. Escuela de Economía y Finanzas.

Clínica del trabajo, el malestar subjetivo derivado de la fragmentación. Autor: Johnny Javier Orejuela. Escuela de Humanidades.

El Psicoanálisis – La Educación. Sus articulaciones. Autor: Ulises Orestes Cuéllar Bermúdez. Escuela de Humanidades.

Control de cambios. Ejercicio de escritura creativa. Autor: Efrén Giraldo. Escuela de Humanidades.

Rigor y vigor en los estudios de gobierno y políticas públicas: Diseño, análisis y exposición. Autores: Adolfo Eslava, Carlos Andrés Olaya, Germán Valencia Agudelo y Pablo Zapata Tamayo. Escuela de Humanidades.

Las cadenas de la subjetividad, un estudio de los dispositivos de control de la vida social. Autora: María Rocío Arango. Escuela de Humanidades.

Géneros sin orillas. Cauces y deslindes en la literatura, el arte y el cine hispanoamericanos. Editoras académicas: Alejandra Toro Murillo y Pilar Álvarez Salamanca. Escuela de Humanidades.

Actualidad de la filosofía política. Autor: Iván Darío Arango. Escuela de Humanidades.

¿Cuál Estado para cuál ciudadanía? paradojas y disyunciones de la modernización del Estado en Colombia. Autora: Gloria Isabel Ocampo. Escuela de Humanidades.

Arqueología transmedia en América Latina: mestizajes, identidades y convergencias. Editores académicos Camilo Tamayo Gómez, Matthew Freeman y Esteban Morales Velásquez. Escuela de Humanidades.

El libro y la vida. Ensayos críticos sobre la obra de Héctor Abad Faciolince. Autora: Catalina Quesada y Kristine Vanden Berghe. Escuela de Humanidades.

Contribuciones de la Universidad a la agenda de La Habana. Autor: Jorge Giraldo Ramírez. Escuela de Humanidades.

De la pluma al internet. Editores académicos: Christoph Müller y Ricarda Musser. Escuela de Humanidades.

Reflexiones sobre el aprendizaje, la escuela y su contexto. Autores: Julián Fernando Gómez Lopera y Alexander Arbey Sánchez. Escuela de Humanidades.

Texturas. Autora: Sonia López. Escuela de Humanidades.

Intersticios de la memoria. Editoras académicas: Patricia Cardona y Liliana López. Escuela de Humanidades.

Nuevas piezas colombianas para la iniciación al piano. Autora: Angélica Toro Escuela de Humanidades.

Cantos para clarinete y piano. Autor: Juan David Osorio López. Escuela de Humanidades.

Geometric Modeling in computer – aided geometric design. Autores: Óscar Ruiz Salguero y Carlos Cadavid Moreno. Escuela de Ingeniería.

Guía para la adopción industrial de líneas de productos de software. Editor académico: Raúl Mazo. Escuela de Ingeniería.

Diseñar con luz y sentido. Autores: Luis Fernando Patiño Santa y Nathalia Franco Pérez. Escuela de Ingeniería.

Técnicas de modelos en el proceso de creación y diseño de productos. Autora: Alejandra María Velásquez Posada. Escuela de Ingeniería.

Seguridad ciudadana desde la Gobernanza Metropolitana, el caso del Valle de Aburrá. Autores: Laura Gallego Moscoso, Santiago Leyva y Juan Pablo Mesa Mejía.  Centro de Análisis Político EAFIT.

La alianza del Pacífico en los nuevos escenarios de integración en Asia Pacífico. Autores: Camilo Alberto Pérez, María Teresa Uribe Jaramillo, José Bernardo García, Adriana Roldán y Robert Scollay. Centro de Estudios Asia-Pacífico.

De El Edén al parque público. Autor: Juan Sebastián Bustamante. Centro de Estudios Urbanos y Ambientales- (Urbam).

Barrios que cuelgan de la montaña. Autora: Natalia Castaño Cárdenas. Centro de Estudios Urbanos y Ambientales (Urbam).

Piedra, Papel y Tijera. Horacio Marino Rodríguez Márquez. Autor: Juan Camilo Escobar Villegas. Extensión Cultural.

Welcome! an introduction to english language. Editoras académicas: Sandra Gaviria y Marcela Palacio. Idiomas EAFIT. 

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​La Escuela de Humanidades es la de mayor producción editorial con 17 títulos en 2018. Cuenta con investigaciones especializadas en temas como música, literatura, psicología y ciencias políticas, entre otros.
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Hay un mapa para recorrer el estado del periodismo local colombiano

Febrero 26, 2018

La Flip y EAFIT prepararon un informe en el que se muestra el estado del ejercicio periodístico en el país durante el posacuerdo. 

De 662 municipios mapeados hasta la fecha, 388 son catalogados como en silencio, es decir, sin condiciones para dar a conocer noticias locales.

Hacer la cartografía de los medios y el periodismo local en Colombia es poner en evidencia los síntomas que aquejan al país en materia de corrupción, violencia, y poder económico y político. Esa fue una de las grandes conclusiones del proyecto Cartografías de la Información, adelantado desde 2015 por la Fundación para la Libertad de Prensa (Flip) en las regiones llamadas a ser protagonistas del posacuerdo tras haber sido las más golpeadas por la violencia, cuyos resultados se presentarán en EAFIT. 

Este ejercicio, en el que participaron investigadores de la Universidad, tiene la intención de conocer las condiciones bajo las que se ejerce el periodismo en el país y para eso se han mapeado 662 municipios de los 1122 que existen en el territorio nacional. De estos, los investigadores han visitado 107 para fortalecer el trabajo de recolección de información, basado en datos entregados por organismos estatales y, posteriormente, en la realización de encuestas y entrevistas a periodistas de las localidades. 

Uno de los hallazgos fue, en palabras de Camilo Andrés Tamayo Gómez, coordinador de la especialización en Comunicación Política de EAFIT y quien dirigió la investigación en Antioquia, “que en términos de acceso a la información el alarmante estado del periodismo local colombiano no se reduce solo al conflicto. El proyecto establece que hay otros procesos relacionados con corrupción, cooptación a medios locales por parte de ciertos grupos empresariales y poca capacidad del Gobierno para generar democracia, en algunas regiones”. 

