Hermanas del Páramo, un documental producido por EAFIT que aborda conflictos ambientales alrededor del agua

Diciembre 2, 2025

Este contenido audiovisual es parte de la estrategia de divulgación de la investigación Megaproyectos hídricos en Colombia y su impacto en la planificación urbana y la sostenibilidad ambiental, realizado desde la Escuela de Derecho. El video revela tensiones entre derechos de propiedad y protección del agua en zonas de páramo.

Conversamos con Irene Agudelo Saldarriaga, estudiante de la maestría en Estudios Jurídicos y asistente de investigación del proyecto, sobre la relevancia de aplicar un caso real a la teoría, y la importancia de realizar divulgación a otros públicos diferentes del académico, en este caso, a través de un producto audiovisual.

El Video documental Hermanas del páramo es desarrollado en el marco de la expansión transmedia de la Revista Universidad EAFIT Descubre y Crea Vol. 58 No. 179 (2024). 


El espacio de los megaproyectos de infraestructura hídrica en Colombia es un proyecto de investigación que se adelanta desde la Escuela de Derecho de EAFIT. Es liderado por la profesora Nataly Montoya Restrepo y le asiste Irene Agudelo Saldarriaga, estudiante de la maestría en Estudios Jurídicos.

Según la profesora Nataly, “una de las cosas que se ha encontrado en esta investigación, es que uno de los factores críticos para la planificación y ordenamiento de las ciudades es la disponibilidad de agua para la satisfacción de necesidades básicas”.

Paralelo a esto, un grupo de hermanas del municipio de Belmira, norte de Antioquia, adelantaban un proceso legal sobre la propiedad y el uso de unos terrenos de su herencia, ubicados en zona de protección ambiental del páramo de Belmira.

Cuando este caso llega a oídos de la profesora Nataly, a la teoría se le suma la realidad, pues en el contexto de esta investigación, “se inicia un trabajo articulado junto al semillero de investigación de Estudios Territoriales y es así como a la investigación se le da una metodología de caso de estudio”, explica Irene.

Por eso el caso de las Hermanas del Páramo sirve para analizar la paradójica situación de muchos páramos del país pues parece haber un conflicto entre los derechos y necesidades de los seres humanos y el cuidado del agua desde el punto de vista de la sostenibilidad ambiental. 

La investigación, que todavía está el proceso, tiene como uno de sus productos divulgativos un video documental  en el que se analiza la situación desde el punto de vista jurídico, ecosistémico-biológico, hidrológico e ingenieril y se plantean preguntas hacia la resolución del caso y otros futuros conflictos ambientales alrededor del agua en Colombia. Es, además, “una manera de descentralizar el saber, que suele quedarse en los anaqueles a los que solo acceden los académicos”, reflexiona Irene. 

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El Video documental Hermanas del páramo es desarrollado en el marco de la expansión transmedia de la Revista Universidad EAFIT Descubre y Crea Vol. 58 No. 179  (2024).
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Informe de EAFIT revela que el 63 % de los empleadores en Colombia tiene dificultades para cubrir vacantes

Septiembre 18, 2025

El reporte Educación superior y mercado laboral en Colombia,  elaborado por el Observatorio Imaginar Futuros de la Dirección de Estrategia  de EAFIT, señala una desconexión crítica entre lo que enseñan las universidades y lo que demandan las empresas. El 17 % de los jóvenes busca trabajo sin éxito y uno de cada cuatro no estudia ni trabaja.

Los hallazgos sugieren implementar modelos flexibles como microcredenciales y formación modular, integrar la inteligencia artificial, fortalecer alianzas entre universidad, empresa y Estado, y certificar competencias prácticas que faciliten la empleabilidad.

El diagnóstico es contundente: existe una desconexión profunda entre lo que enseñan las universidades y lo que demandan las empresas en el país. Mientras el 63 % de los empleadores asegura que no encuentra el talento que necesita en áreas como tecnología, ventas e ingeniería, solo el 16.5 % de los estudiantes nuevos se matriculó en programas STEM en 2023. Todo esto de acuerdo con el reporte Educación superior y mercado laboral en Colombia, elaborado por el Observatorio Imaginar Futuros de la Dirección de Estrategia  de EAFIT

La situación de los jóvenes es preocupante. La tasa de desempleo juvenil se ubicó en 17,1 %, el doble de la de los adultos, y uno de cada cuatro jóvenes en Colombia no estudia ni trabaja. Aunque 8 de cada 10 jóvenes reconoce que la educación es clave para la movilidad social, las barreras de acceso y la informalidad laboral dificultan su inserción en el mundo productivo.

La brecha de género sigue siendo un obstáculo en la formación y el empleo. En los programas STEM, apenas cuatro de cada diez estudiantes son mujeres, lo que limita su participación en campos estratégicos para el desarrollo del país. La desigualdad se acentúa en el sector TIC, donde solo tres de cada diez empleados son mujeres, un dato que evidencia cuánto falta para cerrar la distancia en innovación y tecnología. 

Flexibilizar la educación

El documento también destaca que la idea de una carrera profesional única ha perdido vigencia. Hoy la prioridad no es solo obtener un título, sino desarrollar competencias que permitan aprender continuamente y adaptarse a nuevas realidades. En este escenario, la flexibilidad en los programas académicos y la educación modular aparecen como estrategias clave.

“El informe ofrece una visión integral de cómo la educación superior debe adaptarse a cambios rápidos en el mercado laboral, las tecnologías y la demografía. Además, permite a universidades, empresas y gobiernos tomar decisiones informadas para desarrollar talento pertinente, reducir la brecha de habilidades y anticipar tendencias de formación y empleo”, explica María Salomé Arango Bustamante, líder del Observatorio Imaginar Futuros de la Dirección de Estrategia.

Las microcredenciales, por ejemplo, se consolidan como una alternativa de formación en ascenso: el 71 % de las universidades en Latinoamérica planea adoptarlas hacia 2030. Estos modelos permiten certificar competencias prácticas, acumular conocimientos y facilitar la empleabilidad, respondiendo a las exigencias de un mercado en constante cambio.

A pesar de lo anterior, la transformación enfrenta barreras significativas. El 50 % de las universidades de la región señala la falta de inversión como un obstáculo crítico, y el 45 % reporta dificultades de acceso a internet confiable. A ello se suma que solo una de cada cinco instituciones se siente preparada para integrar la inteligencia artificial, a pesar de que los estudiantes ya la incorporan en sus procesos de aprendizaje.
El informe propone, en consecuencia, un modelo basado en ecosistemas de colaboración entre universidad, empresa, gobierno y sociedad civil. Estas alianzas permitirían diseñar programas conjuntos, fortalecer la formación en habilidades críticas y garantizar la pertinencia de la educación en relación con las necesidades del país.

“Ahí es donde tenemos que pensar qué nos hace distintos, cuál es nuestro valor agregado y, desde nuestros diferentes roles, qué podemos hacer para contribuir a estos desafíos”, señala Isabel Gutiérrez Ramírez, directora de Estrategia de EAFIT.

En definitiva, Colombia atraviesa un momento decisivo, donde el bono demográfico, es decir, una alta proporción de personas en edad de trabajar hasta 2047, representa una oportunidad única para impulsar el desarrollo a través de la educación. Sin embargo, aprovecharlo dependerá de la capacidad del sistema educativo para transformarse, incorporar tecnologías emergentes, cerrar brechas y conectar de manera efectiva la formación con el empleo.

Conoce el informe completo aquí.

 

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El informe presenta que la baja matrícula en programas STEM refleja la falta de talento en áreas clave como tecnología e ingeniería.
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Pausar, escuchar y crear vínculos nos protege en tiempos de inmediatez y desinformación

Septiembre 10, 2025

La pausa es una herramienta poderosa frente a las dinámicas actuales: detenerse, contemplar, poner límites y escuchar las propias emociones permite, explican expertos eafitenses, recuperar control y tomar decisiones sin la presión del afán.

