León de Greiff, el poeta que se volvió transmedia

Septiembre 10, 2020

Conoce este proyecto que combina una diversidad de formatos narrativos y de recursos tecnológicos para recuperar la obra de uno de los bardos más importantes de Colombia para las nuevas generaciones. 

Llegaron a la Sala de Patrimonio Documental de EAFIT como archivos originales en soportes que requerían de una impecable atención para conservar su valor histórico y como otra colección para preservar. Se trataba de documentos que hacen parte la obra de León de Greiff, uno de los poetas colombianos más reconocidos del Siglo XX por transgredir los cánones establecidos en su época, por intentar renovar la poesía nacional con la fuerza de un huracán.

Pero, ¿qué tal convertirlos en un proyecto de narrativa transmedia con el objetivo de que niños, niñas y jóvenes pudieran acceder a esos contenidos a través de formatos atractivos e innovadores, cercanos a ellos, de tal manera que permitieran su apropiación por parte de los chicos?

La idea cobró vida gracias a Mauricio Vásquez Arias, profesor del Departamento de Comunicación Social, quien en compañía de sus estudiantes y el Semillero de Investigación en Narrativas Transmedia decidió articular este proyecto de investigación-creación para su tesis doctoral en Diseño y Creación de la Universidad de Caldas, con los trabajos que hace el MediaLab de la Institución y el Centro Cultural Biblioteca Luis Echavarría Villegas.

El proyecto se denominó Diseño Transmedia para experiencias de apropiación de archivos culturales y cuenta con financiación de la Universidad a través de la Vicerrectoría de Descubrimiento y Creación.

El proyecto se presentó en la Fiesta del Libro 2019. Foto: Salón de Nuevas Lecturas, Fiesta del Libro.

 

La colección consta de 2345 piezas entre libros, partituras, folletos y algunos documentos personales del poeta. De ellos se tomaron algunos escritos, un mapa hecho por mano del autor y elementos diversos de caráter gráfico, así como fragmentos de su obra poética seleccionados para proporcionar diversos tipos de experiencia a los usuarios.

La colección fue donada a la Universidad por la familia del escritor, en cabeza de Hjalmar de Greiff, hijo del poeta.

El archivo de este bardo antioqueño de raíces suecas se empezó a pensar para ser difundido por medio de diferentes plataformas y dispositivos que permitieran la creación de experiencias dirigidas a niños y jóvenes.

En este proceso participan estudiantes del pregrado en Comunicación Social,  la maestría en Comunicación Transmedia e integrantes del grupo de investigación en Comunicación y Estudios Culturales. Sus adelantos pueden ser consultados en internet bajo el nombre de La Fanfarria Farragosa.

El profesor Mauricio Vásquez explica que “uno de los aspectos más interesantes del diseño transmedia es que, a través de múltiples plataformas, proporciona a las personas acercamientos diversos a la vida y obra de León de Greiff, los cuales se mueven entre la información y el entretenimiento, lo ficcional y lo no ficcional. Todo esto, articulando tecnologías analógicas y digitales, medios tradicionales y nuevos medios”.

Integración institucional

El  proyecto  ha  logrado  asuntos  metodológicos interesantes e integrar unidades académicas y de apoyo y gestión  de  la  Universidad. “Lo  que  mostramos es cómo se articulan la docencia  y  la  investigación  con  un  proceso de creación, con la Biblioteca y la Sala de Patrimonio Documental, con archivos históricos a través de nuevos formatos.  Es  interesante  porque  se  convierte en un modelo que implica muchos  saberes  y  capacidad  para  adaptar un tema histórico al lenguaje de las nuevas generaciones y provocar una lectura diferente del contenido poético”, explica el profesor Vásquez.

Recientemente se vincularon al proyecto la Editorial EAFIT, en cabeza de Claudia Ivonne Giraldo, y Área de Comunicación Creativa del Departamento de Comunicación. Así mismo, ha logrado tener a estudiantes en el proceso de conceptualización y diseño como Natalia Moreno y Sara Melissa  Gallego,  de  la  maestría  en  Comunicación Transmedia; Juan Pablo Castaño, de la maestría en Estudios Humanísticos, y Susana Morales, del pregrado  en  Comunicación  Social,  entre muchos otros participantes.

El proyecto permite una sinergia entre unidades académicas y de apoyo de EAFIT, investigación y creación, participación de estudiantes, acciones de proyección social y alianzas con entidades externas.

Origen y crecimiento de la idea

El  investigador  recuerda  que  hizo  una primera inmersión en el archivo de De Greiff acompañado de María Isabel Duarte, coordinadora de la Sala Patrimonial, y de Patricia Ospina, jefa del Centro Cultural Biblioteca, aliadas vitales desde el inicio del proyecto. Posterior a esto iniciaron varios procesos de experimentación y creación con estudiantes de pregrado y la maestría mencionados, y la media técnica en Producción de Contenidos Digitales de la Institución Educativa y Cultural Jesús Amigo, del barrio Doce de Octubre (noroccidente de Medellín).

“Decidimos  buscar  una  obra  significativa en términos históricos y estéticos que pudiéramos explorar y adaptar. El archivo de León de Greiff nos  permitió  realizar  un  proceso  de  diseño  transmedia  que  incluye  elementos de una obra esencialmente poética  y  aspectos  biográficos  del  autor”, añade. La  investigación,  que  tiene  una  duración de tres años y finaliza este 2020, ha evolucionado hasta lograr un trabajo conjunto con la Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín para llegar a públicos más amplios.