Y es que de los municipios mapeados, 388 son considerados zonas en silencio, es decir, en las que no hay medios de comunicación o, en caso de existir, no cuentan con espacio propio de noticias locales. De otro lado, 179 se categorizaron como con información insuficiente (existe al menos un medio de comunicación con producción informativa propia y una buena cobertura municipal) y 95 con información suficiente (más de un medio de comunicación que cumple las anteriores dos condiciones). 

Frente a esas cifras, la Flip llama la atención sobre el peligro de extinción que enfrenta el periodismo local en Colombia, y resalta el conflicto armado como una de las principales causas para que, por muchos años, se viera obstaculizada la creación de nuevos medios y se presentara el cierre y la desaparición de otros, por causa de amenazas, presión constante y demás riesgos para el ejercicio periodístico.  

No obstante, la violencia fue una protagonista menos evidente en otros territorios en los que, de acuerdo con Jonathan Bock, coordinador del Centro de Estudios de Libertad de Expresión de la Flip, las condiciones propias de cada localidad fueron las causantes del lento proceso de construcción de espacios informativos. Se trata de poblaciones en donde no hay una economía con fuerza que permita crear y sostener medios de comunicación, a través de figuras como la pauta publicitaria. 

“En otras ocasiones —afirma Jonathan Bock— fue un asunto cultural: la gente se acostumbró a estar pendiente de lo ocurrido en las ciudades grandes cercanas y no desarrolló una infraestructura propia de noticias locales. En Antioquia es normal que las personas de muchos municipios estén muy enteradas de los hechos en Medellín, pero no sepa sobre lo sucedido en su región más inmediata. Esto es aceptado por la ciudadanía. Muchos no lo ven como un déficit y les interesa más saber lo acontecido en el ámbito nacional o departamental”. 

En Urabá, por ejemplo, municipios como Chigorodó y Vigía del Fuerte no producen información local, a pesar de contar con medios comunitarios. Según Jorge Iván Bonilla Vélez, profesor de la especialización en Comunicación Política de la Universidad y quien colaboró con el análisis de los datos, los habitantes de esas localidades consumen televisión abierta y se informan de lo que pasa a través de los canales nacionales. 

Para el docente, la violencia no es la única que ha frenado la creación de canales de información noticiosa: “algunos medios escritos surgieron en la época más álgida del conflicto armado en Apartadó. El tema del silenciamiento o la emergencia de medios locales en el país se asocia a las dinámicas del conflicto armado, pero también a otras de acceso a recursos, organización social, etc.”, señala.  

Periodismo local 

El análisis en los municipios antioqueños empezó en 2017, cuando una alianza entre la Flip y la especialización en Comunicación Política de EAFIT permitió a Camilo Andrés Tamayo, con asistencia de Juan Escobar García, estudiante del pregrado en Ciencias Políticas de la Universidad, trabajar en conjunto con la Flip en cinco de las nueve subregiones (Valle de Aburrá, Occidente, Oriente, Norte, Nordeste, Bajo Cauca, Magdalena Medio, Suroeste y Urabá). 

“Las características del ejercicio informativo durante el conflicto armado fueron la autocensura, por temor a los grupos armados, y un interés muy grande por parte de los medios de comunicación oficiales de cooptar a los medios pequeños. Por ejemplo, medios de las Fuerzas Armadas usaban otros para reproducir los boletines de prensa del Ejército y la Policía, lograr militarizar a la sociedad civil de algunos municipios y hacer que tomaran posición a favor de los militares, como estrategia para ganar la guerra”, explica Camilo.  

El docente asegura que el periodismo ayudó a resistir la guerra y generó procesos de organización, reuniones de paz, entre otras iniciativas para tratar de blindar a la sociedad civil contra los embates de la guerra en zonas de todo el país, especialmente en Caquetá, Putumayo, Nariño, Sucre y Bolívar. 

Hoy, en época de posconflicto, hay otras dinámicas: muchos medios quieren construir la memoria de lo que pasó durante el conflicto, algo imposible de hacer visible en el pasado por causa del mismo. Así lo manifiesta Camilo Tamayo, quien agrega que “esa es una de las cosas más interesantes surgidas en la implementación de los acuerdos en Colombia. Pero los medios locales también están conformando redes de comunicación para hacer mejor su trabajo y generar información de calidad”. 

En el caso de Antioquia, se trata del departamento con mayor población en el ámbito nacional (2,75 millones de habitantes, según proyección del Dane a 2018, exceptuando Medellín y el área metropolitana). En dicho territorio, se identificaron cerca de 249 medios de comunicación con sede en las cabeceras municipales —50 por ciento emisoras, 25 por ciento canales de televisión, 21 por ciento impresos y 4 por ciento medios digitales—, de acuerdo con el informe Cartografías de la Información en Antioquia: acceso a la información, libertad de prensa y periodismo local en tiempos de posconflicto

En 29 de los 115 municipios mapeados en territorio antioqueño existen medios con adecuada información local. Este es el departamento del país con mayor cantidad de medios cuya parrilla de programación incluye informativos locales (157), seguido por Norte de Santander y Nariño (65 y 62, respectivamente). 

En los municipios categorizados como en silencio, Jorge Iván Bonilla advierte que sus habitantes son ciudadanos con una participación precaria en la esfera pública, “pues no hay información suficiente para tomar decisiones o aclimatar el diálogo y la conversación colectiva. Son municipios con una débil o nula información de sí mismos, de lo que pasa en el territorio”. 

Tal desconocimiento de la información local termina generando, en opinión de Jonathan Bock, coordinador del Centro de Estudios de Libertad de Expresión de la Flip, apatía e inconformismo por el hecho de no poder generar comunicación ni debate público a partir de ciertos hechos. 

“Todo se reduce a comunicación informal: el rumor y la conversación. No se generan espacios reales para la deliberación sobre asuntos locales, pues existen otras formas de comunicación como el perifoneo, o las reuniones en tiendas, billares y parques. Eso hace parte de la cultura colombiana, y se acentúa más en ciertas regiones”, concluye Bock. 

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​El proyecto Cartografías de la información busca dar a conocer, entre otras realidades, las condiciones económicas y laborales de medios y periodistas en el país. En la imagen Camilo Tamayo, investigador eafitense que participó en el estudio.

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La guerra de la gente sin nombre, multimedia en pro de la reconciliación

Mayo 8, 2018

EAFIT presentó este especial periodístico multimedia que facilita el intercambio de videocartas entre excombatientes de las Farc y ciudadanos que no han sufrido de manera directa el conflicto armado.

