​Apoyo para participación en Ponencias, Redes y Pasantías

La Vicerrectoría de Ciencia, Tecnología e Innovación (CTeI), con el ánimo de propender por la excelencia en las actividades de CTeI y la consolidación de la comunidad científica, apoyará la comunicación pública de la CTeI mediante la participación en eventos internacionales (o realizados en el país, pero de carácter internacional), la consolidación de redes de investigación, y pasantías de investigación.

Modalidades de fi​​nanciación

    Comunicación pública de resultados de investigación a través de la presentación de trabajos en eventos.

    Creación, participación y consolidación de redes de investigación.

    De investigación para estudiantes de doctorado​​.

    Cron​ograma

    Apertura convocatoria: 1 de abril de 2025.

    Cierre de recepción de propuestas: 25 de abril de 2025.

    Consolidación de información por parte de la Dirección de Investigación​: Del 28 de abril al 9 de mayo de 2025.

    Evaluación y prioricación por parte de las escuelas: Del 9 al 30 de mayo de 2025.

    Revisión y aprobación por parte de la comisión de Evaluación de Ponencias, Redes y Pasantías: Del 2 al 5 de junio de 2025.

    Publicación de resultados: 6 de junio de 2025.

    Tendencias tecnológicas que transforman la medicina

    Septiembre 10, 2020

    Los más recientes avances permiten mayor precisión en diagnósticos y cirugías, hacer prevención y acompañar tratamientos. En últimas, disminuyen –y en el futuro lo reducirán más– el margen de error humano en la atención de pacientes. 

    Habrá microrrobots tan pequeños que el ojo humano no los notará. Ingresarán al cuerpo por medio de cápsulas y serán dirigidos a distancia por un médico mediante un control orientado por señales de ultrasonido o campos magnéticos. Tendrán la capacidad de realizar cualquier acción quirúrgica que el especialista le indique y podrán transportar y suministrar medicamentos a las áreas afectadas con la precisión que la mano de un experto cirujano, después de horas de operación y presionado por el estrés agobiante, no lograría.

    Esto ocurrirá en las próximas dos décadas, sugiere el profesor Óscar Andrés Vivas, de la Universidad del Cauca, especialista en robótica quirúrgica, una de las nuevas tendencias tecnológicas que está revolucionando la atención en salud.

    Cuando cerca de un millón de personas mueren al año en el mundo por complicaciones quirúrgicas, según cálculos de la Organización Mundial en Salud, la anterior es una buena noticia que se complementa con otros desarrollos relacionados con herramientas como el big data, la inteligencia artificial, el internet de las cosas, el machine learning –por mencionar algunas– que han llegado para asistir al personal médico y fortalecer sus capacidades técnicas y profesionales en beneficio de los pacientes. Todo esto gracias a la conjunción de especialidades como la ingeniería biomédica, la informática, el diseño de producto y la biotecnología, entre otras.

    El ingeniero biomédico Christian Díaz León, doctor en Ingeniería y jefe del nuevo pregrado de Diseño Interactivo de EAFIT, afirma que “la medicina de precisión, apalancada por las tecnologías mencionadas, permitirá tener en cuenta la variabilidad individual en los genes, el ambiente y el estilo de vida de cada paciente para personalizar la prevención y el tratamiento de las enfermedades, utilizando por ejemplo tecnologías como la impresión 3D en la industria farmacéutica con el propósito de desarrollar fármacos con una composición específica para cada paciente”.

    Los avances son más fuertes en países con mayor poder adquisitivo para investigar, probar y fabricar, pero en Colombia –y en la propia Universidad EAFIT– se han dado algunos desarrollos que son dignos de exaltar.

    Tecnologías portables y más económicas

     El profesor Díaz León fue elegido en 2016 como uno de los investigadores menores de 35 años más innovadores del planeta por el MIT Technology Review, por un desarrollo de realidad virtual que les permitía a dos o más personas trabajar de forma remota con un simulador para el entrenamiento de habilidades quirúrgicas. Uno de los aspectos más destacados de ese desarrollo tecnológico es que democratizaba y compartía el conocimiento al recrear condiciones reales de intervenciones médicas.

    Díaz León se refiere a las tecnologías exponenciales para explicar aquellas herramientas permeadas por el cómputo y la digitalización, cuyo crecimiento en los años recientes se ha dado a una gran magnitud. Ellas han permitido, por ejemplo, que en la medicina se pueda hoy digitalizar toda la información de un paciente, pero no solo la que dispone el especialista sino algo mucho más profundo: menciona los relojes inteligentes que miden señales fisiológicas como el ritmo cardíaco, la presión arterial o la temperatura, y que hacen las veces de sensores que son capaces de identificar arritmias, distorsiones en el palpitar del corazón que si no se detectan a tiempo ocasionan un infarto.

    El profesor Díaz comenta que algunos afirman que la digitalización y automatización del sector salud podría llegar a reemplazar el 80 % de los médicos en el futuro, tal como lo plantea el inversionista del Silicon Valley Vinod Khosla, ya que las máquinas pueden ser mucho más precisas y económicas.

    Imagen Noticia EAFIT
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    La medicina cada vez cuenta con más interfases virtuales que permiten optimizar su labor. Foto Shutterstock

    Las historias clínicas almacenadas en la nube entregarán datos para hallar patrones sobre determinadas patologías que permitan diagnósticos más acertados. Foto Shutterstock.

     

    Las historias clínicas almacenadas en la nube entregarán datos para hallar patrones sobre determinadas patologías que permitan diagnósticos más acertados. Foto Shutterstock.

    “Tal vez, lo que realmente suceda es que la tecnología aumente la precisión y rapidez de los diagnósticos, para que los médicos se enfoquen en tratar al paciente e innovar en el sector salud”, precisa el investigador.

    “Tal vez, lo que realmente suceda es que la tecnología aumente la precisión y rapidez de los diagnósticos, para que los médicos se enfoquen en tratar al paciente e innovar en el sector salud”, precisa el investigador.

    En tecnologías mucho más avanzadas, el procesamiento de imágenes como tomografías o resonancias magnéticas ofrecen la posibilidad de hacer una reconstrucción tridimensional de partes internas del cráneo, por ejemplo, cuando se va a hacer un implante craneal, una prótesis ósea o de una articulación, y sirve para la planeación de la intervención quirúrgica ya que el cirujano puede tomar decisiones previas antes de intervenir al paciente.

    Un aspecto que resalta Díaz León es la posibilidad que abre la tecnología en campos como la genética, la secuenciación de ADN y la digitalización: “Una investigación de la Universidad de California permitía que con una gota de sangre se testearan diferentes patologías, entre ellas el cáncer, para identificar qué tipo de enfermedad tenía el paciente. Se hacía a partir de la secuenciación genética o de determinadas reacciones químicas para saber con rapidez qué afección tenía y con un costo muy bajo tanto para la persona como para el sistema de salud”, explica.

    Este último aporte, que proviene de la biotecnología, entrega diagnósticos más personalizados con procesos más estandarizados en la medicina.

    La robótica quirúrgica

     

    Los desarrollos tecnológicos están creando una nueva realidad que cambiará la forma de atender las necesidades de salud. Foto Shutterstock.

     

    Esta herramienta tecnológica es una de las que más tiempo lleva sirviendo a la medicina, sostiene el profesor Óscar Andrés Vivas, de la Universidad del Cauca. Surgió a principios de la década de los noventa con el sistema quirúrgico Da Vinci como el principal protagonista, que aún está vigente.

    Este es un equipo muy común para intervenciones como la laparoscoìa (operaciones en la región del abdomen) que ofrece mayor precisión al cirujano. En Colombia, según Vivas, hay disponibles entre unas cuatro unidades, de las tres mil que hay en el mundo. Si bien sus ventajas son amplias, su alto costo –supera los dos millones de dólares– dificulta su adquisión en forma más amplia.

    Por eso la industria ha explorado otras herramientas que asisten a los especialistas en situaciones incómodas como el cansancio producto de una extensa cirugía que se prolonga por varias horas, que disminuye la precisión de sus movimientos.

    Vivas asegura que en las próximas dos o tres décadas la microrrobótica habilitará el uso de robots pequeños y a bajo costo que, a nivel micro, realizarán intervenciones dentro del cuerpo humano. Solo hay un asunto que, cree, haría difícil su implementación: la fabricación de motores a esa escala.

    “Las personas con cáncer, en vez de recibir quimioterapia o radioterapia, podrán tomarse una cápsula que contiene esos microrrobots, los cuales serán dirigidos por medios eléctricos y electrónicos hasta el órgano afectado. Estos llevarán en su interior el medicamento y al entrar en contacto directo con la célula cancerígena lo depositarán en ella para hacer una eliminación más sencilla”, señala Vivas.

    Una vez cumplan su tarea, estos microrrobots serán tan pequeños que el mismo cuerpo los podrá absorber. Hasta ahora no hay desarrollos comerciales de estos productos, pero ya hay investigaciones en curso con resultados positivos hasta el momento.