En ese evento cultural, los estudiantes de pregrado y posgrado vinculados no solo compartieron buena parte de sus aprendizajes, sino que se convirtieron en codiseñadores de las experiencias que vivieron los asistentes al evento.

En la edición de 2019, cerca de 17 mil visitantes vivieron durante los 10  días de la Fiesta  del Libro una experiencia física sobre la obra de De Greiff en el Salón de Nuevas Lecturas, en cuyo diseño y ejecución participó EAFIT: la creación de un pueblo, una villa imaginaria de muchos nombres (una de las características del poeta que  usaba  diferentes  seudónimos  para identificarse) y una experiencia de realidad virtual en la que se podía vivir un viaje imaginario entre Bolombolo (Antioquia) y Korpilombolo (Suecia) como ciudades que representan parte de la vida del autor.

Ese trabajo se hizo en conjunto con un equipo de entidades en el que estaban Comfenalco Antioquia, el  Parque  Explora,  el  Sistema  de  Bibliotecas Públicas de Medellín, la Red de Casas de la Cultura de Medellín y la Universidad Pontificia Bolivariana.

Una articulación de saberes

Los jóvenes del colegio Jesús Amigo desarrollaron una mini serie audiovisual sobre el autor como forma de poner en práctica sus aprendizajes y competencias transmediales, a la vez que se apropiaron de un nuevo conocimiento relacionado con la historia de León de Greiff.

Este empeño de proyección social es otro aspecto importante de la investigación.

“Otra articulación en proceso quiere volver un producto físico en un objeto digital. Para ello estamos configurando un oráculo con 13 panidas [en alusión a los miembros del movimiento literario del que hizo parte De Greiff], 13 temas, 13 lugares y 13 acciones que permiten configurar una serie de cartas y así tener la posibilidad de escribir, dibujar o cumplir la acción que resulte del juego. Todo esto será posible a través de una aplicación para celular que permitirá ver los fragmentos de la obra de acuerdo con las cartas”, cuenta el profesor Mauricio.

 

El proyecto armonizó la obra de León de Greiff con el lenguaje de los jóvenes de hoy. Foto: Salón de Nuevas Lecturas, Fiesta del Libro.

Del mismo modo, así como es Alexa para Amazon o Siri para Apple, tiene su propio asistente de voz con inteligencia artificial para generar interactividad con los usuarios: tendrá disponibles gran cantidad de datos biográficos vistos desde la perspectiva de su esposa, Matilde Bernal.

Una estrategias de difusión en redes sociales, un disco producido en colaboración con Agroarte, Ultrasonido Studio y raperos de la Comuna 13 de Medellín, un juego de mesa y la sistematización de la experiencia de diseño, investigación y creación hacen parte de las acciones en las que vienen trabajando durante este 2020 el profesor y su equipo.

Unión de fuerzas y recursos

“Encuentro muy interesante cada una de las estrategias construidas durante este proceso para generar las dinámicas de apropiación del conocimiento sobre la obra de De Greiff. La producción de contenidos con nuevas tecnologías es costosa, pero con alianzas y una buena relación con otros actores se logran resultados de calidad que impactan en la sociedad”, explica el docente.

Él considera que trabajos de este tipo evidencian que una investigación académica se puede potenciar más allá de los espacios universitarios si se relaciona con el medio social en el cual está inmerso. Y que, por fortuna, “como academia venimos desarrollando procesos de ese tipo”.

La reacción de las personas cuando se enfrentan a experiencias como la de realidad virtual, la sinergia entre las áreas de la Universidad y los aportes de cada una de las personas que han participado, llena de satisfacción al equipo liderado por Vásquez pues logran conectar un tema histórico con el mundo actual en una experiencia de inmersión.

Autores

Karen Osorno Valera

Colaboradora

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Una historia de la actividad societaria en Antioquia

Enero 26, 2022

Nuevos elementos para entender las razones que permitieron que esta región alcanzara un importante desarrollo empresarial fueron hallados en una investigación de la Escuela de Derecho. El proyecto ha estudiado, hasta ahora, 3276 sociedades mercantiles constituidas en esta región entre los años 1887 y 1945.

Gracias a la alianza entre la Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia y la Universidad EAFIT fue posible reconstruir, a partir de documentos antiguos, la historia de la actividad societaria en la región.

El estudio demuestra los cimientos del desarrollo empresarial en Antioquia, pero también encuentra que el contrato de sociedad fue utilizado para llevar a cabo otras actividades económicas, sociales y culturales como farmacias, boticas y droguerías, clubes sociales, teatros, cines, editoriales y periódicos, entre otros.

Esto se evidencia al recorrer las páginas del libro Las sociedades civiles, comerciales y de minas inscritas en los juzgados de Antioquia entre 1887 y 1934: una historia de la actividad societaria de la región, que recoge las conclusiones de la primera fase de esta investigación realizada por los docentes de la Escuela de Derecho María Virginia Gaviria Gil y Juan Esteban Vélez Villegas, junto a Diana Paola Gil Guzmán, abogada e investigadora asociada al proyecto.

Ya está en proceso de edición un segundo tomo que amplía el análisis hasta el año 1945. Según la profesora María Virginia Gaviria, magíster en Historia e investigadora principal, en las dos primeras fases del proyecto se pudieron identificar 3276 sociedades.

Para ella, ambos libros no solo contienen todo el análisis de lo que traían los códigos y las principales normatividades de la época, sino que “van más allá para mirar cómo se usaban en la vida práctica, cómo los empresarios utilizaban esas normas, cómo se apropiaban de las mismas y, adicionalmente, los comentarios que la doctrina jurídica realizaba sobre ellas”.