El proyecto, con apoyo de la Universidad Bath Spa (Reino Unido), hace parte de la fase Desarmados Caquetá que nació como trabajo de grado de la maestría en Comunicación Transmedia.

Mientras el país se aleja del remolino de la guerra entre el exgrupo guerrillero Farc y el Gobierno, y se navega hacia aguas más calmas, se requieren espacios de comunicación para el diálogo y la reflexión que permitan conocer, sin alentar el odio y la polarización, lo acontecido durante casi seis décadas de ese conflicto. Esa es, precisamente, una de las posibilidades que se pretende ofrecer con el especial periodístico multimedia La guerra de la gente sin nombre, que se realizó gracias al apoyo de EAFIT y The Centre for Media Research, adscrito a la Universidad Bath Spa (Reino Unido)

El especial es una muestra de la participación de la academia en la creación de esos espacios, a través de proyectos alternativos de comunicación como Desarmados, en el que se publicó el especial periodístico y cuyo objetivo es permitir al país y al mundo no solo escuchar las voces de víctimas, soldados del Ejército y excombatientes rasos de la guerrilla, sino también establecer canales de diálogo entre ellos y la ciudadanía, en especial aquellas personas cuyas vidas no fueron tocadas directamente por el conflicto.

La guerra de la gente sin nombre hace parte de la fase Desarmados Caquetá. Desarmados, proyecto nacido de un trabajo de grado de la maestría en Comunicación Transmedia de EAFIT, y que se ha granjeado el apoyo de los ministerios de Cultura y de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, ha permitido tender puentes entre estudiantes de diversas universidades de Antioquia (Corporación Universitaria Lasallista, Universidad Católica de Oriente, Universidad de Antioquia y EAFIT), y exguerrilleros de las Farc, a través del intercambio de videocartas.

Camilo Andrés Tamayo Gómez, coordinador de la especialización en Comunicación Política de EAFIT, señaló que con el proyecto se quiso generar, desde diferentes entradas periodísticas, espacios de reconciliación y reconocimiento entre quienes hicieron parte de la guerra y los civiles, una plataforma de encuentro para el reconocimiento mutuo.

Como un aporte a la implementación de los acuerdos de La Habana (Cuba), este ejercicio de comunicación se llevó a cabo con cerca de 200 exguerrilleros que habitan, desde hace más de un año, el Espacio Territorial de Reincorporación y Capacitación Héctor Ramírez, ubicado en la vereda Agua Bonita, en el municipio de Montañita, Caquetá.

La intención detrás de este esfuerzo, de acuerdo con Paola Morales Escobar, comunicadora social-periodista y cocreadora de Desarmados, es generar también una gran conversación nacional con quienes no han vivido de cerca el conflicto, con el fin de permitirles conocer de cerca la historia reciente del país y, de esa manera, aportar a la no repetición de los errores históricos que dieron forma al enfrentamiento.

La imagen que muchos colombianos tienen de los excombatientes de las Farc es borrosa pues, según Paola, "no comprendemos realmente quiénes son o de dónde vienen estas personas que hacían parte de la guerrilla más poderosas del mundo. Pero nuestra intención no es contarlo de manera explícita, sino que la gente se vaya dando cuenta a través de este material, obtenido a través del intercambio de correspondencia".

Por eso, aunque muchas preguntas formuladas por los jóvenes en sus cartas y videos buscaron conocer más a fondo las motivaciones, características y consecuencias de la guerra, otras indagaron por gustos musicales, sueños, platos favoritos y temores, en un afán por humanizar y poner nombre a quienes hasta ahora no habían pasado de ser cifras en un noticiero o a ser escuchados solo a través de las palabras de Luciano Marín, alias ‘Iván Márquez’, y demás voceros del grupo.

Otros jóvenes, como Ana María Mejía y sus compañeras, quienes cursan el pregrado de Comunicaciones en la U. de A., fueron más allá e hicieron un llamado a los otrora subversivos para recordarles la tarea compartida de preservar la paz. Tras ofrecerles su apoyo, la estudiante agregó que "ustedes, como nosotros, tienen una responsabilidad con las futuras generaciones para educarlas y sensibilizarlas en temas relacionados con el conflicto armado. Esperamos que en algún momento se sientan plenos de vivir, sin ataduras, fantasmas o remordimientos".

Nuevos rostros

Este esfuerzo colectivo por tender puentes, en el que rostros, historias y nombres se empiezan a materializar fue titulado, aunque suene a paradoja, como La guerra de la gente sin nombre: correspondencias para emprender un nuevo viaje, y en su primera fase se aseguró de entregar 16 videocartas a los excombatientes de Caquetá.

El título, en palabras de Camilo Tamayo, es un llamado de atención a una sociedad que desconoce y no ha nombrado a quienes combatieron durante más de cincuenta años contra el Estado, personas cuyas primeras reacciones al recibir los mensajes fueron de sorpresa, pues reconocieron en este gesto no solo la señal de una sociedad cada vez más preparada para aceptarlos, sino también la oportunidad de hacer públicas sus voces.

El docente recordó que "ellos sintieron alegría al escuchar sobre un grupo de estudiantes con deseos de conocerlos más allá de sus facetas como guerreros. En estas cartas vieron una prueba de que empiezan a ser aceptados de nuevo en la sociedad. Tienen un gran deseo de reincorporarse y vislumbraron una opción de empezar a generar vínculos con los colombianos que no saben nada sobre ellos".

Por eso se abren también en sus respuestas, y logran, con sus palabras e invitaciones a visitarlos, alimentar en los jóvenes la llama de la curiosidad por conocerlos y desvelar su imagen, hasta ahora estigmatizada y rodeada de prejuicios.

Palabras como las de Olmedo Vega, excombatiente de las Farc, quien reconoce que "este período marcado por el conflicto ha dejado demasiadas secuelas en la sociedad. Esas son las que estamos llamados todos a superar, y a entender que hay una necesidad prioritaria: la reconciliación de la familia colombiana, el perdón".

Olmedo, quien aseguró haber nacido bajo un árbol de totumo, a la orilla de una quebrada en el departamento del Caquetá, añadió que, como él, muchas personas participaron en esta confrontación motivados por condiciones específicas que los llevaron a tomar la "dolorosa y triste decisión" de alzarse en armas.