Ante la desinformación y la inmediatez, la invitación es a ejercitar una lectura crítica, verificar fuentes y evitar caer en el consumo automático de redes sociales. El diálogo y la búsqueda de ayuda profesional, cuando es necesario, se convierte también en un hábito esencial para fortalecer la salud mental. 

La salud mental se ha convertido en uno de los grandes retos de la sociedad actual. La hiperconexión permanente, la inmediatez con la que vivimos, la infoxicación y la polarización han generado un entorno que dificulta el bienestar emocional y aumenta los niveles de ansiedad. Psicólogos eafitenses y expertos en el tema coinciden en que, más que grandes transformaciones, son los hábitos cotidianos los que pueden marcar la diferencia en crear condiciones que favorezcan el equilibrio y la tranquilidad.

Uno de los puntos más reiterados por los expertos es la necesidad de darle lugar a la pausa. En un contexto en el que estar siempre ocupado parece ser la norma, detenerse se convierte en un acto de autocuidado. Como explica Enrique Macía Lalinde, psicólogo del Servicio Médico y Seguridad y Salud en el Trabajo de EAFIT: “En la vida personal hay que evitar acelerarse o tener mucha prisa para dar una respuesta. De hecho, en situaciones donde nos vemos forzados a elegir de manera apresurada, generalmente puede presentarse un escenario adverso para tomar decisiones”.

Además de frenar la prisa, resulta fundamental reconectar con lo esencial. Edwin Andrés Restrepo Zuleta, psicólogo de Desarrollo Estudiantil de la Universidad, destaca la importancia de propiciar encuentros presenciales, cuidar los momentos de ocio y conectarse con la naturaleza. Recomienda “salir de la hiperconexión tecnológica y conectarnos con nosotros mismos a través de momentos de pausa, silencio, meditación, oración (aquello que cada uno sienta que lo saca del ritmo agitado de la vida y le conecta con su propia persona)”.

La desinformación y la polarización, amplificadas por redes sociales, también afectan la salud mental. Por eso, fortalecer la lectura crítica y verificar las fuentes de información es clave. Evitar quedar atrapados en el consumo automático de contenidos y reconocer el impacto emocional de ciertas noticias ayuda a reducir el malestar. En palabras de Edwin Andrés Restrepo, esto es también un acto de responsabilidad con uno mismo y con los demás. “Recordar que no todo lo que se habla en redes sobre la salud mental tiene la rigurosidad sobre el tema, por tanto, lo mejor siempre será acudir a un profesional cuando siento dudas sobre lo que me pasa a nivel emocional y comportamental”.

En este escenario, la autenticidad y la capacidad de expresar lo que sentimos sin miedo a ser juzgados son herramientas poderosas. La coherencia entre lo que se siente y lo que se comunica no solo ayuda a procesar emociones, sino que también abre la posibilidad de pedir ayuda y encontrar apoyo en los demás. Para Enrique Macía, el diálogo y la escucha son pilares para ampliar horizontes y construir comunidad desde la diferencia.

Vincularse con la vida

El 10 de septiembre se conmemora el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, una fecha que recuerda la urgencia de abordar el malestar emocional con responsabilidad y acompañamiento. Esta efeméride pone en el centro la importancia de abrir espacios seguros para la escucha y la atención oportuna. A propósito de este día, el podcast Hablemos de salud mental publicó el capítulo ¿Cómo orientarnos ante el suicidio?

Héctor Gallo, psicólogo y psicoanalista, insiste en que uno de los mayores riesgos es el aislamiento y la soledad. “La soledad es una vivencia, un sentimiento psicológico. A mayor conexión con estos aparatos tecnológicos, menores posibilidades de invención de cómo relacionarse con el otro”, advierte. Para él, escuchar de manera atenta y sin presuponer lo que siente un niño o un joven es fundamental para prevenir situaciones extremas.

El especialista agrega que la amistad y la solidaridad, pilares del apoyo emocional, se han debilitado en la sociedad actual, lo que deja a muchos sin referentes estables. “Hay que construir un deseo de vivir para poder vivir; es responsabilidad de cada uno hacerlo, pero apoyado con la vinculación con los seres. La pregunta por la existencia no es la misma pregunta por la vida, es por cómo me vinculo con los otros”, afirma.

Los psicólogos eafitenses coinciden en que, frente a una situación emocional difícil, llevar a cabo pequeñas acciones pueden fortalecernos: permitirse hablar y buscar ayuda, aceptar ser ayudados y mantener un diálogo claro y honesto. Conectar con personas de confianza, rodearse de quienes reconocen y validan lo que atravesamos, y practicar la escucha sin juicios son pasos esenciales. 

El llamado final es a construir comunidad desde la diferencia y la autenticidad. Hacer pausas, cuidar los vínculos, expresarse con honestidad y aprender a escuchar al otro son pequeñas acciones que, sumadas, fortalecen la salud mental y ayudan a proteger la vida.

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Pausar, escuchar y crear vínculos nos protegen en tiempos de inmediatez y desinformación
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En medio de la soledad y la hiperconexión, construir comunidad resulta vital para proteger la vida.
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¿Cuándo un hábito se convierte en una dependencia?

Agosto 5, 2025

Muchas dependencias cotidianas, como el uso excesivo del celular, el trabajo sin descanso, el juego o las compras compulsivas, están tan naturalizadas que pasan desapercibidas. Desde la psicología, se advierte que estas prácticas pueden afectar la salud mental y distintas áreas de la vida.

De acuerdo con expertos eafitenses, estas dependencias también responden a dinámicas del sistema económico y cultural en el que vivimos. Reconocer las señales es clave para prevenir daños emocionales y abrir el diálogo sobre hábitos que, aunque aceptados socialmente, pueden ser perjudiciales.

No todas las adicciones se esconden en sustancias. En la actualidad, muchas formas de dependencia están ligadas a hábitos aparentemente inofensivos o incluso socialmente valorados. El celular, el trabajo, las redes sociales, el juego o las compras pueden convertirse en fuentes de ansiedad, angustia y malestar emocional. Sin embargo, al estar tan integradas en la vida diaria, pocas veces se reconocen como problemáticas.

Desde la psicología, explican expertos eafitenses, se ha empezado a visibilizar cómo estas conductas pueden derivar en formas de dependencia. “Esto ocurre cuando se instala un modo de relación rígido y privilegiado con las personas, los objetos o el mundo para afrontar las tensiones de la vida. Surge la creencia de ‘sin esto no soy capaz’ o, al menos, ‘es muy difícil’. Esa persona o ese objeto se convierte en un ‘tapón’ que silencia el malestar, la tristeza o la angustia; un tapón que, paradójicamente, a la larga genera más malestar en diversas áreas de la vida”, afirma Juan David Mesa Valencia, psicólogo de Desarrollo Estudiantil de EAFIT.

En este contexto, es importante diferenciar entre dependencia y adicción. La primera puede manifestarse como un vínculo emocional fuerte o necesario que, en ciertos casos, puede adquirir características patológicas. En cambio, la adicción se considera un trastorno complejo, caracterizado por la compulsión, el deterioro y la pérdida de control.

Juan David también señala que en un mundo que valora la hiperproductividad y la conexión permanente, no sorprende que el trabajo y el uso de dispositivos móviles hayan pasado de ser herramientas para convertirse en ejes de nuestra cotidianidad. La lógica dominante promueve la idea de que siempre se debe dar más: más horas, más resultados, más visibilidad. En especial para quienes emprenden, la consigna de “dar la milla extra” se ha vuelto una regla no escrita que responde tanto a exigencias externas como a expectativas personales.