La investigación fue realizada a partir de fuentes jurídicas como los extractos notariales de constitución de sociedades ubicados en el archivo histórico de la Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia, con los que elaboraron un trabajo minucioso de investigación histórica, jurídica y socioeconómica. Con eso lograron identificar en qué regiones de Antioquia se constituyeron más sociedades y quiénes hacían parte de ellas.

Según explica María Virginia Gaviria, “muchos antioqueños tenían sus sociedades familiares o personales, pero a partir de ellas constituían otras sociedades. Existieron unos grupos societarios a principios del siglo XX, un fenómeno que pensábamos que era solo característico de la segunda parte de ese siglo”.

En la investigación también lograron definir qué tipos de sociedades se constituían en la época, siendo las sociedades anónimas menos comunes que las colectivas. Estas últimas eran las preferidas, entre otros motivos, porque generaban más confianza entre el público.

“Logramos encontrar el uso que se le daba a esa figura societaria, a ese contrato de sociedad para múltiples finalidades, que no eran solamente el contrato de sociedad para desarrollar actividades comerciales o para esas nacientes industrias. A principios del siglo XX se utilizaba la sociedad para desarrollar actividades profesionales, servicios de abogados, odontológicos, tareas de prensa, actividades recreativas, cine, teatro, editoriales y muchas otras labores que recurrían a esta herramienta”, comenta la profesora Gaviria.

Grupo de investigación de 4 personas  en la biblioteca.

Grupo del proyecto de investigación. Foto: Róbinson Henao

 

Ejemplo de prosperidad en una crisis

Juan Esteban Vélez Villegas, también docente e investigador de la Escuela de Derecho y coautor del libro, explica que Antioquia era un territorio periférico durante el período colonial que se destacaba por ser una región minera, pero donde a finales del siglo XIX y principios del siglo XX se constituyeron una gran cantidad de sociedades mercantiles y se desarrolló una actividad comercial significativa.

“La Medellín de la primera década del siglo XX era una ciudad que no tenía más de 70.000 habitantes y, sin embargo, fue un sitio en el que logró desarrollarse
una industria manufacturera muy importante, en donde comenzaron a surgir industrias dedicadas a muchos tipos de actividades. Las textilerías fueron quizás las más notables durante un tiempo, entre las que sobresalieron Coltejer y Fabricato, además de otras industrias de bebidas, zapatos y hasta fósforos, algunas que aún hoy son grandes empresas”, manifiesta Vélez.

También comenzaron las grandes siembras de café, se crearon bancos, en tanto que hubo abundancia de dinero proveniente de la minería. “Para hablar de la historia de Antioquia hay que hacer referencia a la minería”, recuerda el abogado e historiador Rodrigo Puyo Vasco, editor general del libro. Pero no todo fue color de rosa, también ocurrió lo contrario: se presentaron algunas quiebras famosas.

Todo esto representó una riqueza enorme en este período y una gran influyencia política en la vida de la Nación, tanto así que hubo tres presidentes de la República
antioqueños en este período: Pedro Nel Ospina, Carlos E. Restrepo y Marco Fidel Suárez.

El denominado Caso Antioqueño, que para muchos investigadores sorprende porque surgió en una región relativamente periférica y aislada para entonces, generó ese dinamismo industrial que igualmente queda en evidencia en esta investigación.

“Esas pequeñas sociedades colectivas antioqueñas manejaban capitales muy limitados y aún así tenían un ecosistema enormemente rico en donde había sociedades de todos los tamaños dedicadas a una gran cantidad de actividades. De esta forma, vemos que el surgimiento posterior de las grandes industrias no fue fruto del azar, sino el resultado de un movimiento mucho más general que se estaba dando en la región”, comenta el profesor Vélez.

Por esta razón, Antioquia fue un ejemplo de cómo prosperar en épocas de crisis: “La región estaba reventada con la Guerra de los Mil Días [ocurrida entre 1899 y 1902], la inflación estaba desbocada, la moneda había colapsado por los abusos del banco y tardó mucho tiempo en volver a ajustarse”.

Pero, a pesar de esa crisis tan enorme, los empresarios antioqueños de ese momento mantuvieron su asociatividad y en medio de esa situación tan difícil lograron sobreponerse y, por eso, en las primeras décadas del siglo XX se pudo dar el florecimiento de la actividad empresarial en la región.

La participación de la mujer como socia o accionista de sociedades era extraña hace un siglo. Sin embargo, se encontraron unas pocas sociedades que eran solo de mujeres. La participación femenina se consolida en la segunda mitad del siglo XX, después de que la Ley 28 de 1932 les dio la capacidad civil para hacerlo.

Un tesoro histórico recuperado

Para Lina Vélez de Nicholls, presidenta ejecutiva de la Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia, "no podía ser que la historia de las sociedades mercantiles que se había entregado a la Cámara de Comercio estuviera guardada en un sótano húmedo. Empezamos entonces a recuperar todos sus folios y a buscar tecnologías para su recuperación. Nosotros queríamos que ese esfuerzo de preservación y análisis se materializara y eso es esta investigación".

El exrector de EAFIT Juan Luis Mejía Arango fue una de las personas que más impulsó la investigación. Para él, este libro “es el fruto de un proceso que se inició hace tres años. En la Cámara de Comercio había un tesoro, pero ese tesoro estaba inédito y había que investigarlo”.

