Abrazar nuevos terrenos y emociones
Juan Gonzalo define como “fundamental” la conexión inicial con el ecosistema emprendedor y destaca espacios como ferias y encuentros para conocer proveedores, clientes potenciales, colegas y todas las personas y entidades claves para proyectarse. Calcula que esa confianza inicial representa un 50 por ciento del éxito y que el otro cincuenta está en conectarse con el nicho de clientes, “quienes validan la marca desde la compra, inician el voz a voz y abren nuevos canales de venta”.
Juan dice que al crecer el nicho de clientes y, por tanto, los ingresos, estos se deben revertir en una mejor calidad de vida de los colaboradores en temas de salario económico y salario emocional, siempre con la mirada de tener un equipo cercano en quien confiar para seguir escalando con sostenibilidad.
“La confianza y el impulso inicial fueron superimportantes”, comenta la ingeniera de diseño de producto de EAFIT y creadora de Hugger Island, Viviana Otálvaro, quien lidera una isla donde surgen abrazadores para ayudar a personas en situación de crisis. “Yo creo mucho en la fuerza de las redes. Es como un efecto bumerán, cuando tú tocas a alguien, este toca otras dos personas y se multiplica exponencialmente, más en este, un proyecto que toca tanto y que se multiplica con las mujeres que apoyamos y con los donadores”, agrega.
Viviana recuerda esa confianza con mucha gratitud, ya que al ser una iniciativa que se vale de algo tan simple como un abrazador de tela para abordar la inteligencia emocional, hoy ver que muchas personas superan sus malos momentos, al tiempo que se genera empleo en mujeres con necesidades socioeconómicas, da una sensación de círculo virtuoso: “diseñamos experiencias para enseñar qué hacer con el miedo, la rabia o la tristeza desde el afecto, el poder transformador más grande del universo”.
Como dice el experto en competitividad, Jorge Mesa Cano, docente de la Escuela de Administración de EAFIT, las universidades son claves para generar conocimiento, pero se necesita toda una infraestructura para continuar. Quizás por eso, Adriana García explica que hoy “el mayor reto es de escalabilidad, tanto en número de emprendimientos y emprendedores acompañados, como en la profundidad y la especialización del acompañamiento, y, por último, en el nivel de impacto y diferenciación de los emprendimientos resultantes de la comunidad eafitense”, emprendedores que hoy ofrecen productos y servicios que generan respuestas y oportunidades para la sociedad, gracias a una semilla que germinó y da sus frutos: la confianza.