A esto se suma la integración del celular como una extensión de la rutina. Ya no es solo un medio de comunicación: concentra vínculos afectivos, entretenimiento, estatus, dinero y, por supuesto, trabajo. Su uso constante no es casualidad, sino parte de una dinámica cultural y económica que incentiva su consumo. Más allá del análisis estructural, señala Juan David, es necesario interrogarse desde lo individual: ¿está al servicio de soportar un malestar emocional?, ¿cuál es la frecuencia y la cantidad de uso?, ¿estas actividades están afectando negativamente otras esferas de la vida?

Para Jorge Mauricio Cuartas Arias, profesor de la Escuela de Humanidades de EAFIT, una persona puede volverse adicta a actividades aparentemente inofensivas. “En la práctica clínica abordamos las dependencias comportamentales como dependencias que pueden construir una relación problemática con un objeto y convertirse en una adicción. Cuando se cumplen ciertos criterios como obsesión, tolerancia, abstinencia y conflicto con las situaciones que el sujeto vive a diario, hablamos de una condición que genera daños significativos”.

El profesor agrega que las señales psicológicas y emocionales de una dependencia en desarrollo pueden ser diversas. Entre las más comunes están el pensamiento obsesivo y la dificultad para detener o moderar la conducta, incluso al intentarlo repetidamente. A esto se suman la tolerancia (necesidad creciente de más tiempo y frecuencia) y los síntomas de abstinencia, irritabilidad o insomnio cuando no se realiza la actividad. Igualmente es frecuente la negación del problema, la racionalización y, con el tiempo, un deterioro emocional e interpersonal.

Entre los riesgos y consecuencias más frecuentes están la ansiedad, el estrés crónico y la depresión, producto de una constante exigencia emocional y la pérdida progresiva del placer en actividades que antes resultaban gratificantes. Asimismo, pueden aparecer síntomas como el burnout (estado de agotamiento físico, emocional y mental que resulta de la exposición prolongada al estrés laboral), el insomnio, la fatiga constante y los cambios de humor, lo que afecta la concentración, la tolerancia a la frustración y las relaciones personales.

Un detox de redes sociales

Una de las recomendaciones de los psicólogos eafitenses es desacelerar, entendiendo este gesto como un acto de resistencia y autoconocimiento. Detener el ritmo impuesto por el trabajo constante o el scroll infinito en redes sociales permite abrir un espacio para preguntarse, con honestidad, qué se desea realmente. Crear momentos libres de pantallas y de exigencias externas se vuelve fundamental para reconectar con las propias emociones. En ese proceso, también es posible identificar qué situaciones disparan las conductas dependientes, ensayar nuevas formas de afrontar el malestar emocional y, si es necesario, buscar acompañamiento profesional que facilite el camino hacia una vida más consciente y equilibrada.

Un caso ilustrativo es el de Elena Restrepo Henao, estudiante de Administración de Negocios y representante estudiantil de EAFIT, quien en diciembre de 2023 decidió hacer una pausa voluntaria en el uso de redes sociales. “El nivel de conciencia que yo construí en esos días fue muy especial. Te enfrentas a no hacer nada e invertir el tiempo en algo que no sea tan estimulante o lleno de dopamina como lo pueden ser las redes sociales. Entonces lees, descansas o conversas con las personas, porque se nos olvida que en el mundo presencial también eso es posible”, afirma.

A partir de su experiencia, Elena se unió a la profesora María Alejandra González Pérez para proponer un desafío práctico en la clase de Ética e Integridad. La actividad consistió en que los estudiantes hicieran un detox de redes sociales y llevaran un diario físico durante el proceso. El experimento reveló cómo muchos de ellos enfrentaron ansiedad por desconexión, pero también cómo, con el tiempo, descubrieron beneficios relacionados con el bienestar personal y la reconexión con actividades presenciales.

Los expertos insisten en la necesidad de revisar críticamente nuestros hábitos. “El primer paso, creo yo, es reconocerlo. El segundo, pedir ayuda. Y el resultado, tras un esfuerzo, es regresar a una vida más plena, saludable, en la que se construya un verdadero bienestar”, concluye el profesor Jorge Mauricio.

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El celular, las redes sociales y el trabajo excesivo pueden convertirse en formas de dependencia que afectan la salud mental. Conoce más sobre este tema en el video podcast Hablemos de Salud mental
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El celular, las redes sociales y el trabajo excesivo pueden convertirse en formas de dependencia que afectan la salud mental. Conoce más sobre este tema en el video podcast Hablemos de Salud mental
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La Universidad de los Niños EAFIT celebra 20 años inspirando aprendizajes desde la curiosidad

Noviembre 19, 2025

• Desde 2005, la Universidad de los Niños EAFIT ha inspirado a miles de niñas, niños, jóvenes y familias a explorar el mundo desde la curiosidad y la pregunta. En estos 20 años ha consolidado una metodología única que ha acercado la ciencia a más de 100.000 participantes en más de 20 departamentos del país.

• En su proyección, este programa busca seguir democratizando el conocimiento, inspirar vocaciones científicas y fomentar el pensamiento crítico. Así, reafirma su compromiso de ser un puente entre la ciencia, la educación y la sociedad, liderando procesos de transformación cultural y de Ciencia, Tecnología e Innovación.

En dos décadas, la Universidad de los Niños EAFIT ha beneficiado a más de 1.500 instituciones educativas, acercando la ciencia al aula y al territorio. Conoce más sobre la historia de Uniniños aquí


La Universidad de los Niños EAFIT celebra dos décadas de una iniciativa que transformó la manera de acercar la ciencia a la sociedad. Lo que inició como un proyecto pionero para que niñas, niños y jóvenes visitaran el campus y dialogaran con investigadores, hoy es una plataforma educativa con impacto en territorios y comunidades de todo el país; un laboratorio vivo que ha demostrado que la curiosidad es un motor poderoso para aprender, preguntar y construir ciudadanía científica.

Desde 2005, más de 100.000 niñas, niños y adolescentes, junto con 6.600 docentes y mediadores, y cerca de 1.000 investigadoras e investigadores en más de 20 departamentos, han participado de talleres experienciales, proyectos de investigación escolar y espacios de conversación con acompañamiento interdisciplinario. Veinte años después, la “UNI” (como la llaman con cariño el equipo interno) continúa consolidándose como un modelo de Apropiación Social del Conocimiento (ASC) que dialoga con los territorios, las escuelas y las instituciones públicas y privadas.

De acuerdo con Lina Marcela Cuartas Villa, jefe encargada de la Universidad de los Niños, las preguntas son la brújula del aprendizaje dentro del programa. “Nuestra metodología cultiva mentalidades abiertas, curiosas y colaborativas, que confían en la ciencia, valoran el conocimiento como bien público y reconocen el aprendizaje como una experiencia compartida. Inspirados en la mentalidad de crecimiento y en el gozo por el aprendizaje, invitamos a descubrir que aprender no es memorizar, sino explorar, crear y construir sentido junto a otros”, afirma.

A partir de este principio, la metodología de la Universidad de los Niños se ha consolidado en cuatro pilares que funcionan simultáneamente: la pregunta, el juego, la conversación y la experimentación. Según Lina, no son solo estrategias pedagógicas, sino modos de relacionarse con el mundo que permiten acercarse a la ciencia desde la imaginación, la creatividad y el rigor. En cada espacio, niñas, niños, adolescentes y mediadores formulan hipótesis, dialogan entre pares y se encuentran con el conocimiento de manera horizontal.