Y es que, según el exrector, el archivo de esa entidad es una fuente de investigación jurídica, económica y social que está compuesta por los registros de las sociedades comerciales de Antioquia que por años se depositaron, primero, en un juzgado y luego llegaron a la Cámara de Comercio, entidad que hizo un esfuerzo importante por recuperar, conservar y digitalizar ese archivo.

“Me parece que aquí hay unos hallazgos importantes para los economistas y los historiadores, hoy tenemos un libro que llega a enriquecer el acervo y a permitirnos entender esto que se ha llamado el Caso Antioqueño”, asegura Mejía Arango.

Libro de relojes longines.

Las Tillandsias recurvata son plantas muy comunes en nuestro medio. Crecen incluso en techos y en cables de luz.

La investigación, como armar un rompecabezas

El desafío inicial de los investigadores fue escudriñar y buscar pistas de la historia de la actividad societaria en el archivo de la Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia, según recuerda Diana Paola Gil Guzmán, abogada de EAFIT y también coautora del libro.
“En su primera fase, el proyecto implicó la revisión de muchísimos extractos: revisamos más de 3000 para llegar a identificar en total 1837 extractos de constitución de sociedades”, afirma. Luego, la complejidad estuvo en catalogar, sistematizar y clasificar todos esos documentos en una base de datos.
Ordenar toda esta información no fue tarea sencilla: “Encontramos 8085 socios. Son muchos nombres, fue todo un reto ver cómo poníamos esos nombres en relación y cómo se los presentábamos al lector”, asegura la investigadora.
El Archivo Histórico de Antioquia y la Sala de Patrimonio Documental de EAFIT también fueron fundamentales para hallar otra información que hacía falta.
“Por fortuna, en el departamento se han realizado una buena cantidad de trabajos sobre la historia empresarial de la región. Ese gran interés nos permitió efectuar muchos cruces y relacionar las sociedades”, puntualiza Diana Gil.
El proyecto continúa y en su tercera fase ampliará el análisis hasta el año 1960.

Valor histórico de los documentos de comercio

El abogado e historiador Rodrigo Puyo Vasco –editor general del libro– afirma que la historia de la legislación comercial en nuestro país se inicia con la herencia española de las Ordenanzas de Bilbao y la aprobación del Código de Comercio de 1853.

Durante el régimen federalista, vigente hasta 1885, cada Estado soberano reguló los temas comerciales.

Luego hubo cambios legislativos como consecuencia de la entrada en vigencia de la nueva Constitución de 1886 y en 1887 entró en vigencia el Código de Comercio Terrestre que regulaba, entre otros temas, las sociedades.

Según Puyo Vasco, para 1887 ya existían tres tipos: la sociedad colectiva, la sociedad comandita y la sociedad anónima.

Para ese entonces, los juzgados de comercio no existían y las sociedades se registraban en los juzgados de circuito.

Fue solo hasta 1931 que se entregó el registro mercantil como una función delegada pública a entidades privadas como son las cámaras de comercio.

En esta fecha se ordenó que todos los libros que estaban en los antiguos juzgados de Circuito fueran trasladados a las cámaras de comercio.

Para el historiador, estos documentos “más allá de ser unos papeles, son el recorrido histórico y la vida social, jurídica y económica de nuestra sociedad”.

Autores

Laura López Alzate

Colaboradora Revista Universidad EAFIT.

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Los mil ojos del titán mirando a la sociedad

Septiembre 10, 2020

Los avances y retrocesos en asuntos de justicia, violencias, paz, seguridad y convivencia, economías ilícitas y construcción de Estado son un campo fértil para la investigación académica que busca desentrañar las complejas relaciones que rigen la vida colombiana. 

La Universidad EAFIT es como un titán de mil ojos que, desde el aprendizaje, el descubrimiento y la creación, y la proyección social acompaña los procesos sociales, económicos y políticos que permiten interpretar muchos asuntos de nuestro devenir: la historia nacional, el papel del Estado, las instituciones que administran justicia, el accionar de los grupos ilegales, los conflictos, la reincorporación a la sociedad de excombatientes, la manera en que se desarrolla la agenda de construcción de paz y fenómenos como las economías ilegales, las organizaciones criminales y sus relaciones con las comunidades.

Son ojos que avizoran, con criterio interdisciplinario, la evolución de esos fenómenos y cuyos responsables abren espacios de reflexión y encuentro social.

El abogado Camilo Piedrahíta Vargas, decano de la Escuela de Derecho de EAFIT, destaca la participación general de las universidades durante el proceso de negociación que permitió la desmovilización de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) diciendo que “la academia ha sido un espacio supremamente valioso e importante para reflexionar en torno a figuras jurídicas y políticas y, en nuestro campo, especialmente sobre el Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición”.

En esa línea, el directivo docente destacó el trabajo de EAFIT, junto a la Universidad del Norte (Barranquilla), en “el acompañamiento a las labores de la Jurisdicción Especial para la Paz, así como a la Comisión de la Verdad”.

Piedrahíta Vargas defiende el hecho de que las universidades, durante la negociación y tras la firma del acuerdo, se hayan consolidado como “espacios y centros de debate, de tolerancia, desde donde –gracias a la credibilidad que tiene la academia– podemos hacer un acompañamiento no solo a las instituciones encargadas de ejecutar y materializar los acuerdos de paz y el resarcimiento a las víctimas, sino también a la sociedad”.