Paola Morales, por su parte, anunció que la fase siguiente del proyecto Desarmados, los llevará a trabajar con tres comunidades del Caribe colombiano, en donde promoverán también la reconciliación a través del intercambio de mensajes con víctimas de la violencia.  

Sus palabras no dejan duda acerca de la fe que pone en esta iniciativa: "ya hemos visto a militares, guerrilleros y paramilitares estrecharse las manos y perdonarse, pero nosotros como sociedad no hemos podido hacerlo. Por eso necesitamos el reconocimiento del otro, para reconciliarnos. Obviamente, la violencia continúa, no solo en el narcotráfico sino también en ámbitos como el hogar y el colegio, pero lo que nos incumbe ahora en Desarmados es comenzar a tejer redes de diálogo y reflexionar sobre la violencia".

Interés mundial

Camilo Andrés Tamayo Gómez, coordinador de la Especialización en Comunicación Política de EAFIT, resaltó que a los recursos humanos, económicos y materiales aportados por EAFIT para la puesta en marcha de Desarmados Caquetá, se sumó una donación monetaria de la Universidad de Bath Spa, ubicada en Reino Unido, cuya contribución incluyó también conocimiento sobre el uso de nuevas tecnologías para mejorar procesos de reconciliación, a través de su Centro de Investigación en Medios Digitales. 

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​Desarmados, proyecto transmedia del Departamento de Comunicación Social de EAFIT que busca sensibilizar sobre las huellas de la guerra y la construcción de paz en Colombia, se presentó el 15 de marzo de 2017. La imagen corresponde a las jornadas de creación de Desarmados Caquetá.
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Eafitenses estudiaron el impacto de la comunicación transmedia en Colombia

Mayo 9, 2018

Investigadores del Departamento de Comunicación Social de la Universidad aportaron su conocimiento en una publicación británica que reúne experiencias narrativas transmedia en diferentes países. 

Transmedia Projects in Contexts of Armed Conflict and Political Change es el título del artículo que escribieron Camilo Tamayo y Mauricio Velásquez y que hace parte del libro Global Convergence Cultures: Transmedia Earth.

El papel de la comunicación transmedia en 12 países diferentes y su impacto en comunidades afectadas por el conflicto armado, como en el caso colombiano, comprendió un reciente estudio de los investigadores Camilo Andrés Tamayo y Omar Mauricio Velázquez, del Departamento de Comunicación Social de EAFIT, publicado en el libro Global Convergence Cultures: Transmedia Earth. 

Esta publicación, realizada por la editorial británica Routledge, es promovida por los reconocidos investigadores William Proctor, profesor de la Universidad de Bournemouth, y Matthew Freeman, director del Centro de Investigación de Convergencia de Medios, de la Universidad Bath Spa, ambas instituciones en Reino Unido. 

En este libro se reúne una serie de investigaciones que abordan el panorama global de la comunicación transmedia y su aplicación en los distintos contextos socioculturales, con el objetivo de promover estudios de vanguardia sobre la globalización de los medios, la cultura y la comunicación. Casos de países como Reino Unido, España, Portugal, Francia, Japón, India, Rusia, Estonia y Brasil hacen parte del análisis de la editorial académica. 

“Se trata de cómo las narrativas transmedia son apropiadas a cada contexto particular. Nos dimos cuenta de que somos uno de los primeros países que está desarrollando muy fuertemente la transmedia para la movilización social, es decir, en el contexto global una de las características de lo que hacemos es integrar los proyectos transmedia a las problemáticas sociales, culturales y políticas que vivimos en Colombia”, señala Camilo Tamayo Gómez, especialista en ciudanías globales y doctor en Ciencia Política y Estudios Internacionales de la Universidad de Huddersfield (Reino Unido). 

Para los expertos, la narrativa transmedia, si bien es una estrategia ligada a la producción de contenidos multimedia y al marketing digital, en los diferentes países del mundo se está haciendo un uso distinto de esta, aplicando estas herramientas a las necesidades particulares de los proyectos socio-políticos. Un ejemplo de esto es Desamardos, un proyecto que nació como trabajo de grado de la Maestría en Comunicación Transmedia de EAFIT, que busca, entre sus objetivos, establecer canales de diálogo entre actores del conflicto en Colombia, y entre estos y la ciudadanía. 

En relación con el libro editado en Reino Unido, para el caso colombiano los docentes eafitenses publicaron el estudio titulado Transmedia Projects in Contexts of Armed Conflict and Political Change, que explora cómo los movimientos sociales y las víctimas del conflicto social armado implementan comunicaciones de acciones ciudadanas para exigir el cumplimiento de los derechos humanos y la seguridad dentro de sus comunidades.  

Para los investigadores eafitenses, el desarrollo de estas narrativas transmedia es clave para la cohesión social y contribuyen a la construcción de la memoria colectiva dentro de las distintas comunidades. Precisamente, uno de los proyectos que fueron analizados como parte del estudio, fue el numeral “noescomolopintan”, un laboratorio de medios desarrollado en el barrio La Loma (centro-occidente de Medellín), una de las zonas más afectadas por el conflicto armado desde la década de los ochenta. Los habitantes de este sector, acompañados por expertos de EAFIT, la Unidad de Víctimas y el Centro de Memoria Histórica, iniciaron un proyecto de comunicación transmedia que permitió generar lazos de solidaridad y reconocimiento en la comunidad local. 

“El componente transmedia de este proyecto social tenía una característica y es que estaba en un contexto de conflicto armado. Esto, de alguna manera, nos ponía a hablar de cuáles iban a ser esas estrategias alrededor de las negociones de paz, que también podían ser llevadas a proyectos de comunicaciones en un barrio. Cuando hablamos de transmedia, hablamos de esa permanente tensión entre las narrativas oficiales y las narrativas no oficiales creadas por las sociedades civiles, los ciudadanos y las víctimas”, dice Mauricio Velázquez Hurtado, magíster en Hermenéutica Literaria y profesor del Departamento de Comunicación Social. 

Uno de los objetivos de este proyecto de narrativa transmedia fue, precisamente, crear un relato no oficial sobre el conflicto, desde el punto de vista de las víctimas. Estrategias como invitar a la comunidad a discusiones públicas frente a la guerra y el desarrollo de cartografías, líneas de tiempo y fotografías dieron cuenta de las acciones de resistencia en medio del conflicto armado. 