    Y más en el futuro, quizá cuatro décadas adelante, Vivas visualiza el uso de la nanotecnología con productos a la misma escala de tamaño que una célula. Todo esto parece un cuento de ciencia ficción, pero no lo es: los avances tecnológicos apuntan en esa vía.

    En las próximas décadas, la microrrobótica habilitará el uso de pequeños robots de bajo costo que realizarán intervenciones dentro del cuerpo humano.

    Herramientas de big data, inteligencia artificial, internet de las cosas y machine learning ya asisten al personal médico y fortalecer sus capacidades en favor de los pacientes.

    Implantes a la medida hechos con impresión 3D

    La manufactura aditiva, con prototipaje rápido e impresiones en 3D, es un desarrollo ya probado que está dando resultados efectivos para los pacientes. Así lo señala Juan Felipe Isaza Saldarriaga, ingeniero mecánico, magíster en Ingeniería y profesor de Ingeniería de Diseño de Producto de EAFIT.

    Isaza trabaja en Smartbone, una spin-off de la Universidad EAFIT que fabrica productos con tecnología en impresión 3D cuyo material principal es el titanio, aunque en el momento está avanzando en la utilización de plástico.

    El titanio ha sido el más recurrente dada la baja tasa de rechazo cuando es adaptado al cuerpo humano y porque sus propiedades mecánicas son similares a las de un hueso.

    Estados Unidos y Europa llevan la ventaja en estos desarrollos, pero en países como Colombia ya se han explorado caminos con pruebas exitosas.

    Como ejemplo, Isaza expone el caso de los implantes de cráneo que se realizan con un insumo básico: imágenes médicas, un TAC o una resonancia magnética. De estas se extraen unas geometrías y con ayuda de un software se hace una modelación en 3D, con mediciones, ajustes y estética de las simetrías del órgano, para sacar luego un prototipo impreso que se enviará al médico para su aprobación.

    “Cuando el médico nos avala el diseño, este llega a una planta de fabricación del material –EAFIT cuenta con una de estas– que utiliza acrílico, plástico biocompatible o titanio (aunque en este caso se recurre a un socio de Estados Unidos a quien se le envía el diseño y él devuelve la pieza). Posteriormente, el producto se le entrega al cliente, sea el hospital o el médico particular, y él se encargan de hacer la cirugía”, explica Isaza.

    Para hacer las pruebas de adaptación de estos implantes se han desarrollado simuladores que recrean intervenciones como laparoscopias o de ortopedia, ya que la regulación impide hacer estas actividades en cuerpos reales o cadáveres, sean de humanos o animales. Con estos simuladores, además de medir la eficacia de los prototipos finales, se promueve el entrenamiento del personal médico en sus habilidades motoras y cognitivas, disminuyendo el margen de error que el ser humano puede tener en intervenciones de este tipo.

    Isaza destaca el trabajo hecho en la alianza que tiene la Univesidad EAFIT con el Hospital Pablo Tobón Uribe y la Universidad CES. Juntos han adquirido cinco máquinas de impresión 3D con dos tecnologías diferentes: una tecnología imprime con hilo fundido que va haciendo la figura plano a plano hasta completarla; la otra, llamada SLA o estereolitografía, es un láser que va curando una resina y la solidifica hasta que la figura queda lista.

    Realidad virtual y aumentada para “entrar” en el paciente

    Una persona, en un sitio del mundo; el médico, en otro. En medio, además de la distancia, una tecnología y unos equipos que los ponen en contacto físico aún sin que uno toque al otro en la realidad.

    Helmuth Trefftz Gómez es profesor del Departamento de Informática y Sistemas de EAFIT, además de director del Laboratorio de Realidad Virtual de esta universidad. Según explica, la anterior descripción será algo común, quizá, en el próximo lustro, cuando se superen algunos problemas de comunicación como la amplitud de la banda ancha; pero será cuestión de que las tecnologías avancen para que se convierta en una situación del día a día.  

    Las realidades virtual y aumentada serán claves para temas como la visualización y la imagenología, en las que al médico le conviene, antes de entrar en cirugía, saber cómo está el paciente por dentro para planificar cómo hacer su intervención.

    En las cirugías estereotáxicas, es decir aquellas en las que se requiere irradiar el cerebro desde distintas partes para localizar un punto exacto dentro de la cavidad craneal, el cirujano podrá, gracias a la realidad aumentada, crear imágenes precisas en 3D a partir de las tomografías axiales computarizadas y ver el interior del paciente, moverse en él y acceder a los órganos para planear su intervención.

     

    Desde hace varios años EAFIT, en conjunto con otras entidades como la Universidad CES, trabaja en el desarrollo de procesos para elaborar implantes craneales a la medida. Algunos de sus desarrollos ya están patentados. Foto Róbinson Henao.

    Inteligencia artificial, big data e internet de las cosas

    Un reloj que con solo activarlo le entrega información al especialista, a distancia, sobre el pulso del paciente, la presión arterial, si se está moviendo o no… toda una serie de datos e información que se obtienen con ayuda de sensores conectados a internet, programados con inteligencia artificial y que mediante apps ayudan al monitoreo remoto. Eso servirá, en especial, para personas a las que hay que hacerles un seguimiento permanente y cuyo desplazamiento frecuente hasta un centro hospitalario se hace complicado.

    Ofrecerán una información que, a su vez, nutrirán la big data almacenada en la nube para permitir diagnósticos más acertados, con base en un historial clínico que ya no está alojado en una carpeta dentro de una estantería, sino disponible para su consulta pública en cualquier lugar del mundo.

    Inteligencia artificial, internet de las cosas, big data… todos conectados para que la salud le entregue al paciente un tratamiento personalizado. El profesor de EAFIT Juan Felipe Isaza Saldarriaga afirma que este será el futuro del servicio, con retos importantes en cuestiones médicas pero también de regulación y legislación, como el manejo de los datos personales.

    La big data, explica el profesor Helmuth Trefftz Gómez, será útil tanto para la atención individual como para tener compilada la historia clínica en un solo lugar de tal forma que pueda ser consultada donde sea necesario. Igualmente, para detectar patrones de salud pública en grandes poblaciones y tomar decisiones relevantes que mitiguen su impacto.

    Todos estos desarrollos son, en definitiva, una nueva realidad que cambiará la forma de atender nuestras necesidades de salud, no solo para el beneficio individual del paciente, sino de toda la humanidad.

    Autores

    Sebastián Aguirre Eastman

    Colaborador.

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    PEAK Urban trajo 40 posdoctores a Medellín

    Septiembre 10, 2020

    El encuentro académico PEAK Retreat Medellín 2020 estudió tres territorios con experiencias exitosas de intervención urbana. Hizo parte del programa Peak Urban, investigación en la que participan universidades de China, Sudáfrica, Reino Unido, India y, por Colombia, EAFIT.

    El reto está planteado. El desafío es claro. Cómo mirar la ciudad moderna, con sus particularidades y con sus complejidades, desde una óptica interdisciplinaria. Una visión que se alimente desde diferentes saberes e intereses y desde la experiencia adquirida en muchos lugares del mundo. Todo esto para crear capacidad cualificada para la toma de decisiones sobre el futuro de las ciudades. Además, generar nuevas investigaciones basadas en la lógica de la complejidad urbana y aumentar la capacidad de las ciudades para comprender y planificar su propio futuro.

    Ese es el objetivo del proyecto PEAK Urban, una investigación financiada por el UK Research and Innovation (Reino Unido) y liderado por la Universidad de Oxford, en alianza con la Universidad de Pekín (China), Universidad de Cape Town (Sudáfrica), Indian Institute for Human Settlements (India) y la Universidad EAFIT, que participa con investigadores adscritos al grupo de investigación Research in Spatial Economics (Rise), de la Escuela de Ciencias, y al Centro de Estudios Urbanos y Ambientales (Urbam).

    Esta es una investigación sin precedentes en la que además de contar con cerca de 40 investigadores posdoctores de diferentes partes del mundo, se invierten
    cerca de 28.000 millones de pesos para profundizar el conocimiento científico, estudiar y proponer soluciones en el proceso de urbanización de las ciudades en países en vía de desarrollo pertenecientes al Sur Global y en los fenómenos asociados que impactan el crecimiento de las urbes.

    Cinco grandes iniciativas

    Esta fase del proyecto deberá terminar en 2021 y durante la etapa final del proceso se publicarán los hallazgos en revistas académicas internacionales. Los siguientes son los cinco proyectos de investigación de EAFIT en PEAK Urban, cada uno a cargo de un posdoctor de la Institución:

    Desafíos económicos de las ciudades latinoamericanas: una visión disruptiva de cómo abordarlas.

    Morfología urbana del desplazamiento.

    La forma urbana y su impacto en el desarrollo sostenible.

    Pasado, presente y futuro del crecimiento de la huella urbana de las ciudades latinoamericanas.

    Ciudades de transición en el Sur Global: gobernanza y relaciones de poder en Medellín.

    Con esta premisa, 40 posdoctores que hacen parte del proyecto PEAK Urban visitaron, entre el 3 y el 7 de febrero de 2020, tres territorios definidos como experiencias exitosas de intervención urbana en Medellín: el barrio Moravia, la consolidación habitacional en las orillas de la quebrada Juan Bobo (en el sector Nororiental de la ciudad) y la Comuna 13 (en la parte occidental de esta capital).