Mirada sobre las economías criminales

Los ojos de la universidad también han observado fenómenos paralelos al conflicto o que son producto de él. El doctor en Ciencia Política y docente del Departamento de Gobierno y Ciencias Políticas de EAFIT, Gustavo Duncan Cruz, experto en temas de narcotráfico, criminalidad y construcción del Estado, explica que con el proceso de paz se evidenció que “el fenómeno de las economías criminales está conformado por un espectro más amplio que surge de tantos años de conflicto. Hay una serie de actividades que son ilegales, ilegales toleradas o informales que son susceptibles a la regulación de actores armados distintos al Estado”.

Duncan Cruz añade que “el problema que quedó después de tanto tiempo fue que el conflicto enseñó a muchas comunidades y organizaciones criminales cómo explotar ganancias por ejercicio sobre ese control social porque se establece un monopolio sobre ese mercado, porque se practican extorsiones, etc.”

La academia ha ganado en metodologías para el estudio de fenómenos complejos, como la minería ilegal. Foto: Róbinson Henao.

 

Lo que cambió con la desmovilización de gran parte de las Farc, advierte, es que ese grupo tenía un proyecto de toma del Estado para transformar a su manera la sociedad, pero los grupos que los reemplazaron para controlar las economías ilegales “quieren mantener un control local sobre actividades locales y eso genera una interacción muy distinta con el Estado”.

“El miedo, la rabia y el resentimiento no han podido ser reemplazados por la empatía y la compasión necesarias para la reconciliación”. Mauricio Uribe López, jefe del Departamento de Gobierno y Ciencia Política.

Cultivos ilícitos y estrategia de negociación

Otra mirada al problema del vacío dejado por las Farc en las zonas sembradas con cultivos ilícitos la tiene el doctor en Economía Santiago Tobón Zapata, director del Centro de Investigaciones Económicas y Financieras (CIEF) de EAFIT.

Para él, la razón más probable para explicar el crecimiento de esas áreas fue una estrategia política del grupo en trance de desmovilización.

Tobón Zapata señala, primero, el hecho de que las áreas con cultivos ilícitos de coca cayeron en tasas relativamente altas hasta el último año de la negociación con la guerrilla, cuando comenzaron a incrementarse.

Tres hipótesis aparecieron para  explicar ese hecho: la más socorrida fue la decisión del Gobierno Nacional de suspender la aspersión aérea con glifosato; la segunda, la devaluación del peso frente al dólar que hacía más rentable la exportación de cocaína; y la tercera, la idea de que en el posacuerdo se iba a tener una importante oferta de programas de sustitución de cultivos ilícitos por parte del Gobierno.

Sobre el impacto de la suspensión de la fumigación aérea con glifosato, el director del Cief considera que los costos de ese método son tan altos que lo convierten en la opción menos eficiente para la reducción de esas áreas.

“Un estudio de Daniel Mejía con Pascual Restrepo (de la Universidad de los Andes), en la frontera con Ecuador, encontró que costaba entre 35 mil y 40 mil dólares reducir una hectárea de cultivos ilícitos mediante aspersión. Es decir, era más barato comprar la cocaína ya transformada que hacer la aspersión”, advierte.

Por ello, el impacto sobre los cultivos era mínimo y no se podía asociar la aspersión con la reducción de cultivos ni la ausencia de la fumigación con su aumento.

La hipótesis de una tasa de cambio elevada como la razón para el crecimiento de los cultivos tampoco tenía evidencias que la respaldaran, dice Tobón Zapata, porque es una situación que se presentó en otros momentos sin que se reflejara en un aumento de las áreas cultivadas con coca.

“La demanda de cocaína es creciente en Europa y Estados Unidos y si bien la tasa de cambio ha crecido mucho en los últimos años, no había ocurrido un incremento proporcional en las hectáreas sembradas de coca”.

“La tercera hipótesis es que se generó una expectativa en muchos campesinos que empezaron a sembrar más coca (con la ilusión de ayudas del gobierno en el poscacuerdo). Esto, al principio, se manejó simplemente como especulación, pero hace pocos meses Juan Fernando Vargas, de la Universidad del Rosario, y Daniel Mejía, de los Andes, publicaron un documento de trabajo en el que presentan evidencia empírica que respalda eso”, explica Tobón.

De  acuerdo  con  esos  hallazgos,  ese crecimiento se debería explicar por  la  mezcla  de  las  tres  hipótesis,  pero donde la estrategia de las Farc para vincular a un grupo mayor de campesinos era la más influyente. “Era complejo decirle a la gente que dejara los cultivos legales que no iban a tener ayudas del gobierno para que sembrara cultivos ilícitos que sí iban a tener esas ayudas”, afirma Tobón Zapata.

El  problema,  que  se  puede  considerar coyuntural del proceso, lleva a las consideraciones de fondo: ¿cómo debería llegar el Estado a retomar el control y la legitimidad de las zonas con cultivos ilícitos?

Para  Tobón  Zapata,  la  respuesta  ya  se  ha  discutido  ampliamente  en  los ambientes universitarios, no solo de EAFIT sino de otras instituciones: “Un trabajo reciente determinó que es mucho más eficiente, en términos de reducción de cultivos ilícitos, la titulación de tierras que otro tipo de estrategias”.

Hasta ahora, comenta, el Estado se topa con el problema de no encontrar la forma de llegar a muchos territorios donde  los  cultivos  ilícitos  y  otras  economías  ilegales  son  prácticas  habituales.