De esta manera, explican los docentes eafitenses, las acciones colectivas y las narraciones transmedia juegan un papel importante en la movilización de la sociedad, al fomentar la formación de identidades políticas. “Existen unas comunidades suficientemente ávidas y dotadas de destrezas para comunicar desde sus propios entornos socioculturales. Han venido enfrentando la construcción de procesos de memoria, de reconocimiento y solidaridad alrededor de conflicto armado. Este es un caso, entre muchos que hay de tiempo atrás, que establecen modelos de comunicación en distintas plataformas”, concluye Camilo Tamayo, coordinador de la especialización en Comunicación Política

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El libro Global Convergence Cultures: Transmedia Earth abarca cuatro continentes y doce países, con autores como Carlos Scolari, Renira Rampazzo y Rosane Svartman. En la imagen Mauricio Velásquez y Camilo Tamayo.
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EAFIT y Tigo UNE, aliados por el uso responsable de las TIC

Julio 27, 2018

Ambas entidades diseñaron una estrategia para fortalecer el uso responsable y creativo de las tecnologías de la información y la comunicación en Colombia. 

Cerca de 30 personas, entre docentes y estudiantes de la Universidad, participaron de este proyecto de responsabilidad social empresarial y comunicación transmedia.

La conexión permanente a internet, la falta de comunicación en familia, la poca claridad al limitar los horarios de trabajo, el acoso en internet, el sexting (envío de mensajes sexuales,) fueron algunos fenómenos que llevaron a la Universidad EAFIT y a Tigo UNE a buscar propuestas para el uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). 

Con ese objetivo, un equipo interdisciplinario de 30 investigadores, docentes y estudiantes de EAFIT se propuso hallar formas creativas y responsables de usar las TIC, para aprovechar sus beneficios y mitigar los riesgos asociados a las mismas. Ese trabajo lo desarrollaron en el proyecto Conectados Contigo, que contó con el apoyo financiero de Tigo UNE y obedeció a un proceso de consultoría para diseñar una estrategia de responsabilidad social empresarial. 

La investigación, denominada Riesgos y potencialidades del uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación, tuvo siempre presente el enfoque comunitario y la experiencia de usuario como base para plantear las estrategias.  

"Lo bueno y lo malo de la tecnología no obedece a esta, sino al uso que hacemos de ella. Con este proyecto buscamos promover un uso creativo de las TIC en cualquier ámbito de la vida, muy asociado a formas innovadoras de mejorar tu trabajo, tus comunicaciones, tus necesidades de aprendizaje, y otras dimensiones. De otro lado, cuando hablamos de uso responsable, nos referimos a usarla de manera que no nos dañe a nosotros ni a nadie más", explica María Isabel Villa Montoya, coordinadora del centro de innovación e investigación MediaLab de EAFIT. 

La docente, e investigadora principal del proyecto, resalta el trabajo adelantado con diversos públicos (niños, jóvenes, adultos y adultos mayores) a través de una estrategia de comunicación transmedia en diversas plataformas interconectadas. Del proceso, que duró 13 meses y se desarrolló en tres fases, hicieron parte ingenieros, diseñadores, educadores, sociólogos, comunicadores, economistas, politólogos, docentes, y estudiantes del pregrado en Comunicación Social y de la maestría en Comunicación Transmedia de EAFIT.  

El equipó adelantó un análisis bibliométrico de 5.295 artículos científicos de todo el mundo, relacionados con el uso de internet; se interpretaron escritos académicos sobre riesgos y oportunidades en el uso de la red; se aplicaron encuestas a 436 niños y jóvenes, entre los 9 y 16 años de edad, en colegios de Bogotá, Bucaramanga, Cali, Cartagena, Pereira, Manizales y Medellín; se estudiaron 161 documentos de 35 países sobre políticas públicas respecto al uso de TIC, y se miraron 240 estrategias de responsabilidad social empresarial en dicho frente.

TIC aliada de la comunidad

Luis Alejandro Cárdenas Franco, coordinador del área de Cibermedios del Departamento de Comunicación Social de la Universidad, indica que el trabajo directo con la comunidad, a través de encuentros adelantados en cuatro ciudades del país, fue fundamental para determinar las necesidades de las personas, y para configurar una estrategia transmedia, que ya está en manos de Tigo UNE y se encuentra en su fase de ejecución.     

"Desde el nacimiento del MediaLab (laboratorio de experimentación impulsado desde el pregrado de Comunicación Social), se trabaja en proyectos como el Plan Digital Itagüí y otras iniciativas que generaron un concepto de revolución en el uso de las TIC para la educación, a partir de metodologías propicias a la participación y experimentación por parte de la gente. Esta experiencia, sumada a los conocimientos en integración de plataformas y en construcción de historias, nos ayudó mucho en el proceso", manifiesta el docente. 

Aunque las preocupaciones sobre TIC en Colombia, desde el punto de vista político, siguen siendo básicas, con esfuerzos limitados casi exclusivamente a mejorar la penetración de internet, ya hay otras iniciativas centradas en mejorar el uso de las TIC de manera responsable.  

Sobre ese asunto, María Isabel Villa opina que "hay un avance en el tema político para tener acciones y programas que se articulen a través de política pública, y que dotan de recursos municipios, laboratorios y puntos de acceso a internet en todo el país, pero falta un camino muy largo. Esta investigación aporta un grano en ese sentido". 

En el caso de Conectados Contigo, se logra, además una amplificación del impacto que EAFIT ha tenido de trabajo con comunidad en materia de TIC en, por ejemplo, proyectos como la implementación Colegio 10 TIC con el Ministerio de Educación Nacional. 

“Esta nueva iniciativa da un espaldarazo al esfuerzo de formación y a la apuesta que hicimos con un programa pionero en este campo en América Latina: la maestría en Comunicación transmedia. Se demuestra, además, que este campo del saber tiene posibilidades en entornos comunitarios, empresariales y organizacionales”, comenta Mauricio Vásquez Arias, coordinador de la maestría.  

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​El trabajo con la comunidad fue fundamental para conocer las verdaderas necesidades de las personas en materia de acceso a las TIC. Foto Shutterstock.
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Un testimonio de confianza que tiene eco hasta el año 2026

Febrero 20, 2018

EAFIT recibió la renovación de la Acreditación Institucional de Alta Calidad por ocho años más, y así sumará 22 años continuos con ese reconocimiento que hace el Ministerio de Educación Nacional.