Esa manera de aprender ha permeado aulas, laboratorios y, con el tiempo, territorios que hoy reconocen en la Universidad de los Niños un puente entre sus contextos y el mundo científico. Ese impacto sostenido también ha sido valorado fuera del campus. En 2025, la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI) distinguió a EAFIT como Empresa Inspiradora, gracias al trabajo de la Universidad de los Niños y su aporte a la transformación educativa del país. Este reconocimiento se suma a otros galardones que consolidan al programa como un referente global en ciencia y educación, entre ellos el Falling Walls Science Engagement (2022), el premio Science of the City (2013) y la distinción de la RedPOP en 2020. 

En expansión por el territorio

Aunque la Universidad de los Niños nació en el campus eafitense, con el tiempo ha trascendido sus límites físicos para llevar su metodología a escuelas y comunidades de distintas regiones del país. Parte de esta expansión se ha desarrollado a través de los proyectos de jornada complementaria, como Inspiración Comfama, que acompañan procesos educativos en diferentes municipios de Antioquia, como Caramanta, Andes, Jericó, Amagá, San Vicente de Ferrer, Puerto Berrío, Copacabana, entre otros.

En esta línea, Diana Marcela Marín Alzate, coordinadora de la Jornada Escolar Complementaria en la Universidad de los Niños, destaca el alcance que se tiene con la iniciativa. “Estamos atendiendo aproximadamente desde 2022 a 2.000 niños y niñas de manera mensual, 5 horas a la semana y durante 7 meses al año, es decir, de 120 a 140 horas en el año”, explica.

El equipo, conformado por cerca de 35 personas, trabaja para llevar la metodología de la “UNI” a los territorios mediante talleres móviles, materiales didácticos y acompañamiento pedagógico. Los contenidos abarcan temáticas como viajes por la ciencia, pensamiento computacional, participación ciudadana, liderazgo femenino, emprendimiento y orientación vocacional. Además, los grupos participantes tienen la oportunidad de visitar EAFIT y presentar sus avances en ferias de ciencia, lo que les permite vivir la experiencia universitaria desde una perspectiva cercana.

Uno de los resultados más representativos se refleja en los proyectos desarrollados por los propios estudiantes: sistemas de filtración de agua en San Vicente, prototipos de riego automático en Sabaneta, investigaciones sobre la vida del río Magdalena en Puerto Berrío o exploraciones del recurso hídrico en Caramanta. Estas experiencias muestran que la ciencia se vive y se transforma desde los retos locales, y que los territorios son escenarios fértiles para la experimentación y la construcción colectiva de conocimiento.

Impacto que trasciende generaciones

La trayectoria del programa también ha dejado huellas en miles de familias y participantes. Uno de ellos es Juan Camilo Arango Gálvez, quien llegó a la Universidad de los Niños cuando tenía alrededor de diez años. Dos décadas después, es profesor eafitense, ingeniero físico e investigador, y todavía recuerda cómo ese paso por esta dependencia eafitense marcó su camino. “Siento que esas experiencias me llevaron a hacer en este momento lo que estoy haciendo, sobre todo porque al final ese es el trabajo de uno como investigador: responder preguntas todo el tiempo, estar cuestionando cosas”, afirma.

Hace un año Juan Camilo regresó al programa, pero esta vez como investigador invitado para resolver la pregunta “¿por qué nos reflejamos en un espejo?”. En el laboratorio, y acompañado por un grupo de niñas y niños, realizó experimentos con láseres y otros elementos. Para él, volver no solo significó responder una inquietud científica, sino también completar un ciclo de formación que comenzó en su infancia.

Historias como la de Juan Camilo evidencian el impacto del programa más allá del aprendizaje inmediato, y cómo siembra vocaciones, amplía horizontes y demuestra que la ciencia puede ser cercana a muchas personas. “Creo que hacernos preguntas que nos lleven a cuestionarnos es fundamental, no solo por entender el mundo, sino por despertar esa curiosidad y esa capacidad de comprensión de por qué funciona o no algo. Siento que eso es primordial, no solo en la formación científica”, añade.

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En dos décadas, la Universidad de los Niños EAFIT ha beneficiado a más de 1.500 instituciones educativas, acercando la ciencia al aula y al territorio. Conoce más sobre la historia de UNI aquí.

Un laboratorio que sigue creciendo


El desarrollo de la Universidad de los Niños ha sido posible gracias a las alianzas con instituciones públicas, privadas y comunitarias. En dos décadas, más de 1.500 instituciones educativas han hecho parte de sus programas. Muchas han participado a través de convocatorias, becas o subsidios que permiten que niñas, niños y jóvenes de contextos vulnerables accedan a experiencias científicas de calidad.

Esta apuesta por la equidad se refleja en propuestas como Zoom Ciencia, Encuentros con la Pregunta, Retos de Ciencia y Expediciones Científicas, que atienden a participantes entre los 3 y los 18 años. También está presente en iniciativas enfocadas en liderazgo, participación ciudadana o pensamiento computacional, que buscan fortalecer diferentes habilidades desde edades tempranas.

Además, el programa cuenta con procesos de formación continua para talleristas y mediadores, quienes se preparan en metodologías activas, facilitación pedagógica y apropiación social del conocimiento. Cada año, estudiantes universitarios, profesionales y docentes se suman a esta red de mediación que sostiene el impacto del modelo y permite su expansión.

En su aniversario número veinte, la Universidad de los Niños de EAFIT proyecta una etapa de consolidación y expansión. El objetivo es continuar llevando la metodología a nuevas regiones, como ya se ha hecho con iniciativas como Ciencia entre Montañas, Saberes en Red: Eloísa Latorre, Ciencia en Territorio, El Líder Sos Vos Kids, entre otras, que han llevado la experiencia de la “UNI” a contextos urbanos y rurales. La mirada a futuro está en fortalecer alianzas con cajas de compensación, entidades gubernamentales y organizaciones sociales, y en ampliar su participación en redes nacionales e internacionales de ciencia y educación.

El proyecto también busca documentar, sistematizar y transferir su modelo educativo a otras instituciones interesadas en promover la curiosidad como herramienta de transformación social. Ese horizonte implica no solo mantener la calidad de los procesos, sino también innovar en contenidos, formatos y experiencias que dialoguen con los desafíos contemporáneos.

En palabras de Lina Cuartas, esta mirada al futuro está guiada por un principio fundamental: “formar una ciudadanía científica crítica y sensible, capaz de conectar el conocimiento con los desafíos de su tiempo”, un propósito que invita a proyectar la metodología hacia una madurez colaborativa, donde el derecho a la ciencia y al aprendizaje a lo largo de la vida se viva en red, como una práctica compartida entre la universidad, la escuela y la sociedad.

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Para este profe y exparticipantes de la Universidad de los Niños, las preguntas son la chispa de la ciencia

Noviembre 19, 2025

• Desde que participó en la Universidad de los Niños, a los 12 años, Juan Camilo Arango descubrió el poder de la curiosidad y de hacerse preguntas. Aquellas experiencias con la ciencia y el juego despertaron su vocación investigadora y lo llevaron a convertirse en ingeniero físico, joven investigador y hoy profesor de cátedra en EAFIT.

• En 2024 cerró el ciclo al regresar como investigador invitado para responder una de las preguntas del programa. Esta es la historia de un eafitense que comenzó su recorrido en EAFIT en la Universidad de los Niños y, hoy, hace parte del equipo de profesores de la Escuela de Ciencias Aplicadas e Ingeniería.

Aunque ya conocía la Universidad porque su abuelo lo traía cuando apenas tenía cinco o seis años, el verdadero vínculo de Juan Camilo Arango Gálvez con EAFIT se forjó a los 12 años, cuando su tía María Adelaida lo inscribió en la Universidad de los Niños.