“El Estado no ha logrado consolidar su presencia en ninguno de los territorios donde se han presentado estos problemas. La región del Bajo Cauca  antioqueño,  por  mencionar  un caso, tiene problemas muy serios de orden público, violencia, crimen organizado,  gobierno  de  grupos  criminales sobre las comunidades, minería  ilegal,  cultivos  ilícitos  y  violencia del mismo nivel del que había hace 10 o 12 años”

Cooperación Universidad-Estado

Santiago Tobón Zapata, director del Centro de Investigaciones Económicas y Financieras (Cief) señala que la complejidad de muchos fenómenos de las empresas criminales hace que no haya paradigmas científicos de trabajo: “La academia tiene la responsabilidad de ser muy propositiva con programas y políticas públicas que pueden ser aplicadas en estos contextos y tiene que ser muy convincente para lograr que el Estado asuma lo que proponen nuestras investigaciones. A veces los académicos somos muy torpes en comunicar las propuestas. Debemos ser conscientes y pragmáticos de que el Estado y la política tienen que enfrentar unos retos”.

Tobón Zapata hace referencia a procesos difíciles, en lo político, tales como la discusión de la legalización de la marihuana –un debate que considera maduro en la comunidad internacional– y al cambio de paradigmas de intervención en las zonas donde el Estado debe consolidar su presencia y legitimidad.

Ampliar enfoques

El profesor Gustavo Duncan Cruz afirma que la academia tendrá que estudiar más el carácter político de las organizaciones criminales. “La gente, en vez de querer tomarse el Estado central y entregarle el liderazgo a una persona instruida, con mando jerárquico, prefiere explotar la renta criminal, controlar una comunidad, volverse rico y con acceso directo al poder, en lugar de desarrollar una guerra directa con el Estado”,

Eso, añade, se traduce en superar el fenómeno puramente criminal: son pequeños centros de poder que cobran impuestos, imponen el orden y mantienen mediaciones con el Estado central.

“En las academias internacionales ya existe el concepto de criminal governance, gobiernos criminales, una rama de estudios que está obligando a hacer más rigurosos en estos temas y que en Colombia tiene implicaciones políticas fuertes porque tanto izquierda como derecha se achacan culpas mutuas sobre la responsabilidad en este fenómeno”, dice Duncan Cruz.

 

Paz y Estado

Las empresas criminales, las zonas donde se concentran los cultivos ilícitos y la incapacidad del Estado para conso-lidar su presencia y reducir a las primeras lleva a una de las razones por las cuales el acuerdo de paz se constituye en una agenda de construcción de Estado.Mauricio Uribe López, doctor en Ciencia Política y jefe del Departamento de Gobierno y Ciencia Política de EAFIT, afirma que “buena parte de la explicación de la guerra co-lombiana ha sido la debilidad de la estatalidad y aunque construcción de paz y construcción de Estado no son sinó-nimos, en el caso colombiano las dos tareas van de la mano y son casi una hoja de ruta que debe ir de abajo hacia arriba, desde lo local hacia lo nacional, de la periferia al centro”.

A pesar del reto que ello implica, reconoce que las dificultades que ofrece el contexto actual para la implementa-ción del acuerdo de paz obedecen a que “los colombianos hemos sido muy buenos para hacer la guerra, para firmar acuerdos parciales de paz, pero no sabemos vivir en paz”.

Aunque destaca los actos de reconciliación entre desmo-vilizados de guerrilla y paramilitares, “esos episodios no han permeado al conjunto de la sociedad y el odio, el miedo, la rabia y el resentimiento no han podido ser reemplazados por la empatía y la compasión necesarias para la reconciliación”.

Uribe López señala que el gobierno de Iván Duque pa-rece haber retrocedido a la etapa en que no se reconocía la existencia de un conflicto armado en Colombia: “De todas formas, el Ejecutivo tiene unos compromisos para desarrollar el acuerdo que son legales, normativos, internacionales y vin-culantes. Sin embargo, hay cosas que van avanzando, en par-ticular el proceso de reincorporación de los combatientes”.

A pesar de eso, hay temas como la reforma rural integral, el Fondo de Tierras para la Paz, la sustitución de cultivos ilícitos, las zonas de reserva campesina y los presupuestos para inversión en el sector agropecuario que no avanzan, están estancados.

“No hay que ser alarmistas porque el horizonte tempo-ral de implementación de los acuerdos es amplio, va más allá del gobierno Duque, pero sí es motivo de preocupa-ción que los temas estructurales del acuerdo estén un poco congelados y, aparte de los programas de desarrollo con enfoque territorial y la reincorporación de los combatientes, no mucho más que esté funcionando”, concluye el jefe del Departamento de Gobierno y Ciencia Política.

Autores

Octavio Gómez Velásquez

​Colaborador.

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Estudio explora las estrategias corporativas de empresas multinegocios en Colombias

Enero 26, 2022

Una investigación liderada por dos profesoras de la Escuela de Administración de EAFIT describe la forma en que empresas multinegocios del país diseñan y adaptan sus estrategias corporativas desde la alta dirección.

Adentrarse al corazón de las grandes empresas representa un desafío desde el campo de la administración debido a que sus administradores suelen ser renuentes a revelar información de la estrategia corporativa.

De ahí el mérito de un estudio realizado por dos profesoras de la Universidad EAFIT que analiza a las compañías multinegocios colombianas de seis regiones, con hallazgos que nutren el debate académico y trazan un camino para profundizar sobre el modo en que son administradas.

La investigación describe a las multinegocios como aquellas empresas con una diversidad de negocios desde la propiedad, con portafolios cruzados, una administración central y unas formas determinadas de seguimiento al desempeño (se reconocen organizaciones privadas, de origen familiar y hasta estatales).