En la Resolución 2158, emitida el 13 de febrero de este año, se le reconocen a la Universidad varios aspectos positivos como sus valores, la identidad institucional y una orientación de servicio hacia la región y el país.

Como un testimonio de confianza. Así se recibe en EAFIT la buena nueva: el Ministerio de Educación Nacional (MEN) le renovó a la Universidad la Acreditación Institucional de Alta Calidad hasta el año 2026. Así, la Institución sumará 22 años continuos con ese reconocimiento, pues esta es la tercera vez que lo recibe: la primera vez fue en 2003, la primera renovación llegó en 2010 y la segunda renovación en 2018 con la Resolución 2158 emitida el 13 de febrero  de este año. 

“Es un testimonio de confianza”, reitera Juan Luis Mejía Arango, rector de EAFIT, al considerar que la renovación de la Acreditación Institucional de Alta Calidad también es una manera de decirle a la sociedad que puede confiar en la Universidad porque está haciendo la tarea bien cada día, con valores, y siempre en búsqueda de la excelencia. 

Este reconocimiento fue alcanzado por EAFIT tras dos años de esfuerzos en un camino que permitió dar cuenta de los logros y los aspectos por mejorar, gracias a una cultura de autoevaluación y mejoramiento continuo que “está arraigada en la Universidad y con amplia participación de sus estamentos, que ha dado cuenta no solo de procesos anteriores de acreditación institucional. También ha mantenido acreditados todos los programas de pregrado acreditables. Además, ha acreditado cinco programas de maestría”. 

La resolución recoge varios aspectos positivos que reconoce el Consejo Nacional de Acreditación (CNA) entre los que menciona 32. En el texto se destaca favorablemente que la Universidad tiene valores institucionales que han sido apropiados por la comunidad universitaria, “consolidando una identidad institucional y una orientación de servicio hacia la región y el país”. 

A EAFIT se le distingue una cultura de innovación y emprendimiento, el alto retorno que se deriva de la transferencia de I+D+I, así como una “estrecha” colaboración con el sector empresarial, en las alianzas estratégicas con el Centro Argos para la Innovación y el Centro de Desarrollo Tecnológico de la Industria del Plástico. Juan Luis Mejía considera que esa vinculación con el sector productivo es uno de los aspectos importantes, un sello favorable, pues “no es fácil en un país como Colombia ese vínculo tan directo, tan fuerte con el sistema productivo de la región”. 

El aspecto anterior se puede relacionar con el punto que habla de la consolidación de una importante infraestructura de apoyo a la investigación, pues en el informe también se reconoce el proceso de consolidación de una comunidad científica en la Universidad –con referencia a la posición que ocupan los grupos de investigación en las categorías más sobresalientes de Colciencias– y el incremento en el número de publicaciones científicas. 

Para el Rector tiene gran relevancia que el CNA advierta una coherencia institucional entre lo que se predica y se hace. “Los evaluadores reconocen esa coherencia, que lo que está en la Misión y la Visión de la Universidad se vive cotidianamente, así como se viven cotidianamente los cinco Valores Institucionales: Integridad, Excelencia, Tolerancia, Responsabilidad y Audacia”.  

El CNA también distingue que en la Institución los estudiantes acceden a una formación integral en la que se incluyen actividades extracurriculares y ofertas culturales que apoyan el desarrollo de competencias ciudadanas y socioculturales. Se habla específicamente de la creación del Centro de Integridad —presentado formalmente hace un año— porque fortalece “la formación ética, la reflexión y estudio de los fenómenos culturales y comportamientos académicos que inciden en la edificación del ser personal y profesional”. 

Entre los aspectos de responsabilidad social y proyección cultural, se resalta que, con la Universidad de los Niños, que acerca a niños y jóvenes al conocimiento científico, EAFIT trasciende la actividad más comúnmente conocida de extensión universitaria. La oferta de becas para facilitar el acceso a la Universidad a estudiantes de escasos recursos económicos también fue muy bien apreciada. 

Son varios los puntos en los que se valora la innovación educativa y social eafitense para mejorar los procesos de formación y el valor social. Eso tiene que ver con lo que menciona Alberto Jaramillo Jaramillo, director de Planeación de EAFIT, al decir que “lo que tiene de especial esta tercera Acreditación Institucional es que la Resolución resalta, sobre todo, proyectos que se creían muy internos y que afuera se valoran mucho. Cosas que son muy internas, pero que en el ámbito nacional se traducen en innovaciones”. 

Alberto se refiere a la participación en el Proyecto Innovacampus, que se hizo para construir propuestas de innovación curricular; y a la creación, en el año 2010, del Laboratorio para la Innovación y el Aprendizaje Proyecto 50, que desarrolla proyectos “orientados a lograr el aprendizaje activo a través del diseño de ambientes de aprendizaje y nuevas metodologías pedagógicas para el uso de las TIC dentro del aula de clase”.  

En ese mismo sentido habla Claudia María Zea Restrepo, vicerrectora de Aprendizaje de EAFIT, cuando dice que esta Acreditación hace un reconocimiento y da un voto de confianza a las acciones que se han venido realizando para transformar las experiencias y los ecosistemas de enseñanza y de aprendizaje, que han llevado a la creación de una Vicerrectoría de Aprendizaje, “que busca generar condiciones de calidad para hacer de la enseñanza y del aprendizaje una enseñanza de vida”.  

Entre otros reconocimientos de la Resolución que resaltan Juan Luis Mejía y Alberto Jaramillo están el crecimiento de la planta profesoral, incluyendo la cualificación, y los buenos resultados de los estudiantes en las pruebas Saber Pro 2016, por encima de la media nacional.  

Lo que viene en la historia eafitense  

Seguir avanzando con la coherencia con la que se proyecta en el entorno. Ese es uno de los esfuerzos que Paula Andrea Arango Gutiérrez, vicerrectora Administrativa y de Proyección Social, considera debe asumir ahora EAFIT tras la renovación de la Acreditación Institucional de Alta Calidad. “Esto otorga mayor confianza a los grupos de interés de la Institución y esto puede convertirse en un círculo virtuoso, porque querrán acercarse de manera más decidida a una universidad acreditada, y acreditada por un tiempo importante”. 