De esos días no recuerda si venía con cuaderno o no, lo que si recuerda es que había ingresado por la portería con muchas preguntas: ¿qué es esto?, ¿para qué sirve? ¿qué es investigar?... y, en respuesta, solo obtuvo más preguntas por parte del programa: ¿por qué existen los idiomas?, ¿por qué flota un barco? y, especialmente, ¿por qué la Tierra tiembla?

Hoy, a los 30 años, no solo puede responder qué es investigar, sino que tiene la certeza que comenzó a hacerlo un viernes de aquel entonces cuando, subido en la Mesa Vibratoria con sus otros compañeros de la Universidad de los Niños, en el Laboratorio de Sismología de la Universidad, experimentó por primera vez la simulación de un terremoto.

Y aunque en ese momento no lo sabía, aquellas sesiones en los laboratorios, los juegos con preguntas imposibles y los experimentos que parecían magia, estaban sembrando en Juan Camilo una forma de mirar el mundo que años después se convertiría en vocación.

“Ese tipo de preguntas son las que más me acuerdo, sobre todo las relacionadas con las ciencias exactas, porque es a lo que me dedico hoy en mi vida. Yo soy ingeniero físico de EAFIT y, en parte, elegí esa profesión por lo que la Universidad de los Niños y sus preguntas sembraron en mí”, expresa este eafitense, quien antes de llegar a ser profesor de cátedra de la Escuela de Ciencias Aplicadas e Ingeniería, también fue joven investigador de MinCiencias y asistente de investigación.

Para él, ese hábito de interrogar la realidad, sin miedo a parecer ingenuo o a no saber, es uno de los mayores aprendizajes que le dejó este programa. “Pasar por ahí te enseña que no hay preguntas tontas, que todas pueden tener una respuesta o, por lo menos, un camino para buscarla. Eso para mí es fundamental, no solo en la formación científica sino en la vida”.

Esa misma curiosidad lo acompaña hoy como profesor, un rol en el que intenta replicar algunas de las metodologías que lo marcaron en Uniños, como participantes y como tallerista. Y, cada vez que ve a los grupos de la Universidad de los Niños recorrer el campus, revive algo de esa primera vez que entró por la portería principal lleno de asombro.

“Cada vez que los veo me acuerdo de esa sensación. Llegar a un ambiente universitario siendo un niño es muy distinto: todo es grande, todo es nuevo. Me parece genial que sigan viniendo, y si algún día tengo hijos, muy probablemente estarán en la Universidad de los Niños”, cuenta sonriendo.

Volver a la Universidad de los Niños, cerrar un ciclo

En 2024 Juan Camilo vivió una experiencia que lo marcó de manera especial: fue el investigador invitado a responder una de las preguntas del programa, ¿por qué nos reflejamos en el espejo? “Y desde la física, eso tiene que ver con cómo la luz se comporta cuando choca con una superficie pulida. Fue muy ‘bacano’ que me buscaran para eso, porque fui niño de la Universidad de los Niños, y ahora era yo quien respondía las preguntas. Fue como cerrar un ciclo”.

Durante esa jornada, los pequeños experimentaron con pelotas para entender cómo funciona la reflexión de la luz y trabajaron con láseres verdes para visualizar su trayectoria.
“Los niños hacen preguntas que uno como adulto ya no se hace, como por qué el láser es verde y no rojo. Esas cosas sencillas, que parecen obvias, son las que te obligan a pensar distinto. Es una interacción completamente diferente, sin prejuicios, sin miedo a que la ciencia sea difícil. Solo quieren entender”.

Por eso, cada vez que puede, recomienda la experiencia. “A todas las personas que tienen hijos se los recomiendo completamente. Es algo que va más allá de lo que aprenden en el colegio. Estar en un ambiente universitario, responder preguntas de otro nivel y hacerlo desde el juego, eso es lo más bonito de un programa como estos”.

Y si algo resume lo que aquel niño de la Mesa Vibratoria aprendió, y que el investigador que hoy sigue aplicando, es la importancia de hacerse preguntas. “Hacernos preguntas nos permite entender el mundo, pero también mantener viva la curiosidad. Preguntarse por qué funciona algo o por qué no, por qué nos movemos o por qué la Tierra tiembla... eso, creo, es lo que mantiene encendida la chispa de la ciencia y, en general, de la vida”.

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Juan Camilo durante el más reciente encuentro de Alcampus 2025
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20 años de recorrido, encuentros y muchas preguntas con la Universidad de los Niños

Noviembre 18, 2025

Todo comenzó con una compra al azar cuando, en un viaje a Europa, el exrector Juan Luis Mejía Arango se encontró con un texto, en una librería de Madrid, que capturó su atención, se llamaba Una universidad para los niños.

En esas páginas, recuerda Juan Luis, “un académico europeo proponía que los científicos explicaran su trabajo a niños y jóvenes usando un lenguaje claro. La idea me quedó resonando durante el vuelo de regreso y se convirtió en el punto de partida de una conversación que pronto tomaría forma”.

Y al llegar a Medellín, durante la preparación de la conmemoración por los 45 años de EAFIT, Juan Luis Mejía y Ana Cristina Abad, exjefa del entonces Departamento de Comunicación y Cultura, se propusieron darle forma a una idea similar:  crear un espacio donde investigadores y niños pudieran encontrarse para compartir experiencias y sembrar vocaciones tempranas.

“Uno de los propósitos fue generar un puente de comunicación entre los niños y los grandes expertos y doctores de la academia, en un escenario donde se encontrarán estudiantes de la educación privada y pública. La idea no era solo abrir las puertas de la Universidad, sino también establecer un diálogo entre distintos sistemas educativos y vincular a los maestros de la ciudad en esa dinámica”, explica Ana Cristina.

De esta manera nació, en 2005, la Universidad de los Niños y hoy, dos décadas después, este programa no solo mantiene el espíritu con el que nació, sino que ha ampliado su alcance con nuevas experiencias, colaboraciones y presencias en otros territorios.

Y fiel a su propósito de crear espacios donde la ciencia, la curiosidad y las distintas formas de aprendizaje puedan encontrarse sin barreras, ahora tiene una historia llena de experiencias significativas, premios, viajes, documentales, proyectos con entidades públicas y privadas, manifiestos, pódcast y series web, cursos de formación para maestros y propuestas que tocan el corazón de los tomadores de decisiones de la ciudad y el país.

Esta línea de tiempo nos lleva a través de un recorrido por algunos de sus principales hitos:

    2005

    En 2005, como parte de la celebración de los 45 años de EAFIT, la Universidad le entregó un regalo a la ciudad: la creación de la Universidad de los Niños. La iniciativa fue creada por un equipo liderado por el exrector Juan Luis Mejía Arango, y Ana Cristina Abad, exdirectora del entonces Departamento de Comunicaciones y Cultura de esta institución.

    2006

    Se formaliza el programa Universidad de los niños EAFIT como una estrategia para el fomento de vocaciones científicas y la divulgación. Recordados profesores como Michel Hermelin, una eminencia en el campo de la geología fue uno de los primeros que se animó a enseñar en la Universidad de los Niños. De la misma manera lo hizo el profesor Giovanni Bedoya, quién se atrevió a responder a los niños la pregunta de ¿por qué tiembla la Tierra?

    2007

    Después de dos años de trabajo con la metodología enfocada en las preguntas basadas en el por qué, en 2007 se integran los interrogantes formulados en clave de “cómo”. 
     

    2008

    La Universidad EAFIT empieza a ser parte de la red European Children’s Universities Network (EUCUNET); y se edita la primera edición de la revista Catalejo
     

    2009

    Participación en el programa Kinderuni tour y KinderuniWien 2009, en Viena, Austria, para comenzar una alianza con pares de otros lugares del mundo.   
     