Entre otros aspectos, sus resultados muestran la forma en que pasan a convertirse en multinegocios, la compleja configuración de la estrategia, aspectos sobre la gestión de sus portafolios y, principalmente, cómo se administran conjuntamente desde sus centros corporativos (una especie de oficina central).

Tal exploración fue realizada por las profesoras Luz María Rivas Montoya y Diana Londoño Correa, del Departamento de Organización y Gerencia, de la Escuela de Administración de EAFIT, a partir de su interés de ampliar estudios llevados a cabo en sus tesis de doctorado con empresas del Grupo Empresarial Antioqueño (GEA).

Las investigadoras consideraron que era necesario seguir indagando para entender, más allá de los aspectos financieros y económicos –que consideran muy importantes– el cómo lo hacen, es decir, la complejidad de la administración de estos conglomerados.

De acuerdo con Rivas Montoya, el hallazgo más importante tiene que ver con el momento en que pasan a convertirse en multinegocios y la dirección debe definir la estrategia competitiva para cada uno de esos negocios y la corporativa para toda la empresa; esto implica una paradoja: fortalecer la singularidad competitiva de cada negocio, mientras crean nuevo valor económico para toda la empresa multinegocios.

“Se reconoce que la empresa multinegocios compite en varios sectores y ello es muy importante para entender que no se puede tener una estrategia competitiva por empresas, sino por negocio. Hay compañías que no entienden eso y definen una estrategia para toda una empresa, cuando en realidad tienen negocios distintos”, apunta la investigadora.

Una vez están operando como multinegocios, otro reto que aparece es la toma de decisiones, que depende en gran medida del porcentaje de participación de la propiedad en cada negocio. Lo anterior implica que se presenten diferentes formas de administrar. Las académicas relacionan que la gerencia se torna más fácil cuando los dueños tienen el cien por ciento de la propiedad porque permite centralizar funciones como el pago de la nómina o de los impuestos, el uso de tecnologías, la optimización del manejo financiero, entre otros aspectos.

“Pero encontramos que esas empresas tienen distintas participaciones en las sociedades y, dependiendo del grado de propiedad, es que pueden tomar decisiones sobre algunas funciones corporativas o no, tales como la definición del portafolio, la gestión interna y la gestión externa”, explica la profesora Rivas Montoya.

Varias personas en una reunión de trabajo con computadores y vasos de agua.

El trabajo permitió obtener información de las complejidades de la administración de estas compañías.
Foto: Shutterstock

 

Diversas formas de generar valor

Otro aspecto fundamental que revela el estudio es la importancia de las estrategias de no mercado y de acción política corporativa, que tienen que ver con la gestión externa que realizan con sus grupos de interés y ante el Estado; una particularidad que, suponen, obedece al entorno del país.

En esta gestión son claves actores como los dueños, en empresas más pequeñas o familiares, y los vicepresidentes de asuntos corporativos, en las más grandes.

“El tema de la acción política y el compromiso con las regiones es muy valioso, y es muy diferente al de otras partes del mundo porque los problemas son muy distintos: se trata de otros contextos”, explica la investigadora Diana Londoño Correa.

Este tipo de relacionamiento con la sociedad se da, en la mayoría de casos, a través de fundaciones empresariales. Asimismo, en las acciones políticas con el Estado se busca participar en la definición de legislaciones que pueden afectar a los negocios.

También, se identifica que la administración conjunta es orientada a generar sinergias que logren que los negocios sean más competitivos, mejorando su eficiencia y creando nuevo valor. Desde la alta dirección también se impulsa el diseño de programas para pensar cómo hacer cosas diferentes y generar nuevos ingresos.

“Nuestras empresas son muy creativas en generar nuevas formas de valor al administrar conjuntamente esos negocios. De hecho, en uno de los artículos mencionamos ejemplos de nuevas formas de generar ese valor”, menciona Rivas Montoya. Sin embargo, no todas operan a partir de centros corporativos. Algunos negocios, pese a tener portafolios cruzados, pueden ser más independientes.

El hallazgo más importante tiene que ver con el momento en que las empresas pasan a ser multinegocios y la alta dirección debe definir la estrategia corporativa: cómo reconfigurará sus portafolios (invertir y desinvertir) y cómo administrará esos negocios de manera conjunta.

Aportes de la investigación

De acuerdo con las profesoras, este proceso representa tres aportes para el campo de la administración en Colombia. El primero, el llevar a los entrevistados a la reflexión sobre el cómo desarrollan sus estrategias corporativas.

“Cuando hacíamos las entrevistas generábamos consciencia de cosas que los gerentes hacen sin preguntarse tanto. En el día a día del negocio no surgen esas reflexiones porque las empresas viven en la carrera de la productividad y la competitividad. Cuando uno como investigador les hace esas preguntas y los lleva a pensar, lo van haciendo consciente”, dice Rivas Montoya.

Asimismo, se destaca que el estudio presenta un referente local de cómo se administran estas empresas porque lo usual es que estos análisis abarquen casos de estudio de empresas radicadas en otras partes del mundo.

“Para nosotras es muy importante tener información propia. No es lo mismo administrar aquí que en Nueva York o en Tokio. Son conceptos que tienen que marcar porque la administración es muy compleja y tiene muchos factores contextuales y culturales; contexto de momento y de historias, de la forma cómo se ha hecho. Todo eso es relevante”, plantea la docente Londoño Correa.

La discusión que se ha suscitado en espacios académicos con el estudio también ha generado un interés por parte de estudiantes de posgrado por seguir indagando sobre las particularidades de las formas de administración de este tipo de empresas.