    En estos tres sectores, los investigadores realizaron trabajo de campo guiado por líderes de la comunidad e investigadores líderes de PEAK en lo que fue el encuentro académico PEAK Retreat Medellín 2020.

    La academia en terreno

    Positivas, desde diferentes miradas interdisciplinarias, fueron las conclusiones iniciales que dejó el PEAK Retreat Medellín 2020 que se efectuó en los territorios mencionados y en el campus de EAFIT.

    El certamen fue el segundo de este tipo dentro de PEAK Urban, el primero fue en Bangalore (India), y centró su agenda en dos actividades principales. “En la primera, más académica, los profesores senior ofrecieron clases a los investigadores posdoctores sobre la forma de comunicar los resultados de la investigación al público general, cómo redactar propuestas de sus líneas de trabajo para obtener recursos externos y la importancia de cómo escribir colaborativamente desde diferentes disciplinas y especialidades, entre otros aspectos”, expresó Juan Carlos Duque Cardona, coordinador del grupo Rise y líder de PEAK Urban por parte de la Universidad EAFIT.

    En la segunda parte de la agenda se conformaron tres grupos con un número equivalente de investigadores de diferentes disciplinas y áreas de trabajo. Tras las visitas y la interacción con líderes sociales y la comunidad en terreno, los investigadores regresaron a EAFIT para poner en común esos trabajos de campo y sus respectivas miradas.

    Las vivencias fueron expuestas, el viernes 7 de febrero pasado, en un panel abierto a líderes de los barrios, representantes del gobierno local, medios de comunicación y a la comunidad académica en general.

    “Queremos seguir trabajando con EAFIT. Hay una excelencia en la investigación y doy las gracias por todo el trabajo realizado durante esa semana en Medellín”. Michael Keith, director del Centro sobre Migración Política y Sociedad de la Universidad de Oxford e investigador principal de Peak Urban. 

    Organizaciones sociales, protagonistas

    Además, la visita de los investigadores recordó que las comunidades tienen iniciativas y que esas acciones no son solo de los gobiernos locales, desde el punto de vista técnico. Por ello, destacaron que los espacios de discusión, socialización y participación se constituyen en el mecanismo de superación de estas tensiones, las cuales no se resuelven en el corto plazo. Sin la comunidad, no funcionarían las iniciativas. Ejemplos exitosos de intervenciones comunitarias en estos territorio son: 

    Comuna 13

    Colectivo Agroarte y Partido de las Doñas.
    El primero está conformado por personas del campo que llegaron a Medellín víctimas del desplazamiento forzado y que trabajan en el intercambio de semillas y plántulas.
    Entre tanto, el Partido de las Doñas es una agrupación de mujeres que han sufrido diferentes formas de violencia y que buscan mostrar la importancia de estar unidas para superar el miedo.

    Quebrada Juan Bobo

    La Corporación Convivamos es una organización comunitaria que nació en 1990 y que “promueve el fortalecimiento del movimiento comunitario, el desarrollo local y los derechos humanos en diferentes comunas de Medellín”, según explica su sitio web.

    Moravia

    Movimiento Moravia Resiste, creado en 2018 ante la propuesta de la administración municipal de desarrollar un proyecto de renovación urbana que, según la comunidad, afectaría en forma negativa el sector.

    Otro aspecto destacado es que las acciones emprendidas por las mujeres, como representantes de las comunidades, son claves para llevar a cabo las iniciativas de consolidación de los territorios.

    Esto solo por mencionar algunas de las conclusiones a las que llegaron los investigadores, ya que la dinámica de la actividad se enfocaba en ofrecerles una experiencia personal con los territorios para entender cómo las perspectivas y acercamientos académicos impactan la vida de quienes los habitan. Según los posdoctores, es importante iniciar conversaciones y darse cuenta de las distintas realidades y maneras de entender las intervenciones como exitosas o no.

    El resultado macro

    Para el profesor Duque, “se puede aprender mucho de casos como los que abordamos. Sin embargo, tal vez más importante es identificar los retos que resultan de intervenir los territorios, muchos de ellos no anticipados. ¿Cómo prepararse para lo que viene después? ¿Cómo involucrar más a los habitantes del territorio? ¿Cómo construir redes que hagan estos territorios más resilientes?” “Pienso que el tiempo que pasaron los investigadores y la interacción con profesionales de otras disciplinas fue muy enriquecedor”, aseguró Francisco Obando, investigador en Política Pública y Urbanismo adscrito a la Universidad de Oxford.

    Y anotó: “Además, el salir a las diferentes zonas y conocer las comunidades les da una visión de la problemática real y más ideas para abordar sus investigaciones. La experiencia fue invaluable por el trabajo en grupo y saber cómo se comprenden las ciudades desde diferentes miradas”.

    Desde el Comité Directivo de PEAK Urban se destacan los resultados conseguidos por los investigadores durante este año de trabajo al lograr un discurso unificado, lo que es muy halagador por lo presentado en el Retreat 2020.

    “Fue una muy buena experiencia por la forma en la que se manejaron los páneles que se hicieron en el campus durante las jornadas de socialización los cuales reflejaron un avance concreto de esta cohorte de posdoctores que hacen parte del proyecto”, agregó el profesor Duque. 

    El grupo de invitados internacionales en EAFIT. Foto: Róbinson Henao.

    De estas jornadas de trabajo, a la Universidad EAFIT le queda un grupo de posdoctores que están asentados en el campus con toda la experiencia que brinda trabajar en un proyecto multidisciplinario como PEAK Urban, sin antecedentes en el país y la región por la calidad de las instituciones involucradas, la valía de los investigadores y por el capital económico con el que cuenta.

    Para Juan Luis Mejía Arango, rector de EAFIT, fue un motivo de orgullo contar durante una semana con las delegaciones de investigadores del proyecto: 

    “En Medellín estamos reescribiendo la ciudad como en un palimpsesto. Esa es la metáfora más importante que tenemos de una urbe como esta. Reescribimos una ciudad nueva sobre problemas sociales que no se resolvieron definitivamente. En estas ciudades hay más sociedad que Estado. Valoramos y agradecemos este proceso que se lleva con PEAK Urban porque compartir problemas de estas ciudades del Sur Global nos permite incorporar nuevas ideas para mejorar el bienestar de los ciudadanos”

    Y a la institución, como centro académico, formativo y de pensamiento, le quedan muchos aspectos positivos. Entre ellos dejar clara la intención de trabajar en proyectos futuros similares a PEAK Urban con universidades de distintas partes del mundo, ante la comunidad académica internacional. Y, claro está, hacerparte en una nueva fase de este proyecto después de 2021.

    Autores

    Rafael González Toro

    Colaborador.

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    Crece la cosecha de patentes

    Septiembre 10, 2020

    Proteger las invenciones y productos resultado de avances investigativos es un propósito institucional. Estos son los nuevos desarrollos que obtuvieron patentes y que son producto del esfuerzo eafitense y de sus aliados en los sectores empresarial, gubernamental y académico.

    Estos ladrillos no se pegan con cemento, se entrelazan

     Como si se tratara de fichas de lego o de bloques plásticos de un juego de construcción, pero con su propia ciencia y complejidad, investigadores crearon unos ladrillos que no necesitan cemento ni ningún tipo de pega para adherirse, basta entrelazarlos para que queden juntos y permitan la construcción de una estructura resistente.

    Ese modelo de ensamblaje recibió dos patentes este año. “Las geometrías o la forma de trabar los ladrillos de las dos propuestas patentadas son completamente diferentes, pero cumplen la misma función: trabar y entrelazar las piezas de ladrillo de manera que un muro construido sea capaz de soportar las cargas a las que normalmente se somete”, comenta Juan Diego Jaramillo Fernández, profesor del Departamento de Ingeniería Civil de EAFIT y uno de los creadores de esta innovación.

    Ambos mecanismos tienen como base ladrillos de arcilla cocida que, por su geometría, pueden entrelazarse y resistir cargas frontales y laterales.


    Este es el diseño novedoso de los ladrillos. En la invención participaron importantes entidades nacionales

    En esa línea, pueden utilizarse en la construcción de edificaciones de uno o dos pisos y como muros divisorios en el interior de edificaciones.

    Los sistemas patentados tienen mejores prestaciones sismorresistentes, es decir, mejoran el desempeño de las estructuras ante eventos sísmicos, ya que los muros pueden transmitir las cargas o las fuerzas de un movimiento de la Tierra hacia las vigas superiores, inferiores y columnas de una edificación.

    De igual forma, tienen ventajas como la disminución de los tiempos de construcción, la reducción de las curvas de aprendizaje del personal encargado de usarlos y, como no se requiere pega, el proceso es más limpio, barato y eficiente.

    Electroimán para usos académicos e industriales

     Estudiar las propiedades de los materiales magnéticos que pueden ser utilizados como materia prima en sectores académicos e industriales  es  el  objetivo de este electroimán ideado por investigadores de la Universidad EAFIT.