Frente a los aspectos por mejorar, Alberto Jaramillo afirma que entre los deberes de la Institución está repensarse continuamente y responder a la cultura de calidad que exige reconocer esas oportunidades y trazar acciones para resolverlas. “La Institución tiene conciencia de que no somos perfectos, que tendremos puntos que mejorar y que estos estarán en el nuevo plan de desarrollo”, sostiene. 

Algunos de esos puntos, dice Juan Luis Mejía, están en las recomendaciones que hizo la misma Universidad en el proceso de Autoevaluación Institucional. “Sabemos que hay aspectos por mejorar y avanzar y eso quedará registrado en el plan de desarrollo del que ya tenemos las bases y empezaremos a construir”, afirma el Rector. 

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​EAFIT comenzó en 2002 su primera Autoevaluación Institucional. El 5 de septiembre de 2003, con la Resolución 2086, obtuvo, por seis años, su primera Acreditación Institucional. Fue la primera institución de educación superior privada de Antioquia en lograrlo.

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La Ministra de Educación entregó a EAFIT la renovación de la Acreditación Institucional de Alta Calidad

Mayo 28, 2018

Yaneth Giha Tovar, ministra de Educación Nacional, entregó a Juan Luis Mejía Arango, rector de EAFIT, el documento que certifica la renovación que le fue informada a la Universidad el 13 de febrero de este año. 

El acto se desarrolló en la Universidad durante la celebración de los 25 años del Instituto de Capacitación e Investigación del Plástico y del Caucho, que recibió la condecoración Simón Bolívar, categoría Cruz de Plata.

​EAFIT recibió la renovación de la Acreditación Institucional de Alta Calidad por ocho años más, y así sumará 22 años continuos con ese reconocimiento que hace el Ministerio de Educación Nacional.

De manera presencial, con sus propias manos, Yaneth Giha Tovar, ministra de Educación Nacional, entregó a Juan Luis Mejía Arango, rector de EAFIT, la renovación de la Acreditación Institucional de Alta Calidad que le fue informada a la Universidad el 13 de febrero de este año. 

El acto tuvo lugar en la más reciente visita de la Ministra a la Universidad, la tarde de este lunes 28 de mayo, en la que resaltó que “EAFIT obtuvo la renovación de la Acreditación de Alta Calidad gracias a logros como el incremento de la oferta de sus programas académicos, especialmente en maestrías y doctorados; la excelencia de sus profesores, asunto que sabemos que requiere de tiempo y de grandes esfuerzos. Además, ha logrado la consolidación de 40 grupos de investigación de la más alta calidad, reconocidos por Colciencias; y, de igual forma, destacamos la estrecha colaboración que tiene la Universidad con el sector empresarial, la que se hace más evidente con alianzas como las que sostiene con empresas como Argos y con el Instituto de Capacitación del Plástico y del Caucho (Icipc), entre otras”. 

El Rector agradeció a la Ministra que haya sido ella quien entregara el certificado y reiteró el valor que tiene la renovación de la acreditación para EAFIT. “Esta Universidad es una antes y otra después de los procesos de Acreditación. Adquirió realmente el sentido de universidad cuando ingresó al proceso de acreditación que consiguió por primera vez en el año 2003, que se renueva por primera vez en el año 2010, y hoy por segunda vez hasta el año 2026. Esta es la forma como EAFIT se piensa, se proyecta y obtiene sentido de universidad”, expresó el directivo eafitense. 

Este reconocimiento fue alcanzado por EAFIT tras dos años de esfuerzos en un camino que permitió dar cuenta de los logros y los aspectos por mejorar, gracias a una cultura de autoevaluación y mejoramiento continuo que “está arraigada en la Universidad y con amplia participación de sus estamentos, que ha dado cuenta no solo de procesos anteriores de acreditación institucional. También ha mantenido acreditados todos los programas de pregrado acreditables. Además, ha acreditado cinco programas de maestría”. 

La resolución de la acreditación, la número 2158 emitida el 13 de febrero, recoge varios aspectos positivos que reconoce el Consejo Nacional de Acreditación (CNA) y entre los que menciona 32. En el texto se destaca favorablemente que EAFIT tiene valores institucionales que han sido apropiados por la comunidad universitaria, “consolidando una identidad institucional y una orientación de servicio hacia la región y el país”. A EAFIT se le distingue una cultura de innovación y emprendimiento, el alto retorno que se deriva de la transferencia de I+D+I, así como una estrecha colaboración con el sector empresarial. Juan Luis Mejía consideró que esa vinculación con el sector productivo es uno de los aspectos importantes, un sello favorable, pues “no es fácil en un país como Colombia ese vínculo tan directo, tan fuerte con el sistema productivo de la región”. 

El aspecto anterior se puede relacionar con el punto que habla de la consolidación de una importante infraestructura de apoyo a la investigación, pues en el informe también se reconoce el proceso de consolidación de una comunidad científica en la Universidad –con referencia a la posición que ocupan los grupos de investigación en las categorías más sobresalientes de Colciencias– y el incremento en el número de publicaciones científicas. 

Aniversario del ICIPC 

El Instituto de Capacitación e Investigación del Plástico y del Caucho (ICIPC) también recibió un destacado reconocimiento este lunes 28 de mayo. En el desarrollo de la celebración de sus cinco lustros de existencia, la ministra Yaneth Giha le entregó al centro de excelencia la condecoración Simón Bolívar, categoría Cruz de Plata. 

Durante sus 25 años de vida, el ICIPC ha trabajado por introducir al país tecnologías que permiten incrementar la productividad, mejorar la calidad de los materiales y el diseño de los productos para que las compañías de este sector se vuelvan cada vez más competitivas, además de propender por el cuidado del medioambiente. 

Para continuar en ese camino, y fortalecer la cooperación internacional en ciencia, tecnología e innovación, el ICIPC presentó el lunes 28 de mayo la plataforma de investigación conjunta Spirit (Sustainable Plastic Materials, Processes and related IoT- Internet of Things), en asocio con el Instituto alemán Fraunhofer FIT (Instituto de Tecnologías de Información Aplicadas), Colciencias y la Corporación Ruta N. 

“Este proyecto, que se hace realidad en 2018, pretende generar y fortalecer la transferencia de conocimiento entre ambas instituciones, así como realizar investigación aplicada e innovadora en las áreas de materiales y productos poliméricos sostenibles, agricultura y alimentos sostenibles, salud sostenible y plataformas IoT (Internet de las cosas) que apoyen la economía circular”, comunicaron los responsables de la plataforma. 

