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Vocación y espíritus que vuelan

​​Ingeniería N es un espacio para los jóvenes con inquietud por el conocimiento técnico y con ganas de hacer algo por sus comunidades. Un esfuerzo de EAFIT, Ruta N y la Secretaría de Educación de Medellín.​

Esta iniciativa está orientada a fomentar la vocación en 300 estudiantes de octavo y noveno grado de 20 instituciones educativas públicas de Medellín con media técnica relacionada con ingenierías.
Laura Botero
Colaboradora / Universidad de los Niños
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La trayectoria vital de cualquier individuo adquiere sentido cuando esa persona identifica una vocación: en el arte, el deporte, la ciencia, la comunicación, la ingeniería o en cualquier área.

En este sentido, la experiencia de un joven se transforma en el momento que conecta sus sueños con un proyecto de vida y se entera de que aquello que más le gusta hacer puede convertirse en una opción para sobresalir en la sociedad.

A eso le apunta el proyecto Ingeniería N, una iniciativa orientada a fomentar la vocación en estudiantes de octavo y noveno grado de instituciones educativas públicas con media técnica relacionada con ingenierías.
 
“Queremos fomentar en los jóvenes la pasión por la ciencia y la ingeniería. El objetivo es promover en ellos una vocación. Ellos deberán decidir si se van por instalación de redes eléctricas o desarrollo de software o lo que deseen, lo importante es lograr la meta de disminuir un poco la deserción en estas escuelas de media técnica y abrirles un mundo de posibilidades en proyectos que se pueden hacer por medio de las ingenierías”, dice Alejandra Vidal, coordinadora del programa Ingeniería N, que hace parte de la Universidad de los Niños EAFIT.

Aprender a aportar​ 

La metodología, que se fundamenta en los principios de la Universidad de los Niños, promueve el trabajo en grupo y la interacción entre los jóvenes. “Los​ jóvenes se sientan en círculos porque tratamos de romper con el esquema académico de salones y escritorios en fila. Los talleres se dan a partir de conversaciones espontáneas y la formulación de preguntas. Buscamos que haya experimentación, exploración y juego en cada jornada”, señala Alejandra. 

La metodología, que se fundamenta en los principios de la Universidad de los Niños EAFIT, promueve el trabajo en grupo y la interacción entre los jóvenes.

Lo que se procura, además de despertar una vocación en los participantes, es sembrar en ellos el interés por mejorar las condiciones que rodean sus comunidades. Así, algunos de los proyectos que se diseñan están orientados, por ejemplo, a formular un mecanismo de protección de cuencas y quebradas, a establecer un método para el manejo adecuado de residuos o un mecanismo que permita reducir el consumo de energía eléctrica en el alumbrado público.

Ingeniería N inició en marzo de 2014, con un grupo de 300 estudiantes de 20 instituciones educativas de Medellín. Ellos fueron seleccionados luego de participar en un reto académico al que se inscribieron de manera voluntaria, es decir, allí están los chicos que desean vivir esta experiencia de aprendizaje.  

Pensamiento colectivo​

Lo que se procura, además de despertar una vocación en los participantes, es sembrar en ellos el interés por mejorar las condiciones que rodean sus comunidades.

Alejandra Vidal dice que una de las gratificaciones que ha obtenido en el desarrollo de esta experiencia es evidenciar el interés de los jóvenes por transformar la realidad que los rodea.
 
“Cuando ellos identifican una problemática en sus barrios y quieren darle solución, no piensan en sí mismos, sino en el interés de su comunidad. Ellos no van a diseñar una rampa de skate o un teatro. Lo que buscan es soluciones, por ejemplo, para educar sobre el riesgo que tienen las personas al conectarse a la energía de contrabando, para descontaminar las quebradas o para brindar alternativas de desplazamiento para las personas con movilidad reducida”, explica Vidal.​

De ahí que el enfoque de este proyecto promueva el pensamiento de largo alcance, pero con metas ajustadas a su entorno.
 
“¿Qué queda en estos chicos? Hay un montón de posibilidades abiertas, no solo con desarrollos de punta porque sabemos que esto no es la Nasa, pero se aprende a pensar en la ingeniería como una herramienta para intervenir en la comunidad. Ellos piensan en conectar las experiencias que tienen con las posibilidades que ofrece la Universidad, las máquinas y los laboratorios”, afirma Alejandra.

El trabajo lo hacen mediante talleres que se desarrollan en cinco fases: encontrar una necesidad, descubrir soluciones existentes, idear, diseñar en detalle y materializar. Posteriormente, los participantes exponen sus resultados en una muestra general de proyectos.

Los talleres, que se realizan en Ingeniería N, son posibles gracias a la gestión en equipo y la alianza de cinco grupos de investigación en Ingeniería de la Universidad EAFIT: Centro de Estudios Urbanos y Ambientales, Electromagnetismo Aplicado, Materiales de Ingeniería, Ingeniería de Diseño de Producto e Ingeniería, Energía, Exergía y Sostenibilidad.​

La voz de los elegidos

A Andrés Felipe Cuartas le gusta componer canciones y practicar natación. Tiene 14 años y está en noveno grado en el Instituto Técnico Pascual Bravo. Es uno de los estudiantes que participan en este proyecto y está convencido de que “la ingeniería sirve para ayudar a crear las cosas y mejorar la ciudad”.
 
Así como sabe qué lo hace feliz, Andrés sabe qué quiere para el futuro: “Sueño una ciudad en la que uno pueda practicar deportes en paz y que no tenga que estar preocupado por ir a ver un partido en el estadio o apoyar un equipo, y que no haya tanta inseguridad. Mi compromiso es, cuando vaya a escenarios deportivos, cuidarlos y no dañarlos. Ingeniería N me ha parecido muy bueno, me ha enseñado cómo investigar cosas y cómo poder solucionarlas”.

Verónica Salazar Agudelo estudia en la Institución Educativa Fe y Alegría y le bastan sus 15 años para entender que en el barrio El Playón, donde vive, tienen un problema de movilidad.

 “Las calles son muy reducidas, nos faltan aceras y hay muchos carros, sobre todo de transporte público. Quisiera buscar una solución bien estructurada para poder mejorar la movilidad de mi barrio y, si se puede, de toda la ciudad. Si podemos solucionar esto en este barrio podríamos expandir esta idea al resto de Medellín. Hablo de señalización, ampliación y cambio de vías, que fueron algunas de las soluciones que propusimos en mi grupo”, manifiesta Salazar.

Los líderes de estos chicos son estudiantes de ingeniería de EAFIT o miembros de equipos de investigación en la Universidad. De la mano de estos alumnos e investigadores, los participantes van desarrollando una pasión por la ingeniería e identifican su vocación. Sí, esa que permite transformar la sociedad, crear equidad.​


Buscan evitar la deserción de estudiantes de media técnica

Para Ruta N, aliado institucional en este proyecto, Ingeniería N surge como una respuesta al déficit que tiene Medellín de estudiantes con interés en adelantar alguna carrera de ingeniería, sumado a que la necesidad en innovación y tecnología es cada vez mayor. La meta es impedir la deserción de los estudiantes de media técnica.

De esta manera, busca crear una sinergia entre los estudiantes de octavo y noveno grado de bachillerato y los investigadores en pregrados, relacionados con la ingeniería, para formular soluciones útiles para la comunidad local.

Ingeniería N en cuatro claves:

El proyecto fortalece en los jóvenes estos
aspectos:
• Pensamiento crítico.
• Perseverancia.
• Habilidades para resolver problemas.
• Trabajo en equipo.​

Última modificación: 06/03/2017 11:47