    La invención puede aplicarse para estudiar las propiedades magnéticas de materiales micro y nanoestructurados, utilizados para la fabricación de  tecnologías  que requieran imanes en diferentes dimensiones como, por  ejemplo, parlantes, motores eléctricos y discos duros de los computadores.

    Este dispositivo puede alcanzar un campo magnético similar al de sus referentes comerciales más cercanos, pero con un menor consumo de potencia y menores dimensiones, gracias a un diseño estructural muy específico soportado por leyes físicas del electromagnetismo.

    El electroimán permite obtener las curvas de histéresis para estudiar las propiedades magnéticas de los materiales y caracterizar materias primas,  tales como partículas de hierro en escala micro y nanométrica.

    Imagen Noticia EAFIT
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    Este es el diseño novedoso de los ladrillos. En la invención participaron importantes entidades nacionales.

    El electroectroimán está oficializado con la resolución número 929 del 21 de enero de 2020 de la Superintendencia de Industria y Comercio.

    Además, puede separar materiales magnéticos  para  descontaminar  diferentes tipos de materiales usados en procesos industriales.

    Todo esto es  posible por las novedades de este electroimán dipolar tipo H, de sus polos, su núcleo magnético y sus bobinas. La principal es la geometría, ya que con la forma del circuito magnético (bordes redondeados y no rectos) se logró incrementar la densidad del flujo magnético, explican los investigadores.

    El electroimán alcanza un campo magnético uniforme de aproximadamente 1.6 T (Teslas), campo que es superior al que se puede obtener con el modelo comercial disponible en el Laboratorio de Instrumentación y Espectroscopía de la Universidad.Para la obtención de la patente, los investigadores contaron con el apoyo de la Fundación Educación Suiza y del ecosistema de Innovación de EAFIT.

    Prótesis a la medida para pacientes con afectación en la articulación mandibular

    El dispositivo es una prótesis total de la articulación temporomandibular (situada entre la mandíbula y el hueso temporal del cráneo) que permite realizar movimientos de lateralidad de la mandíbula. Esa es una característica que no tienen los implantes que se comercializan en la actualidad.

    De acuerdo con los investigadores que la desarrollaron, simular el movimiento mandibular es desafiante, por lo que el reto fue reproducirlo de la manera más precisa posible. El dispositivo tiene un diseño que también permite el cambio de la superficie articular sin afectar el resto de la prótesis. Fue creada por ingenieros de EAFIT y médicos cirujanos de la Universidad CES integrantes del Grupo de Investigación en Bioingeniería (GIB).

    El dispositivo es parte del portafolio de Smartbone, spin off impulsada por EAFIT que diseña aparatos biomédicos e implantes cráneo-maxilofaciales a la medida de los pacientes y que utiliza materiales biocompatibles y tecnología de impresión tridimensional.

     

    Una innovación de la prótesis es que permite a quienes la tengan implantada realizar movimientos de lateralidad.

    Dispositivos que facilitan procesos,en especial, en minería aurífera

    Las dos patentes de invención en el área de ingeniería son desarrollos tecnológicos susceptibles de ser aplicados a diversos sectores de la industria, en particular aquellos dedicados a la minería de oro.

    Los dispositivos fueron creados por los investigadores Diego Andrés Acosta Maya y Carlos Alberto González Mejía, integrantes del grupo de investigación en Desarrollo y Diseño de Procesos (DDP) de EAFIT, con el apoyo de la Dirección de Innovación de la Universidad. Las dos invenciones constituyen equipos independientes con sus propias particularidades dentro del estado del arte tecnológico, los que se complementan en su función.

    En el caso de emplearse para la extracción del oro, el reactor multifásico es el encargado de crear la solución enriquecida –sea de oro u otro líquido–, sustancia que pasa luego al dispositivo de dosificación, con el que se suministra otro mineral como el zinc para hacer la recuperación del metal precioso.

     

    El investigador Diego Andrés Acosta ha participado en la creación de cuatro productos que recibieron patentes durante el último año. Foto: Róbinson Henao.

     

    "No solo funciona para esto. Hay otras aplicaciones para tratamiento de aguas y para reactores de polimerización. Esto ahorra mucho en equipos porque es un proceso demasiado simple”, manifiesta el investigador Diego Andrés Acosta.

    El Grupo de Investigación en Desarrollo y Diseño de Procesos “busca la creación de nuevos productos de alto valor agregado y enfocados en el aprovechamiento de la diversidad colombiana. Además, implementa, desarrolla y aplica nuevas herramientas de aprendizaje para el desarrollo y diseño de procesos y productos”.

    ​Sistema tipo báscula ayuda a cultivo de microalgas a transformar dióxido de carbono

    Un mecanismo que utiliza la fuerza de gravedad y la energía  solar  ayuda  a  ser  más eficiente y sostenible un cultivo de microalgas en una importante tarea que realizan esas plantas: capturar el gas dióxido de carbono (CO2).

    La patente de este dispositivo, llamado Mecanismo basculante de bombeo, la comparten el ingeniero David Vallejo Mejía y EAFIT. Consiste en un engranaje que funciona como una báscula: un cilindro que cae por su peso y, en ese movimiento, impulsa  a  otro  cilindro  hacia  arriba.

    El sube y baja genera las burbujas necesarias para mantener vivas a las microalgas que capturan y transforman el dióxido de carbono.

    Aunque pueda parecer algo simple e intuitivo, tomó tiempo descubrir cómo lograr que el sistema funcionara según lo planeado. El desarrollo del cultivo comenzó en el año 2010 entre EAFIT y la empresa Argos.

    El ingeniero Vallejo ideó este mecanismo para disminutir el consumo de energía que permitía generar el oxígeno que se requiere en la red de cilindros en que están metidas las microalgas.

     

    Autores

    Revista Universidad EAFIT.

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    Pasantías investigación

    Pasantía en  Oak Ridge – Estados Unidos

    Convocatoria externa

    El Programa de Investigación de Posgrado de NETL (PGRP), administrado por el Instituto Oak Ridge para Ciencia y Educación, está diseñado no solo para identificar a recién graduados de maestría y doctorado, sino para continuar desarrollando habilidades de investigación avanzada por medio de la interacción crítica con los investigadores principales de NETL. Dicha interacción brinda al investigador de posgrado una oportunidad única para definir y estructurar sus investigaciones, establecer un paradigma de investigación y publicar los resultados.

    Fecha de cierre: Continuo

    Más información

    Covid-19: ¿Escondernos o enfrentarlo?

    Septiembre 10, 2020

    A pesar de estar lejos de alcanzar las cifras de la pandemia más grave que afectó a la población humana (causada por el virus H1N1 en 1918, 500 millones de personas infectadas y 50 millones de muertos), es claro que el Coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo severo (SARS-CoV-2), agente etiológico de la enfermedad por Coronavirus 2019 (COVID-19), puso al mundo contra las cuerdas.

    Para empezar, es bueno saber que los coronavirus (CoV) son una amplia familia de virus (conformada por cuatro géneros: alphacoronavirus, betacoronavirus, gamacoronavirus y deltacoronavirus) que han coexistido con nosotros durante mucho tiempo, infectando animales y humanos, y desarrollandoenfermedades que  pueden causar diversas afecciones, desde el resfriado común hasta enfermedades más graves, afectando sistemas entérico, respiratorio, renal y neurológico.

    Con 5'467.945 personas infectadas y 344.731 decesos a nivel mundial (datos a mayo 25 de 2020 y contando), el SARS-CoV-2 aparece como el agente causal del brote epidemiológico más fuerte del siglo XXI (insisto en eso: el más fuerte), pues antes habíamos sufrido otros dos eventos zoonóticos gracias a los beta-CoV, causando fuertes brotes epidemiológicos: SARS-CoV (2002-2003) que emergió de un murciélago (8000 personas infectadas, 800 muertes); MERS-CoV (2012), que emergió de un camello, descubierto en Arabia Saudita y que aún permanece endémico en el Medio Oriente (2494 infecciones, 858 muertes y contando).

    Esto, sin considerar las demás epidemias ocasionadas por otros microorganismos patogénicos. Saturados de información (y cuantiosa desinformación), en estos momentos la invitación es a mirar hacia adelante y sacar las mejores lecciones personales y colectivas para sobrevivir y sacar adelante nuestra especie. ¿Cuál es el camino para ello? La respuesta es sencilla: la ciencia.

    Muestra de lo anterior son las 3068 publicaciones registradas en Scopus y las 11210 que aparecen en Web of Science (información a mayo 25 de 2020 referente a SARS-CoV-2 y covid-19), generadas en solo cinco meses, que sientan las bases para encontrar mejores técnicas diagnósticas, posibles curas a la enfermedad y entender cómo podemos recuperarnos como especie.

    No obstante, aunque encontremos una cura (vacunas y medicamentos correctivos) que nos permita llegar a la “normalidad”, debemos ser cautos, racionales y obrar en consecuencia con las decisiones basadas en la ciencia y no en el pánico o la incertidumbre.