    2010

    Este año el programa amplía su cobertura a los adolescentes con la etapa Expediciones al Conocimiento, en la que pueden desarrollar, durante todo un año, sus propios proyectos de investigación.   
     

    2011

    Estreno de la obra de teatro Sócrates: de los sueños de Violeta y las aventuras de Garabato, resultado de los mismos participantes del programa.   
     

    2012

    Primera edición del libro Sin Preguntas, ¿Para qué respuestas?, que narra el recorrido de la Universidad de los Niños durante sus primeros siete años de experiencias.
     

    2013

    En  2013,  a  partir  de  la  experiencia  en  el  trabajo  con  niños  y  jóvenes  de  diversos  orígenes  socioeconómicos  y  culturales, la  Universidad  de  los  niños  EAFIT  publica un artículo sobre los límites en la niñez, y la manera como el tema se aborda dentro del programa.  
     

    2014

    Se crea Con la ciencia en la cabeza, en radialty, un proyecto para generar discusiones enriquecedoras y formativas a diferentes personas y expertos en disciplinas científicas. Ese mismo año publican el manifiesto para el Foro Urbano Mundial: Todos podemos cambiar el mundo  
     

      2015

      La Universidad de los niños celebra su primera década. Así se vivió este momento.   
       

      2016

      En octubre del 2016, los estudiantes del curso de ecología, del pregrado en Biología, llevaron a cabo su salida de campo en la región de Capurganá (Chocó). Como parte de sus actividades, y acompañados por la Universidad de los Niños, dedicaron una mañana para intercambiar conocimientos con los niños de tercero y cuarto grado de la Institución Educativa Sagrado Corazón de Jesús.     

      Publicación del manifiesto: La ciudad que soñamos. Catorce niños y jóvenes, ciudadanos del área metropolitana del Valle de Aburrá, escribieron sus propuestas ambientales en este documento.   
       

      2017

      La Universidad de los Niños recibe el Premio de la Red de Popularización de la Ciencia y la Tecnología en América Latina y el Caribe (RedPop), por la formación de sujetos activos en la construcción de conocimiento y la transformación de la sociedad.  

      Ese mismo año comienza la iniciativa Ideas para tu clase, mediante la que acompañan a los profesores de pregrado con talleres y consultorías para mejorar sus experiencias de aprendizaje; y los clubes de ciencia, para formar  a cerca de 1.200 jóvenes de colegios oficiales de Medellín en sus aulas.     
       

      2018

      La Universidad de los niños pública su segundo manifiesto, esta vez por la biodiversidad.   
       

      2019

      El programa eafitense se une a Inspiración Comfama para impactar niños en los municipios de Rionegro, Bello y Guarne.
            

      2020

      Un año de proyectos, entre los que de destacan:

      Phereclos a través de la Red Europea de Universidades de Niños (Encu.Net) y de la convocatoria Science with and for Society 2018-2020, del programa Horizonte 2020 de la Unión Europea

      JEC CAFAM robótica, en Bogotá y Cundinamarca.

      Crear sin fronteras en Medellín, para fortalecer los colectivos juveniles en contextos de migración. 

      2021

      Lanzamiento de la serie web Guardianes de Historias. Revívela en este enlace.   

      2022

      Empieza Ciencia entre Montañas, un proyecto para fortalecer habilidades científicas, tecnológicas y de innovación en niños y niñas de primaria, en la provincia Cartama.   

      La Universidad de los Niños recibe el reconocimiento Falling Walls Sciencie Summit, en la categoría Science Engagement.

      2023

      Participación en el proyecto Science on a Sphere. Diseño y mediación de un recorrido creativo para que más de 900 niños, niñas y adolescentes de Medellín pudieran responder a la pregunta: ¿cómo afecta el cambio climático la vida en el trópico? Ese mismo año presentan el informe Palabras Mayores, la agenda de la niñez en Hablemos Medellín.

      También se crea la Mesa de Niñez EAFIT; y comienza el trabajo con los semilleros de los colegios de la Secretaría de Educación de Bogotá.     

      2024

      114 niñas y 88 niños, provenientes de diferentes colegios de Medellín, tuvieron un encuentro con Jane Goodall en la Universidad EAFIT. Cinco de ellos, representaron a los demás para compartir con la científica algunas propuestas, realizadas por ellos mismos, que buscan la sostenibilidad del planeta. El programa también hizo presencia en la COP 16, con el Manifiesto de los niñas, niños y jóvenes de las universidades 4U.    
       

      2025

      Desarrollo de los proyectos Eloísa Latorre: Saberes en red. Proyecto con ISA Intercolombia con impacto en todo el país; y el Lider Sos Vos Kids Medellín, enfocado en la formación en liderazgo para niñas y niños de Medellín, en conjunto con la Secretaría de Educación de Medellín.   

      En 2025, año en el que el programa conmemora sus 20 años de trayectoria, recibieron el premio de la ANDI como Empresa Inspiradora; y se realizaron intercambios académicos con Uruguay y Chile.   

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      Transformar currículos y tejer alianzas con la escuela: la propuesta de la Alianza 4U para reimaginar el futuro de la educación

      Octubre 17, 2025

      • Durante la primera jornada del encuentro Tendencias que transforman, organizado por la Alianza 4U 4U (integrada por EAFIT, ICESI, CESA y la Universidad del Norte) y Fundación Corona, rectores y expertos coincidieron en que el sistema educativo colombiano debe articular la escuela y la universidad, además de adaptar los currículos a los retos tecnológicos y sociales del país.

      • La conversación también destacó la necesidad de repensar la misión universitaria frente a la inteligencia artificial y al aprendizaje a lo largo de la vida. Los invitados propusieron impulsar las microcredenciales, la formación docente en innovación y la educación centrada en las personas, capaz de anticipar el cambio.

      Repensar el sistema educativo colombiano desde su raíz fue el punto de partida de la primera jornada del encuentro Tendencias que transforman, que se lleva a cabo en EAFIT los días 16 y 17 de octubre. El diálogo, organizado por la Alianza 4U (integrada por EAFIT, ICESI, CESA y la Universidad del Norte) junto a Fundación Corona, reunió a rectores, expertos nacionales e internacionales, docentes y líderes del sector educativo para reflexionar sobre cómo la educación puede anticipar, y no solo responder, a los cambios del futuro.

      Durante el panel inaugural, Claudia Restrepo Montoya, rectora de EAFIT, subrayó la necesidad de unir esfuerzos entre los distintos niveles educativos para fortalecer la base del aprendizaje. “El propósito de este encuentro es trabajar de la mano del Tecnológico de Monterrey para construir y pensar, desde Colombia, el futuro de la educación. Debemos reconocer que los colegios están más avanzados en el desarrollo de competencias que las universidades; por eso, hay que ir a los colegios y aprender de ellos”, afirmó.

      Por su parte, Esteban Piedrahita Uribe, rector de la Universidad ICESI, señaló que es clave conocer a los estudiantes, entender sus contextos, estar cerca de las familias y formular nuevas propuestas pedagógicas. “Las microcredenciales deben ser un plus. Nos tenemos que actualizar y transformar, pensando en que la educación presencial es más valiosa que nunca. Lo más importante es lo que sucede en el paso por la universidad”, expresó.

      Los rectores también llamaron la atención sobre la desigualdad estructural que atraviesa al sistema educativo colombiano, especialmente en las zonas rurales y regiones periféricas, donde se obtienen los puntajes más bajos en las pruebas Saber 11, lo cual limita las oportunidades de acceso a la educación superior.

      Al respecto, Emilia Restrepo Gómez, rectora del CESA, resaltó la importancia de entender la educación como un sistema interconectado: “Estamos en la era de conectar y colaborar. No se trata de un esfuerzo individual de las instituciones, sino de una política compartida que integre a todos los actores de manera activa y que permita hacer ajustes curriculares. El compromiso con la educación a lo largo de la vida no comienza cuando los estudiantes llegan a la universidad, debe empezar mucho antes”, afirmó.