“Los dos motivos que nos convocan hoy en este evento nos demuestran que la educación de calidad y la investigación son dos conceptos que van de la mano, conceptos que se traducen en oportunidades y desarrollo”, concluyó la Ministra.

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EAFIT llegó a ocho posgrados acreditados

Agosto 28, 2018

Las maestrías en Administración (MBA) y en Economía recibieron, el 6 de agosto y por seis años, la acreditación de alta calidad del Ministerio de Educación Nacional, mediante las resoluciones 012776 y 012778, respectivamente. 

Estos programas se suman al doctorado en Administración, y a las maestrías en Ciencias de la Administración, en Ciencias de la Tierra, en Finanzas, en Matemática Aplicada y en Ingeniería que también cuentan con este aval.

¡Siete maestrías y un doctorado! Sí, ocho es el número de posgrados de EAFIT con acreditación de alta calidad, luego de que el Ministerio de Educación Nacional (MEN) entregara, el 6 de agosto de este año, dos nuevas resoluciones a la Institución. Se trata de las maestrías en Administración (MBA) y en Economía, que alcanzaron este reconocimiento por seis años, y que ratifican el compromiso de la Universidad con la excelencia. 

Estos programas se suman al doctorado en Administración, y a las maestrías en Ciencias de la Administración, en Ciencias de la Tierra, en Finanzas, en Matemática Aplicada y en Ingeniería, las que también se hicieron acreedoras a este aval. La maestría en Economía fue notificada con la resolución 012778; y la de Administración (MBA) con la resolución 012776. 

La maestría en Administración, adscrita a la Escuela del mismo nombre y que este 2018 celebra 45 años de recorrido, guarda en su historia 91 promociones y 2716 egresados, además que cuenta con acreditación en el ámbito internacional por la Association of MBAs (Amba). Es, según el ranquin QS, la maestría número uno de Colombia y se ubica dentro de los 10 mejores de Latinoamérica.  

Para Carlos Mario Betancur Hurtado, coordinador de este posgrado, esta validación nacional se suma a un reconocimiento internacional que demuestra el compromiso de la Universidad por entregarle a los estudiantes los conocimientos necesarios para desempeñarse en el país y el mundo, de acuerdo con las dinámicas de cada región.  

Y esto lo complementa Luz María Rivas Montoya, coordinadora del Área de Estrategia, de la Escuela de Administración, al referenciar que aspectos como la cantidad de graduados que tiene el programa y la flexibilidad de formación fueron algunos de los más destacados en el informe que entrega el Consejo Nacional de Acreditación.  

“También sobresale la importancia de que las materias se articulen con cursos selectivos y conferencias, que los estudiantes sean seleccionados de acuerdo con su experiencia laboral en el medio, que hayamos disminuido la tasa de deserción y que contemos con el apoyo de grupos de investigación clasificados en las más altas categorías de Colciencias”, añade la docente.  

Además, el MEN resalta el trabajo del equipo de profesores y su sentido de pertenencia con la Universidad, la posibilidad que tienen para escalar en su carrera académica y la infraestructura disponible para las prácticas pedagógicas.  

“Nuestro compromiso es revisarnos de manera constante, medirnos con los mejores estándares y mantenernos en el mundo académico como el programa pionero que nos ha identificado durante 45 años. Es importante para nosotros contar con estas acreditaciones, y garantizar la flexibilidad y dinámica que hace de los directivos de hoy personas fundamentales en el mundo de la administración”, comenta Carlos Mario.  

En economía, una cultura de mejoramiento continuo  

También la maestría en Economía recibió su acreditación por seis años con comentarios positivos por su alta inversión en proyectos de investigación; por tener grupos de investigación clasificados en categoría A1 de Colciencias; por contar con un staff de profesores que, en un 76 por ciento, tiene título de doctorado o se encuentran en proceso de formación, y por lograr que la producción académica de los estudiantes haya aumentado a 25 publicaciones entre 2010 y 2016.  

“Además, desde 2014, hemos fortalecido el sistema de becas en nuestro posgrado y esa vinculación resulta muy eficaz para mejorar la calidad de la producción académica y asegurar la participación de los estudiantes en los procesos de investigación. Luego, el impacto de los graduados en el medio es alto y de buena calidad y se destacan los convenios de doble titulación con Université Catholique de Louvain (UCL), Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) y Tilburg University”, señala Mery Tamayo Plata, jefa del Departamento de Economía. 

Para la profesora este reconcomiendo permite establecer una cultura de mejoramiento continuo, favorece la internacionalización del programa porque facilita la convalidación de títulos en el exterior, y beneficia a los egresados y estudiantes por la buena calidad y reputación que, a su vez, posibilita mejores condiciones laborales en el futuro. “Se convierte en un desafío constante para el cuerpo docente e incentiva la actualización permanente de los procesos académicos e investigativos de acuerdo con las tendencias mundiales”, añade la directiva. 

Por eso, este equipo ahora busca incrementar la visibilidad de los trabajos de grado de la maestría, fomentar el dominio del inglés, promover la movilidad académica y estrechar la relación con los graduados del programa. 

El proceso para la acreditación de cada uno de estos programas comenzó con la recopilación de estadísticas y continuó con un proceso de autoevaluación que incluye la participación de profesores, estudiantes y egresados. Luego se elaboró el informe que se entrega al Consejo Nacional de Acreditación, que analizó y realizó visitas a la Institución para validar estos datos y entregar un concepto al MEN. 

El tema de la acreditación de posgrados está comenzando a consolidarse en el país, debido a que son estos programas los que evidencian un mayor crecimiento en la educación superior. Así lo manifiesta Alberto Jaramillo Jaramillo, director de la Oficina de Direccionamiento Estratégico de la Universidad, y quien expresa que, entre 2010 y 2017, el número de matrículas de maestrías en Colombia pasó de 3300 a más de 7000, y el de doctorados de 603 a 1538, lo que significa que es muy probable que, a partir de 2020, las dinámicas de acreditaciones de posgrados (una vez cumplan los requisitos de años y de egresados) muestren mayores indicadores en temas de acreditación. 

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Alejandro Gómez Valencia
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​EAFIT cuenta con una cultura de la Acreditación consolidada, pues aparte del reconocimiento de este tipo a programas de pregrado y de posgrado, se destacan las tres acreditaciones institucionales (2003, 2010 y 2018). La última (2018) se extenderá hasta 2026.
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