    No podemos ocultar el sol con un dedo: como Homo sapiens, quedarnos resguardados en casa y escondernos de un organismo microscópico que existirá  con  nosotros por mucho tiempo es imposible.

    Ahora tenemos el reto de sacar adelante nuestras actividades económicas, y todas en general, a la vez de prepararnos para coexistir (humanos y SARS-CoV-2),  anticipando nuevas olas de contagio que nos llevarán seguramente a cuarentenas intermitentes, en razón a que el virus ha llegado para quedarse: este y otros más.

    Es prudente conocer que la mayoría de los virus humanos emergentes se originan en mamíferos salvajes. Análisis exhaustivos de las asociaciones conocidas entre virus y mamíferos han determinado que los roedores, y en especial los murciélagos, albergan una proporción significativamente mayor de zoonosis.

    Sin el objetivo de satanizar a estos animales (por su importancia en el control de poblaciones de insectos, en la polinización, la dispersión de semillas y la fertilización del suelo), hoy concierne mencionar que los murciélagos son reservorios y vectores de una gran cantidad de infecciones virales zoonóticas, incluidas el SARS, MERS, los filovirus Ébola y Marburg, los lissavirus, los virus Hendra y Nipah, entre otros, por lo que comprender los impulsores de la transmisión viral  interespecífica es una importante prioridad de investigación científica en biodiversidad y salud pública no solo hoy, ¡en adelante!

    Entonces, ¿seguirnos exponiendo al SARS-CoV-2? Es lo ideal, pero con mesura. Hemos estado y seguiremos expuestos eventos de infección por virus, incluso de la familia de los coronavirus.

    Pero hasta eso es bueno en tiempos de crisis como los que atravesamos en la actualidad, pues hay reportes científicos de la inmunidad natural preexistente en humanos no infectados, ni expuestos al nuevo coronavirus (SARS-CoV-2), todo ello gracias a la reactividad inmune entre coronavirus humanos (HCoV) que se propagan estacionalmente y que proporcionan protección cruzada, aunque transitoria, contra la infección con distintos tipos de HCoV.

    Autores

    Diego F. Villanueva-Mejía

    Investigador sénior, profesor titular y jefe del Departamento de Ciencias Biológicas, Universidad EAFIT.

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    Aprovechar el sol del Caribe para mejorar la movilidad

    Septiembre 10, 2020

    Formular un sistema de transporte multimodal que utilice energía sostenible y permita atender las necesidades en ciudades intermedias es el desafío que enfrenta un proyecto interinstitucional que mira a la región Caribe.

    Colombia Científica representa la iniciativa “con los recursos más importantes para alianzas de investigación en el país”, afirma Ricardo Mejía Gutiérrez, director del Grupo de Investigación en Ingeniería de Diseño (GRID) de EAFIT.

    Se trata de una iniciativa financiada por el Banco Mundial y liderada por el Ministerio de Educación Nacional; el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo; el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación y el Instituto Colombiano de Crédito Educativo y Estudios Técnicos en el Exterior (Icetex).

    Antes que muchos proyectos, la convocatoria financia pocos pero de gran envergadura. Para ello se debía articular una red de trabajo entre universidades acreditadas, no acreditadas, el sector productivo y aliados internacionales. Se buscaban propuestas en los focos estratégicos de alimentos, salud, bioeconomía, sociedad y energías sostenibles.

    Dentro de este último resultó ganadora la denominada Alianza Energética 2030 en la que EAFIT es protagonista.

    Espejo de motocicleta.

    El uso de la motocicleta es muy alto en Magangué. Foto: Pixabay

     

    La propuesta para Magangué

    “La capital de los ríos”, como también se le conoce a Magangué, fue elegida para uno de los proyectos enfocado en movilidad sostenible.

    Esa ciudad es la segunda más grande del departamento de Bolívar, después de Cartagena. Está a orilla del río Magdalena y es una de las 57 ciudades intermedias del país, es decir, sobrepasa los 100.000 habitantes, pero no supera el millón.

    Dos aspectos la hicieron un caso de estudio relevante: su potencial fluvial –por el río se moviliza carga, hidrocarburos, minerales y mercancías, además de tener una terminal de pasajeros por la que pasan 600.000 personas al año–; y los problemas de cobertura energética debido a las dificultades de  Electricaribe, su proveedora de servicio público.

    El potencial de radiación solar en la zona Caribe, sin ser el mejor del país, puede alimentar parte de las demandas de transporte de esa comunidad, donde actividades informales, como el mototaxismo, tienen gran importancia.

    Además, es una zona donde el uso de las motos roza cerca de las horas diarias. Ahí está el reto que se han propuesto el profesor Mejía y sus colegas: formular un sistema de transporte multimodal con base en energía sostenible que permita atender las necesidades de la ciudad.

    “La idea es combinar diferentes medios de transporte con energía solar fotovoltaica –señala Mejía–. El proyecto busca cuatro cosas: un kit para hibridación de motos que permita el trabajo con tecnología convencional de combustión, alternado con un sistema de propulsión sostenible; una embarcación fluvial con electropropulsión y generación fotovoltaica; una estación de recarga fotovoltaica; y el análisis de la interacción de ese sistema multimodal con la red eléctrica”.

    La idea más ajustada a la realidad es propiciar un abastecimiento de energía distribuido entre tecnologías convencionales y tecnologías sostenibles, expresa Mejía.

    Los avances en energías no convencionales para la movilidad han permitido incorporar tecnologías a precios competitivos para el mercado.

    Los retos que se avecinan

    Ya se tiene un primer prototipo en una motocicleta de bajo cilindraje: consiste en un motor eléctrico instalado en una de las ruedas, propulsado por energía de una batería y controlado por un acelerador que posee las dos funciones: combustión o eléctrico.

    Aunque el prototipo es funcional, continúan los estudios para optimizar su rendimiento y durabilidad. El sistema es un kit que debe ser escalable para permitir su instalación en una considerable parte de las motos actuales (el 60% del parque automotriz del país está compuesto por vehículos de baja cilindrada).

    Los investigadores también tienen una tarea enorme con el desarrollo de un sistema de electropropulsión para embarcaciones de ríos: se trata de un campo poco explorado y para ciudades como Magangué sería de gan relevancia, pues cerca del 40% de la población viaja en esos aparatos entre 1 y 4 veces al mes.

    En ambos casos se espera que parte de la demanda energética se pueda satisfacer a través de energía solar fotovoltaica obtenida en una estación de recarga sostenible, además de hacer del techo de la embarcación una superficie que genere energía solar.

    La investigación es para el diseño de los sistemas y no para su implementación u operación. No obstante, uno de los objetivos es analizar los posibles modelos de operación de un sistema multimodal y la forma en que estas soluciones interactúan e impactan la red eléctrica. “Con estos resultados se obtendrá información para ayudar en la toma de decisiones tanto de transporte como en el mercado de energía”, argumenta Mejía.​

    Protagonistas en Colombia Científica

    Energética 2030 – Estrategia de transformación del sector energético colombiano en el horizonte de 2030 es el programa, a cuatro años, que articula a instituciones y empresas en 10 proyectos entre los cuales EAFIT tiene a cargo los siguientes:

    Construcción energéticamente sostenible

    Movilidad sostenible: análisis de la movilidad eléctrica como potencial nodo prosumidor

    Generación distribuida de energía eléctrica en Colombia a partir de energía solar y eólica

    Política, regulación y mercados

    La ciudad de las motos

    Jonairo Jiménez es tecnólogo en sistemas. Hizo su práctica profesional en Cartagena y tuvo la oportunidad de quedarse allí, pero regresó a Magangué.

    Ahora se dedica al servicio técnico de celulares de forma independiente. No es un caso aislado: “Médicos, ingenieros, abogados… la mayoría de los que se quedan aquí es mototaxeando”.“Hay gente que vive del mototaxismo, tienen cuatro o cinco motos y los pelaos las trabajan. Hay unos 10 carritos colectivos y unas 10 busetas, pero cada vez son menos".

    Autores

    Christian Alexander Martinez-Guerrero

    Colaborador.

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    Movilidad urbana sostenible: ciudades benignas

    Septiembre 10, 2020

    En el reporte de la Conferencia de Estocolmo, en 1972, se lee que “el hombre [el ser humano] es a la vez obra y artífice del medio ambiente que lo rodea, el cual le da el sustento material y le brinda la oportunidad de desarrollarse intelectual, moral, social y espiritualmente”.

    La muestra por excelencia de nuestra condición de artífices del medio ambiente que nos rodea es la ciudad. Y es desde las ciudades que la humanidad debe generar las soluciones más contundentes para enfrentar la actual crisis ecológica y lograr un desarrollo sostenible.

    En otras palabras, en el ámbito urbano deben materializarse pasos valientes hacia una sociedad en la que la búsqueda de una vida digna y de buena calidad (para todas las personas) se dé en armonía con la naturaleza. Esto no solo por el valor intrínseco que tienen las otras especies y el planeta en general, sino también porque, siendo los seres humanos naturaleza misma, al destruirla irremediablemente nos destruimos.