      El invitado internacional José Escamilla, director del Instituto para el Futuro de la Educación del Tecnológico de Monterrey, coincidió en que la misión de las universidades debe replantearse ante las nuevas dinámicas del conocimiento. “Las universidades tenemos un doble reto frente a la inteligencia artificial: todos los sectores económicos se están transformando, pero en el caso de la educación, el impacto llega tanto al qué como al cómo. Formamos personas para profesiones que también están cambiando”, resaltó.

      Los panelistas plantearon que la educación del futuro exige currículos más flexibles, docentes preparados para los cambios tecnológicos y un aprendizaje continuo que conecte la formación con las demandas laborales y sociales del país. En ese sentido, los rectores de la Alianza 4U propusieron avanzar en una visión de largo plazo que consolide el papel de la educación como motor de transformación y equidad.
       

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      Panel 4U
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      El diálogo contó con la participación de José Escamilla, del Tecnológico de Monterrey, quien destacó la importancia del aprendizaje continuo.
      Aprender a lo largo y ancho de la vida

      Dentro de la agenda se desarrolló la charla “Redefiniendo la misión: las universidades como impulsoras del aprendizaje a lo largo de la vida”, en la que José Escamilla profundizó en el aprendizaje como un proceso permanente, donde la formación no termina con un título, sino que se renueva cada día con curiosidad y propósito. Explicó que las micro, macro y nanocredenciales son herramientas que permiten evidenciar competencias reales y adaptarse a un mundo laboral en constante cambio.

      El directivo invitó a las universidades a transitar hacia una educación “a lo ancho de la vida”, es decir, una formación que también reconozca el aprendizaje fuera del aula. “Un entorno centrado en el aprendedor reconoce que cada persona aprende de manera distinta. Algunos avanzan más rápido cuando asumen la responsabilidad de su propio proceso”.

      En esa misma línea, Jorge Rodríguez Tort, líder de credenciales alternativas del Tecnológico de Monterrey, compartió la experiencia de su institución en la implementación de microcredenciales como herramienta de desarrollo profesional. Explicó que estas certificaciones permiten reconocer habilidades específicas, conectar la formación con la empleabilidad y generar trayectorias de aprendizaje más dinámicas.

      Durante su intervención, también destacó que las microcredenciales “proporcionan mayor detalle de un perfil profesional, ofrecen flexibilidad y permiten una actualización constante de las competencias que exige el mercado”. Además, señaló que este modelo impulsa la innovación curricular y facilita que los docentes integren nuevas herramientas de evaluación y enseñanza.

      El encuentro dejó como conclusión que la educación no puede seguir siendo un espacio de reacción, sino un agente que inspire y lidere los cambios sociales y tecnológicos del siglo XXI. En palabras de los invitados, la verdadera transformación educativa comienza con la imaginación, la colaboración y la acción compartida.
       

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      Reconocer, redistribuir, remunerar: el cuidado también es economía

      Julio 22, 2025

      La economía del cuidado visibiliza un trabajo esencial para la reproducción de la vida y el funcionamiento del sistema productivo, que históricamente ha recaído de forma desproporcionada en las mujeres. Este trabajo, muchas veces no remunerado ni reconocido, limita la autonomía económica y los ingresos dignos. 

      Hablar de cuidado es hablar de derechos y corresponsabilidad. En una sociedad que envejece y necesita más apoyo, el reto es redistribuir las tareas de cuidado entre el Estado, las familias, el sector privado y la comunidad. Esto implica transformar roles de género y ofrecer condiciones justas para quienes cuidan.

      Aunque todos y todas necesitamos cuidados en algún momento de la vida, no siempre somos conscientes del valor que este trabajo tiene para la sociedad. El cuidado es una actividad esencial para sostener la vida y también una dimensión económica que ha sido por mucho tiempo invisibilizada. La economía del cuidado se refiere a ese conjunto de tareas fundamentales, un concepto que ha tomado fuerza en las agendas públicas y académicas de América Latina y el mundo. 

      Para Carolina Lopera Tobón, secretaria de las Mujeres de Antioquia, el cuidado es un derecho que está emergiendo y que se quiere consolidar como un derecho fundamental asociado al concepto de ciudadanía, pero también es un trabajo, que en la mayoría de los casos no es remunerado y que se encuentra invisibilizado. "Hablar de la economía del cuidado es fundamental, porque implica reconocer su aporte tanto en los procesos reproductivos como en los productivos". Además, agrega que mientras el 76 % de los hombres en edad de trabajar se encuentran empleados o en búsqueda activa de empleo, solo el 51 % de las mujeres está en esa misma situación. 

      Y es que hablar de cuidado también es hablar de desigualdad. La división sexual del trabajo ha asignado históricamente a las mujeres la responsabilidad de lo doméstico y lo íntimo. A pesar de que hoy participan más en la vida laboral y política, siguen siendo las principales proveedoras de cuidado en el hogar. “Mientras las mujeres dedicamos 7 horas y 44 minutos en promedio al trabajo del cuidado no remunerado, los hombres lo hacen durante 3 horas y 6 minutos. Eso ya en sí mismo nos evidencia que las mujeres dedicamos casi tres veces más de tiempo”, explica Carolina. 

      Desde otra perspectiva, Juan José Suárez Peña, pedagogo y coordinador desde EAFIT de la apuesta formativa del Sistema del Cuidado de Antioquia, plantea que esta discusión no es nueva, aunque hoy sea más visible gracias a la sistematización de datos. “Hace 600 años las mujeres vienen hablando de dejarlas participar en la educación, en los espacios políticos y en los espacios sociales”, afirma. 

      Igualmente, Juan José subraya que la economía del cuidado interpela a los hombres. “Es importante redistribuir esas tareas porque no puede ser que el 51 % de la población del mundo no tenga un proyecto de vida porque tiene una doble o una triple jornada. Entonces, la redistribución de las labores de cuidado implica un reconocimiento de estas labores, pero además requiere reconocer que nosotros, los hombres, no hacemos lo que deberíamos hacer”. 

      La transición demográfica actual, con poblaciones más longevas y tasas de natalidad en descenso, hace aún más urgente el debate. Cada vez más personas necesitarán cuidados, y si no se transforman las estructuras actuales, esa carga seguirá recayendo en las mismas manos. “No estamos preparados como sociedad para realizar ese cambio, no solamente en lógica de cuidado, sino también en lógica de productividad y de desarrollo. No es posible que, en años futuros, cuando ya tengamos menos personas en capacidad productiva, esto continúe de la misma manera, y por eso actualmente las administraciones públicas están asumiendo este tema como prioritario”, advierte Carolina. 

      “El diamante del cuidado” 

      De acuerdo con Angie Palacio Sánchez, jefa de incidencia de Valor Público EAFIT, el cuidado no puede seguir siendo una carga exclusiva de las mujeres, y mucho menos de las familias. La atención a la infancia, a las personas mayores, enfermas o con discapacidad debe ser vista como una responsabilidad compartida por toda la sociedad. “Ahí es donde entran el famoso diamante del cuidado, que representa a los actores que deben asumir esta tarea: las familias, sí, pero también las empresas, el Estado y las organizaciones sociales”. 

      En EAFIT, este tema ha venido cobrando relevancia como una problemática urgente para la sociedad. Según Angie, la Universidad se ha venido acercando a esta temática en los últimos años a través de la comprensión profunda de las inequidades que la atraviesan. “Nuestra labor es ser capaces de atender esos problemas, pensarlos, conocerlos y diagnosticarlos muy bien, para que a partir de ello podamos definir cuál es el camino a seguir. Por eso, desde Valor Público, hablamos de cómo comprender estos desafíos puede aportar a mejores decisiones para que otro país sea posible y, en este caso, para que otra sociedad del cuidado sea posible”, afirma. 