    Uno de los temas más relevantes que pueden tratarse desde la convergencia entre ciudades y sostenibilidad es la movilidad. Y aunque no cabe duda de que la infraestructura y las tecnologías disponibles para el transporte juegan un papel determinante en la sostenibilidad urbana, estas no lo abarcan todo: el comportamiento de quienes ocupamos las ciudades (el hábito como forma de habitar) es también un asunto que vale la pena analizar, a pesar de que de manera usual se pone en un segundo plano. O precisamente debido a ello.

    Y no hay que dar muchas vueltas para llegar a una lista de cambios de comportamiento fundamentales para una movilidad sostenible: se trata, en lo esencial, de desmotorizar la cotidianidad y de valorar más las alternativas colectivas.

    Los motores son máquinas asombrosas que, sin duda, han posibilitado el alcance de una mejor calidad de vida y, claramente, sería un sinsentido pretender renunciar por completo a ellos. Pero es igualmente claro que la movilidad urbana ha llegado a unos niveles dañinos de dependencia del motor.

    Asimismo, es comprensible que se opte por las alternativas privadas pero, de nuevo, el exceso ha conducido a una hiperindividualización en la movilidad que, sobre todo combinada con la adicción al motor, es problemática (tanto como pronunciar la palabra hiperindividualización).

    Se necesita una ciudadanía dispuesta a caminar, a montar en bicicleta y a usar el transporte colectivo; personas que, si usan el carro, traten de compartirlo. Caminar o usar la bicicleta son formas de movilizarse que cuentan con la gran ventaja de que no se gasta combustible y, además, producen un placer adicional: como es nuestro propio esfuerzo el que nos lleva de un punto a otro, hay una sensación marcada de satisfacción y orgullo.

    Y a ello se le suma el disfrute de evitar los trancones, de sentir la ciudad en forma más directa, de entenderse como parte de ella.Existen  razones  de  índole  ética  para realizar los cambios de comportamiento en la movilidad (en general, para propender por un estilo de vida sostenible), pues se trata del cuidado de la vida.

    No hay que hacer más que mirar la cantidad de muertes asociadas a la mala calidad del aire o los impactos del cambio climático (ambos problemas derivados en gran medida de la piromanía global) para concluir que debemos reorientar la forma en que nos movilizamos.

    En ocasiones tiende a confundirse la mitigación del abuso del carro particular –que es necesaria– con la eliminación de su uso –que es imposible–. Dejar el carro un día a la semana en la casa. Hacer teletrabajo de vez en cuando. Ir en bus o en metro y luego caminar. Todo suma: cualquier paso que se dé es una contribución importante y se puede avanzar de manera gradual, cada quien yendo hasta donde le sea posible, según su situación particular.

    No hay que renunciar a todas las comodidades, pero sí es imprescindible reflexionar sobre el esfuerzo personal que podemos hacer.

    Por último, si bien el esfuerzo personal es importante, para lograr adquirir y mantener los hábitos de una movilidad sostenible necesitamos también estrategias eentornos capaces de inspirarlos y permitirnos practicarlos. Se unen entonces los comportamientos y el asunto de la infraestructura. Caminar, montar en bici o tomar el bus: ninguno de estos debería ser un acto heroico.

    Nuestras ciudades deberían estar diseñadas para ello, pero hay que aceptar que en la actualidad en Colombia ese no es el caso. Por eso la inversión en infraestructura debe ser coherente con los principios de la movilidad sostenible, tanto para reformar lo existente como para construir lo nuevo.

    Mediante la inversión en educación e infraestructura sostenibles tenemos la posibilidad de hacer emerger un círculo virtuoso: entre más gente opte por la desmotorización y la mitigación de la hiperindividualización, menos contaminación, ruido y ocupación del espacio tendremos; lo que conducirá a un entorno urbano más amigable y atractivo, a una ciudad más capaz de invitar a más gente a conectarse de manera más cercana con la ciudad y a optar por lo colectivo... Y así sucesivamente.

    No se pueden aplazar los esfuerzos personales e institucionales para humanizar las ciudades, entendiendo la humanización como una derivación de dos acepciones de humanidad: conjunto de personas, por un lado, y benignidad o afabilidad, por el otro. Las ciudades deben ser benignas, afables, más para las personas que para los motores.

    Autores

    Alejandro Álvarez Vanegas

    Profesor de Ingeniería de Procesos – Coordinador del Núcleo de Formación Institucional de EAFIT en Cultura Ambiental.

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    Oportunidades y debilidades para el campo colombiano

    Septiembre 10, 2020

    Jorge Enrique Bedoya Vizcaya. Presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC).

    Colombia puede convertirse en una potencia en producción agropecuaria porque tiene muchas condiciones favorables para lograrlo. Para empezar, la frontera agrícola del país es de 40 millones de hectáreas de las cuales solo se están utilizando siete, es decir, posee un potencial muy importante representado en buena cantidad y calidad de tierras y aguas.

    Una de las ventajas que tenemos, y que de pronto puede sonar demasiado holística, si se permite la expresión, es la resiliencia del pueblo colombiano. El campo fue tal vez el sector más afectado por la violencia debido a medio siglo de conflicto armado, al terrorismo, presencia del narcotráfico, de bandas criminales...

    Y a pesar de eso, tiene una producción que, en muchos casos, es competitiva en el ámbito internacional, pero que igualmente ha demostrado liderazgo para llegar a la mesa de los colombianos.

    Eso se debe a la tenacidad de la gente, por lo que yo apelo a esa primera característica como una de las mayores ventajas del país. Lo segundo es que tenemos dos costas, más de cinco puertos marítimos grandes, una infraestructura de aeropuertos en la que hemos avanzado, por lo que ahí está una opción enorme de llegar a los mercados internacionales. Tercero, la democracia colombiana es vibrante, obviamente con los problemas que todos conocemos; pero es un sistema que respeta el derecho a la propiedad privada y eso facilita la inversión nacional y la presencia de la inversión extranjera.

    Tenemos muchas dificultades, pero menciono las más críticas y están en lo que en la SAC hemos llamado “la deficiencia de los bienes públicos rurales”. Una de las restricciones más complejas es la falta de carreteras: el país tiene 175.000 kilómetros de vías terciarias para esos 40 millones de hectáreas y solo el 10 % está en buen estado. Esa falta de comunicación entre lo rural y urbano, si no se resuelve, va a ser un cuello de botella que siempre tendremos como lastre.

    Otro punto es la conectividad de internet y la señal de telefonía celular para dispositivos inteligentes porque hoy, más que nunca, debemos impulsar para que lleguen la educación, la telemedicina, las nuevas tecnologías que apoyan la producción agropecuaria...

    En conjunto, esos factores son clave para permitir la buena calidad de vida de los habitantes rurales. El momento actual ha permitido que el mundo urbano esté dando una mayor importancia a lo que pasa en la ruralidad.

    En ese marco, las univesidades, junto a otras entidades como el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) y los gremios de la producción pueden jugar un papel interesante en el empeño de impulsar el campo colombiano a niveles superiores.

    La educación puede fortalecer a quienes trabajan en el campo, a los emprendedores nuevos y futuros, en tanto la investigación científica conduce a la mejora de tecnologías para que podamos hacer un campo más productivo y rentable.

    Otro problema es la alta tasa de informalidad laboral, una restricción que se puede volver una oportunidad: la mano de obra de la ruralidad se ha envejecido, los jóvenes se han ido para las ciudades y la tasa de informalidad laboral es del 86 %. Esto último tiene solución en una serie de reformas sencillas que requieren la decisión política por parte del Estado. Si se resuelven estos cuellos de botella, sumados a la resiliencia mencionada y a las fortalezas institucionales, podemos dar un impulso fuerte.

    En este marco, todos los subsectores agropecuarios tienen una gran oportunidad porque Colombia tiene una clase media emergente y eso significa que consume productos de mayor valor agregado. Asimismo, nuestra ubicación  en  el  trópico  permite  la  producción de muchos alimentos y frutas que son una maravilla no solo para el mercado doméstico sino para el internacional. Y en este último, con los acuerdos comerciales que hemos negociado, hay oportunidades para todos los sectores de la producción agropecuaria.

    El mercado interno como lo conocemos en Colombia, donde la fruta, los hortalizas y las proteínas de origen animal son principales en la dieta alimentaria, representa oportunidades y nichos de mercado a los que se les puede apostar en función de las regiones con vocación productiva. Eso redundará en la generación de empleo, bienestar, divisas por vía de las exportaciones y una mejor nutrición para nuestra población.

    Frente a los temas de la seguridad jurídica de la propiedad rural tenemos un proyecto de ley que trabajamos con el gobierno anterior y que este gobierno adoptó. Es el proyecto de Ley de Tierras que, sin embargo, no ha sido discutido por el Congreso de la República: la Comisión Quinta del Senado lo dejó morir en el período previo al comienzo del nuevo gobierno y hasta el momento no se ha movido.

    Esa ley daría claridad jurídica en relación con temas como la expropiación de tierras, la claridad para los ocupantes de buena fe y la extinción del derecho de dominio por inexplotación, por mencionar algunos puntos álgidos. Pero el país también debe trabajar en los sistemas de titulación de tierras y en la identificación de los baldíos de la Nación.

    De ese modo, además de ir de la mano de la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras, se permitirá que campesinos sin tierra se vuelvan propietarios y, por esa misma vía, tener una ley de crédito que favorezca a la ruralidad en su conjunto. Si juntamos todas las posibilidades y potencialidades, el campo dará un salto muy importante porque es un territorio promisorio para el desarrollo.

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    Investigar en EAFIT. Una historia de confianza, asombro y atención

    Septiembre 10, 2020

    La investigación en la Universidad está sustentada en la confianza que la Institución tiene en las capacidades de sus profesores, la fortaleza de un sistema que reconoce el asombro como elemento esencial de formación y en estar atenta a las soluciones que puede aportar al entorno.

    El sistema de investigación de EAFIT siempre ha estado atento a las necesidades del entorno y al relacionamiento con la empresa, el Estado y la sociedad. Foto: Archivo Universidad EAFIT

    En aquella época era como la llegada de un cartero muy moderno. Las bolsas de correos eran unos disquetes con archivos de Word en los que se consolidaban las cartas que los niños de escuelas de Colombia se intercambiaban con sus pares de Chile para compartirse las cosas que les gustaban de sus países.

    Estaba comenzando la década de 1990 y por esos días EAFIT solo tenía una cuenta de correo, la institucional, y desde ella los investigadores de la Línea de Informática Educativa mantenían contacto con profesores de la Universidad Católica de Chile. Ese intercambio de mensajes entre los docentes universitarios y los colegiales se hacía como parte de un proyecto colaborativo entre ambas universidades que indagaba sobre cómo las tecnologías podían aportar a la educación. 

    Claudia Zea Restrepo, hoy vicerrectora de Aprendizaje de EAFIT, era una de las investigadoras de la Línea de Informática Educativa y recuerda su visita con los disquetes alos colegios colombianos que participaban en el programa. Se trataba de una de las iniciativas de esa línea de investigación que evolucionó hasta convertirse en uno de los primeros grupos de la Universidad clasificados en la categoría Excelencia de Colciencias –la más alta para la época– y conseguir que el Banco Mundial los financiara.

    "La línea de Informática Educativa, que fue una de las primeras líneas de investigación de la Universidad, nació en un proyecto de grado de Ingeniería de Sistemas en el que la pregunta era cómo las tecnologías podían aportar a la educación. Fue apoyada por el rector de la Universidad en ese momento, Guillermo Sanín Arango, quien tenía la hipótesis de que el futuro de la educación iba a estar en la tecnología”, cuenta la vicerrectora Claudia Zea.

    Los logros más destacados se dieron en la década de 1990 cuando se produjo un nuevo despegue de la investigación eafitense. El cimiento para ese resurgir, no obstante, está en los orígenes mismos de la Universidad.

    De vuelta al comienzo

    Cuatro años después de la fundación de EAFIT –que ocurrió en 1960–, su relación con la Universidad de Syracuse (Estados Unidos) dio uno de sus frutos con la apertura, el 25 de septiembre de 1964, del Centro de Investigaciones, propuesto por el profesor Virgil Cover, jefe de la misión internacional que apoyó el nacimiento de nuestra Institución.

    Durante esas primeras décadas, la investigación que se dirigía desde el Centro estuvo enfocada principalmente a los servicios de consultoría y asesoría externas en temas como administración.

    En la década siguiente, la Universidad comenzó a construir su sistema de posgrados –en 1973 empezó a ofrecer su maestría en Administración (MBA), programa pionero en Colombia– que más adelante, en los años 90, sería una fortaleza cuando EAFIT comenzó el proceso de conectar aún más la investigación con la academia.

    Los 90 fueron un cúmulo de hitos. En 1989 se crearon las tres primeras líneas de investigación (Informática Educativa, Automatización Computarizada, y Economía y Empresa). En 1992 se abrió la Oficina de Coordinación de Investigación Institucional y se indexó el primer artículo en la base de datos Scopus. En 1996 se crearon la Dirección de Investigación y Docencia, el primer semillero de investigación y se publicó el primer número de la Revista Ecos de Economía.

    Al año siguiente se registraron los primeros tres grupos en Colciencias y ese ente cofinanció el primer proyecto de investigación al Grupo Ciencias del Mar, al tiempo que se constituyó el primer proyecto en la triada Universidad-Empresa-Estado.

    Durante sus primeras décadas, la investigación en la Universidad estuvo enfocada a los servicios de consultoría y a las asesorías externas en temas como administración.

    Enlaces para estar en la red

    Uno de los hechos más relevantes para la investigación y la docencia fue el protagonismo de EAFIT en la llegada de internet a Colombia, gracias a una unión de esfuerzos en la que también participaron la Universidad de los Andes, la Universidad del Valle y entidades como Colciencias y el Icfes. Fue el 4 de junio de 1994 cuando se logró la conexión del país a internet, a través de la red CETCol.

    Antonio Restrepo Zea, uno de los líderes eafitenses de ese proceso que llevó varios años, relata que cuando se vinculó a la Universidad, en 1991, la investigación como se concibe hoy estaba en sus inicios: “Las herramientas de comunicación con otros grupos de investigación del país y del extranjero eran escasas, en
    la mayoría de los casos limitada al teléfono y al correo normal”.

    “Desde el punto de vista de la infraestructura de red, la Universidad contaba con varios computadores de marca Unisys, con sistema operacional Unix, que estaban interconectados. Fue la primera red local de la Universidad, pero se limitaba a las instalaciones del Centro de Informática”, recuerda Restrepo Zea.

    “La conexión de los usuarios a los computadores se realizaba mediante terminales (Dumb Terminals). Un grupo de estos computadores estaba dedicado a las labores administrativas (contabilidad, nómina, admisiones y registro, inventarios, entre otros). Otro grupo estaba dedicado a tareas académicas y de docencia, en particular para estudiantes de Ingeniería de Sistemas. Había varias salas de terminales donde estudiantes y profesores podían interactuar con los computadores”, relata Antonio, quien alternaba sus labores para construir la infraestructura de red en el campus con clases en cursos de telemática.

    Desde sus inicios, EAFIT ha tenido clara la importancia de la tecnología en todos sus procesos, pero en particular en los de enseñanza. Foto: Gabriel Carvajal, archivo Universidad EAFIT.

    Inicios de la interconectividad

    Por esos días Bitnet (Because Is Time Network), una red académica mundial conformada por las principales universidades y centros de investigación del mundo, era una de las herramientas que utilizaban los investigadores de la U.

    La única conexión que había en Colombia a esa red, dice Antonio, estaba en la Universidad de los Andes y para beneficiar a otras instituciones de educación superior se creó la Red Universitaria de Colombia (Runcol).

    Ese nodo colombiano de Bitnet se conectaba vía telefónica con la Universidad de Columbia, en Nueva York. 

    “Muy pocas personas de EAFIT conocían y hacían uso de esta red. La utilización era tediosa e individual pues se realizaba a través de un único computador personal, de un módem y de una línea telefónica con los que se establecía una conexión con uno de los computadores en UniAndes.

    EAFIT contaba con una sola dirección electrónica (eafit@runcol.bitnet) y los pocos usuarios debían utilizar esta única dirección para comunicarse con otros investigadores en el mundo”, explica el profesor Antonio. 

    Con la intención de seguir ampliando las posibilidades de conexión y lograr que todas las instituciones del país se vincularan a internet, en 1992 se creó un grupo de trabajo entre EAFIT, la Universidad de los Andes y la Universidad del Valle que estableció un “mini-internet” que conectaba a las tres instituciones en sus ciudades utilizando la red pública de paquete de datos X25 de Telecom, que se llamaba ColdaPaq.

    Paralelamente, la red local de EAFIT seguía creciendo, se interconectaronlas dependencias académicas y administrativas y se pudo empezar a ofrecer el servicio de correo electrónico de Bitnet de manera individual a losinvestigadores y profesores. Considera Antonio Restrepo que este es un punto en el que puede ser marcado el inicio de la interconectividad de la Universidad.

    En 1993, el Gobierno Nacional reconoció con apoyo político y financiero la experiencia acumulada y el crecimiento en las redes universitarias del país. Ese año Colciencias le solicitó a EAFIT, directamente a su rector Guillermo Sanín Arango, asesoría para la conformación de una red nacional de universidades y centros de investigación con conexión completa a internet.

    Como parte de esa asesoría se creó la Corporación InterRed, conformada por el Icfes, Colciencias, Universidad del Valle, Universidad de los Andes y EAFIT. La red que se conformó luego, como parte fundamental de esta corporación, se llamó Red de Ciencia, Educación y Tecnología de Colombia (CETCol) que permitió el hito de aquel 4 de junio de 1994.

    Tiempo de transformación

    Uno de los encargados de liderar el fortalecimiento de los grupos de investigación en los años 90 fue Jorge Enrique Devia Pineda, responsable de la Oficina de Coordinación de Investgación Institucional. Llegó a la Universidad al inicio de esa misma década por invitación del entonces rector Guillermo Sanín, quien le conocía el entusiasmo por la investigación que habíacultivado y desarrollado en la Universidad de Antioquia como estudiante y profesor.