      Desde la iniciativa de Equidad y Desarrollo Social de Valor Público, liderada por la profesora eafitense Mónica Hernández, se acompaña actualmente el Sistema del Cuidado de Antioquia. Esta labor, que trasciende la coyuntura, busca contribuir a la construcción de una sociedad más equitativa, en la que el cuidado se reconozca como un bien público, una política estructural y una prioridad colectiva. 

      Cuidar no es un favor ni un acto exclusivo de amor: es trabajo, es tiempo, es desgaste y también es producción de valor. Reconocerlo, redistribuirlo y garantizarlo como un derecho es un paso necesario hacia una sociedad más justa, donde todas las personas, cuidadoras o cuidadas, puedan desarrollar su proyecto de vida con autonomía y dignidad.

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      Reconocer, redistribuir, remunerar: el cuidado también es economía
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      Según un informe de ONU Mujeres Colombia y el DANE, el trabajo doméstico y de cuidados del hogar equivale al 20 % del Producto Interno Bruto (PIB) del país.
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      ¿Qué decisiones pueden tomar las asambleas de copropietarios?

      Febrero 29, 2024

      Si bien la ley define sus funciones básicas, estas pueden establecer normas de convivencia dentro del reglamento de propiedad horizontal que estén en consonancia con la Constitución y el Código Nacional de Policía y Convivencia. 

      Frente a las determinaciones colectivas de las asambleas es posible no estar de acuerdo, sin embargo, para impugnar una decisión, esta debe ir en contra de la ley o del reglamento de la propiedad horizontal.  

      ​Si usted es dueño de una propiedad horizontal, es crucial comprender el propósito, alcance y limitaciones de las asambleas. ¿Están en la facultad de impedir tener animales en las residencias?, ¿pueden prohibir el alquiler a través de plataformas digitales o restringir los horarios en que una vivienda hace ruido?  

      Como máximo órgano decisorio de la copropiedad, las asambleas cumplen unas tareas básicas según lo establecido por la Ley 675 de 2001. Margarita Maya Lopera, abogada y egresada de EAFIT, aclara que una asamblea puede formular normas de convivencia dentro del reglamento de propiedad horizontal, sin embargo, dichas directrices no pueden ir en contravía del Código Nacional de Policía y Convivencia, ni de los derechos fundamentales consagrados en la constitución.  

      Con respecto a las mascotas, la abogada señala que “el Código Nacional de Policía, en el artículo 117 reformado en el 2020, dice que las copropiedades no pueden prohibir la presencia de mascotas y animales domésticos. Además, ordena que, en la próxima asamblea, se remueva esta prohibición en caso de que exista”, igualmente, el Código, en el artículo 129, establece que en los conjuntos residenciales no pueden permanecer aquellos animales caninos potencialmente peligrosos, y que se requiere una decisión calificada de tres cuartos de la asamblea para prohibirlos.  

      Sobre el alquiler de viviendas en plataformas digitales, es importante considerar la destinación que tiene la copropiedad en el reglamento. En caso de ser residencial, aquellos apartamentos que se alquilen por menos de 30 días estarían destinados al turismo, lo que constituiría un incumplimiento de la normativa del conjunto y podría resultar en multas para los propietarios. También, es posible realizar una votación durante la asamblea para cambiar la destinación del inmueble, seguido de otros procesos de licenciamiento.  

      En cuanto al ruido, el uso de las zonas comunes, la disposición de residuos y otros temas de convivencia, el Código Nacional de Policía puede servir como referencia general, no obstante, los detalles específicos se pueden establecer en el reglamento de la propiedad horizontal con el apoyo del consejo de administración. 

      Federico Bernhardt, socio director de BG Abogados y profesor de la especialización en Derecho Urbano de EAFIT, advierte que las asambleas son órganos colegiados, lo que significa que toman decisiones de forma colectiva. Aunque es posible no estar de acuerdo, cambiar una decisión por vía jurídica requiere que esta vaya en contra de la ley o del reglamento de la propiedad horizontal.  

      “Frente a un desacuerdo se puede dejar constancia de quiénes votaron a favor y en contra. También se puede afirmar en situaciones determinadas que la decisión es ilegal, por que va en contra del reglamento de propiedad horizontal o de la ley, así, es posible impugnar, siempre y cuando se tengan los soportes para eso”, dice el profesor.  

      Otra de las tareas que cumplen las asambleas sucede entre febrero y marzo de cada año, tiempo en el que deben fijar el valor de la cuota ordinaria de administración basándose en un presupuesto detallado presentado por el administrador y el consejo de administración.  

      Dany Granda Jaramillo, profesor de la especialización en Derecho Urbano de la Universidad, explica que, junto con la fijación de este rubro y la aprobación del presupuesto del año en curso, las asambleas deben evaluar la gestión administrativa y financiera de los demás órganos que forman parte de la persona jurídica: el administrador y su equipo de trabajo, el consejo de administración, el revisor fiscal y el comité de convivencia, cuando hay lugar a ellos. 

      “En este punto, es oportuno que cada propietario haga un balance de la gestión de estos, pues la asamblea es la oportunidad para confirmar o renovar el equipo de trabajo, partiendo del mismo consejo de administración, conformado por un grupo de propietarios que acompañarán al administrador en la toma de las decisiones más importantes hasta el próximo año”, afirma. 

      Una última función es responder a las solicitudes de los copropietarios que no han podido ser resultas por el administrador y el consejo, como aquellas relacionadas con las modificaciones al reglamento de propiedad horizontal, derivadas de mejoras o modificaciones que pretendan hacerse a los bienes privados.  

      La ley no determina un límite para la duración de las asambleas ni para el aumento en la cuota de administración, a menos que el reglamento de propiedad horizontal disponga lo contrario. Esto es una práctica riesgosa, según afirma el profesor Federico, ya que los aumentos deben corresponder a los fenómenos económicos y su variabilidad.  

      ¿Cómo prepararse para una asamblea? 

      Los especialistas recomiendan a los propietarios, antes de una asamblea, revisar los informes y documentos adjuntos enviados por los administradores en la citación para conocer la ejecución del presupuesto del año anterior, el estado de la cartera y otros asuntos financieros con anticipación. Incluso, si se considera necesario, podría remitirse este material a un contador para tener su opinión.  

      Si se quiere llevar alguna propuesta especial, es aconsejable prepararla previamente mediante una exposición concreta. Se considera una ventaja si cada propietario hace un balance de los asuntos que desea discutir en materia de convivencia, obras e intervenciones, ya que esto puede influir incluso en el valor económico del inmueble.  

      Por último, también es oportuno revisar quiénes son las personas con derecho a asistir a la asamblea. En muchas ocasiones, se delega esta asistencia a familiares o amigos sin contar con un poder o autorización expresa del propietario, donde manifieste este deseo en caso de no poder asistir. Perder la representación en estas sesiones significa renunciar a la posibilidad de compartir su propio juicio con los demás, expresan los profesores. 

      Mayores informes 

      Alejandro Gómez Valencia 

      Área de Contenidos EAFIT 

      Departamento de Comunicación 

      Teléfono: 57 604 2619500 ext. 9931 

      Correo electrónico: jgomez97@eafit.edu.co 

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      Fotografía de edificios con vista al centro de Medellín. relacionada con la noticia: ¿Qué decisiones pueden tomar las asambleas de copropietarios?
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      Las asambleas de copropietarios las constituyen los propietarios de bienes privados, representantes o delegados.  
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