    Si bien la investigación de hoy no puede concebirse sin la existencia de los grupos, en aquel entonces, explica el profesor Jorge, los proyectos eran adelantados por investigadores de manera individual con el apoyo deasistentes. Él empezó a indagar cómo se investigaba en la Universidad y encontró que la creación de grupos ofrecía ventajas por el apoyo que se podían dar los investigadores entre sí y, algo más tangible, la posibilidad de compartir los equipos asignados a cada proyecto.

    Parte de los beneficios de esas indagaciones fueron para el presupuesto, ya que se hizo un inventario de los equipos y del Centro de Laboratorios –creado
    en marzo de 1981 como dependencia adscrita a la Escuela de Ingeniería– para no replicar la compra de insumos y se implementaron medidas para que la adquisición fuera lo más beneficiosa posible para la Universidad.

    En asuntos presupuestales, Jorge Devia destaca que por esa época se trabajó en asegurar un presupuesto para los proyectos, “que no fuera algo al azar”, y se creó un comité para que recibieran financiación de acuerdo con una evaluación y no simplemente porque fueran formulados.

    La conexión con redes y centros de investigación también favoreció la financiación de proyectos y para 1996, por ejemplo, la Institución tenía convenios para ese fin con entidades como Colciencias, Fundación Corona, Carder, Secretaría de Educación Departamental y Cintel.

    Junto a otras importantes universidades, EAFIT fue protagonista en la llegada de internet a Colombia. La conexión a la red mundial de información se hizo el 4 de junio de 1994.

    El gran despegue

    En ese contacto entre investigadores fue crucial la llegada de internet. El ingeniero Jorge Devia recuerda que los profesores eafitenses pudieron conectarse con investigadores de otras latitudes y acceder a bases de datos internacionales en formato digital que se adquirieron para la Biblioteca. Esto sirvió para la actualización más ágil de los conocimientos, pero no para ser replicados tal cual en las aulas porque ya se compartía que la visión de la Universidad no se cumplía cuando se transmitía solo conocimiento pensado por otros o depositado en libros

    “La Universidad no debe ofrecer un conocimiento codificado. Es necesarioque la investigación alimente la docencia para evitar un sistema de enseñanza-aprendizaje en donde se dicta y se copia, la materia se comprime en fórmulas, el saber es acabado, definitivo e incuestionable y el estudiante es un ser pasivo”.

    Este fue uno de los apartes del mensaje que el rector Juan Felipe Gaviria Gutiérrez firmó en la edición número cuatro de la revista El Eafitense, en noviembre de 1996. En esa necesidad de que las labores de investigación permearan las tareas académicas coincide Félix Londoño González, quien llegó a la Dirección
    de Investigación y Docencia creada en 1996.

    El exdirectivo resalta la confianza como uno de los valores en ese proceso que se intensificó en esos años para crear vínculos más fuertes entre investigación, docencia y academia. Londoño cree que gracias a la confianza institucional en la comunidad académica, tanto docentes como estudiantes, fue posible que surgieran aún más proyectos de los profesores y que los alumnos se vincularan a los semilleros que se empezaron a impulsar.

    EAFIT tiene uno de los índices de producción de patentes más altos del país, si se divide la cantidad entre el número de grupos de investigación. Foto: Róbinson Henao.

    Conocimiento conectado con la sociedad

    En 2004, EAFIT implementó una estrategia para fortalecer aún más sus posgrados. La premisa, recuerda Félix Londoño, era que un sistema de posgrados debía ser robusto para que la investigación también lo fuera. Era la primera década del milenio y EAFIT daba pasos para proyectarse como una universidad de docencia con investigación, capaz no solamente de
    compartir conocimiento, sino también de crearlo y apropiarlo.

    La primera patente que se obtuvo fue una de modelo de utilidad –que se entrega por la introducción de una mejora significativa a algo ya existente– que la Superintendencia de Industria y Comercio de Colombia otorgó en 2005 al Tornillo de Troncos Giratorios.

    Celebradas como se han festejado las 56 patentes que hasta la fecha tiene la Universidad, el tornillo desarrollado por el profesor Iván Darío Arango López, útil para máquinas de alta precisión, ameritó publicaciones en los medios institucionales en las que el docente expresó que el logro era una muestra del apoyo y de la confianza de la Institución en el trabajo de investigación. 

    “Abierta la senda, el segundo paso es hacer del hecho un suceso repetible en EAFIT y asegurar que en el camino vayan quedando plasmadas las huellas del impacto social que acarrea consigo la capacidad de producir patentes. Impacto que, más allá de la posible explotación económica del derecho que otorgan las patentes, está constituido por la contribución que la misma hace a la creación de nuevo conocimiento y con ello al avance social que pueda derivarse del mismo”, escribía sobre ese logro Félix Londoño en el editorial de El Eafitense publicado en junio de 2005.

    Publicaciones científicas y trabajo interinstitucional

    La huella de impacto social a la que se refería el exdirector de Investigación y Docencia no paró de crecer. En la década de 1990, por ejemplo, EAFIT no publicaba más de 10 artículos por año en revistas indexadas en bases de datos como Scopus: a comienzos de la década del 2000 la cantidad se incrementó y en 2012 se superó el umbral de 100 por año.

    En la alta producción de patentes –EAFIT tiene uno de los índices de producción más altos del país, si se divide la cantidad de registros entre el número de grupos de investigación– ha sido crucial el papel del Centro para la Innovación, Consultoría y Empresarismo.

    La dependencia, que hoy tiene el nombre de Dirección de Innovación, se creó en 2006, entre otros propósitos, para darle salida al conocimiento y a la propiedad intelectual generados en las investigaciones a través de mecanismos de transferencia y apropiación social.

    La apropiación social del conocimiento generado por EAFIT ha sido posible porque el sistema de investigación no solo está atento a las necesidades del entorno, sino que también lo hace en un ecosistema de relacionamiento entre universidad, empresa, Estado y sociedad.

    Varias de las patentes, por ejemplo, se comparten con entidades como Argos, Suramericana, Augura y Metro de Medellín, y la Institución ha tenido una participación activa en iniciativas como Ruta N, Tecnnova y la Misión Internacional de Sabios creada por el Gobierno Nacional en 2019.

    La participación de la Universidad en esa Misión se dio gracias a un sistema de investigación institucional robusto que es capaz de moverse en proyectos internacionales (como el promovido por la Universidad de Oxford, el Proyecto Peak Urban) hasta programas para la formación de nuevos investigadores como la Universidad de los Niños, que se creó en 2005 para propiciar la sensibilización y la formación en ciencia desde temprana edad, trabajando con niños y jóvenes entre 8 y 15 años, estudiantes de colegios públicos y privados. 

    En 2020, la Universidad tiene 1627 estudiantes que hacen parte de 124 semilleros de investigación. Foto: Róbinson Henao.

    Semillas para la ciencia del futuro

    Los semilleros fueron otra estrategia, que nació en 2002, para unir la investigación con la academia y hoy son una fortaleza. En este año 2020, la Universidad tiene 124 semilleros de investigación en los cuales participan 1627 estudiantes.

    Uno de los más tradicionales es el Semillero de Investigación de Estudiantes de Economía (Siede) destacado porque desde sus inicios empezó a generar conocimiento y a compartirlo en diferentes espacios de socialización. Así ocurrió en el segundo semestre de 2005 cuando varios de sus integrantes viajaron a Perú para mostrar los hallazgos de un proyecto que adelantaban sobre capital humano en las pequeñas y medianas empresas del sector textil, uno de los primeros realizados por un semillero de EAFIT.

    Isabel Cristina Montes Gutiérrez, como parte de su práctica profesional del pregrado en Economía, era la encargada de coordinar el Siede. Tenía 24 años y su tarea era armonizar el trabajo de 15 estudiantes que coincidían con ella en el asombro que les generaba investigar. Recuerda que les dieron cerca de 20 millones de pesos para el proyecto y mucha confianza. 

    Además del Siede en Economía, en 2005 también existían semilleros en áreas como Música, Ciencias Políticas, Derecho y Ciencias Físicas. Así se consolidó una red interna que se vinculó al nodo Antioquia de semilleros y que desde entonces participa en las convocatorias nacionales para mostrar los resultados de las investigaciones que realizan. La intención en EAFIT desde el comienzo fue que los semilleros perduraran en el tiempo por la importancia que tienen en la consolidación del sistema.

    Y es que la Universidad de los Niños, los semilleros, los grupos de investigación, el sistema de posgrados y el sistema de transferencia de conocimiento son elementos que conforman un músculo que permiten a la Institución cumplir con su misión de contribuir al desarrollo sostenible de la humanidad “mediante la oferta de programas que estimulen el aprendizaje a lo largo de la vida, promuevan el descubrimiento y la creación y propicien la interacción con el entorno, dentro de un espíritu de integridad, excelencia, pluralismo e inclusión”.

    Autores

    Alejandro Gómez Valencia

    Periodista Información y Prensa de EAFIT.

    Categoría de noticias EAFIT
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