Algunos, sobre todo de maestría, laboran en esas compañías y se empiezan a interesar por profundizar sobre estos aspectos en sus trabajos de grado. Lo otro es que llevan los hallazgos a la práctica de sus entornos laborales.

“Los estudiantes que vienen de esas empresas en que pudimos hacer el trabajo, al ver estos casos, pueden hacer comparaciones sobre qué ha cambiado y qué no, y ello suscita discusiones muy valiosas en las clases”, comenta Londoño Correa.

Una veta para seguir indagando

También se destaca el aporte del estudio a la literatura académica sobre las particularidades de la administración de este tipo de empresas en el contexto local.

“Hay poca literatura porque las empresas son reacias a entregar este tipo de información y porque la investigación en Colombia en administración es joven. EAFIT ha hecho esfuerzos en este sentido y esto enriquece profundamente la docencia y la investigación aplicada. En el mundo, lo más frecuente es el estudio de las fusiones y las adquisiciones, con un mirada
económica y financiera, pero de la etapa de integración, que sigue a una adquisición, hay literatura interesante pero aún hay preguntas abiertas”, asegura Rivas Montoya.

Según Diana Londoño, el estudio también evidencia que hay multinegocios que no son de tipo familiar, como se ha enfatizado en algunas investigaciones similares en América Latina.

Dos mujeres en medio de una plaza con naturaleza.

Las profesoras Diana Londoño Correa y Luz María Rivas Montoya. Foto: Róbinson Henao

 

“Si yo quisiera hablar de los grupos coreanos, japoneses o alemanes encuentro artículos. De los latinoamericanos y colombianos hay algunas referencias alrededor de lo familiar, pero no todos están configurados así”, sostiene.

Los hallazgos, que han sido consignados en diferentes publicaciones académicas, también han dado cabida a otros trabajos de investigación sobre la variedad de alternativas para administrar empresas multinegocios en Colombia y que se encuentran en un estado de avance importante.

Se espera que como el ya presentado, sirva para seguir comprendiendo las estrategias corporativas de las poco estudiadas empresas multinegocios del país.

Nuevas líneas de investigación

La indagación sobre empresas multinegocios en seis regiones de Colombia permite evidenciar un espectro amplio para seguir realizando este tipo de estudios en el país.

La profesora Diana Londoño dice que el tema sigue abierto y hay cabida para indagar por diferentes aspectos que permitan enseñar cómo funcionan estas empresas desde la alta dirección, un asunto que compete específicamente al campo de la Administración.

“Es muy del tejido interno y de las decisiones que se toman dentro de la organización. Todas esas decisiones son cosas que le interesan al administrador. Las otras miradas son valiosas e importantes, pero son diferentes”, menciona.

Entre otras líneas de investigación, las docentes consideran de interés: la identificación de sinergias en las empresas multinegocios, la acción política corporativa, las configuraciones de portafolio y el fenómeno multinegocio en empresas pequeñas.

Las académicas están realizando actualmente un estudio con el Grupo Éxito con el cual buscan entender cómo se materializaron las sinergias en esa firma.

Autores

Daniela Milena Ramírez

Colaboradora Revista Universidad EAFIT.

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Cuidar la economía para una reactivación estructural

Enero 26, 2022

La pandemia profundizó temas que estaban pendientes en la agenda económica mundial y trajo nuevos retos para reconstruir el tejido empresarial, comprender el futuro de las empresas y, sobre todo, proteger el empleo de las personas más vulnerables.

Aunque todavía perturbados por lo que ha significado la aparición de la pandemia mundial en el año 2020, estudios, tendencias, debates y análisis intentan alumbrar el camino para curar la economía. Los efectos son devastadores y se han sentido con fuerza en miles de empresas y en millones de empleos, sobre todo entre las poblaciones más vulnerables. La situación ha removido también los focos de interés de la investigación.

No es simple pesimismo. Mientras los gobiernos, con mayores déficit presupuestales y niveles de deuda más elevados, se mantienen en una lucha desigual por cuidar la salud de los ciudadanos y se retan a reactivar sus economías y procurar que se recuperen, los efectos del COVID-19 son reales y profundos, como lo han empezado a evidenciar los diagnósticos que han emergido durante este 2021.

El Fondo Monetario Internacional (FMI), que prevé un crecimiento económico de 6 % para finales de 2021, luego de una contracción de -3,5% el año pasado, se ha mostrado preocupado porque se han ahondado las brechas mundiales entre las economías avanzadas y las emergentes, en razón de que la recuperación se ha dado en medio de una distribución desigual de las vacunas.

Bajo un escenario de mayor desigualdad, para los expertos es claro que el crecimiento económico global no será el único factor que determine la recomposición de los mercados y el bienestar de las personas.

Eso lo cree la academia y se ha registrado en análisis de prospectiva como El futuro de la sostenibilidad en las empresas, de Forética y el Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible. “El grado en el que el bienestar y la estabilidad social dependen actualmente del crecimiento económico constante se ha convertido en una fuente de vulnerabilidad ante la pandemia del COVID-19”, señala el estudio.

Las investigaciones sobre la pobreza y la desigualdad, que antes de la nueva realidad mundial eran importantes, hoy tienen un mayor relieve. La razón, en el caso de los esfuerzos por poner fin la pobreza, es que esta lucha también tuvo un revés. La pandemia generó 124 millones de nuevos pobres en 2020, según  el Banco Mundial.

“Con la pandemia se acentuaron estos temas. En países como el nuestro o como Chile, en que las condiciones no eran las mejores, ese debate resurge con fuerza, aunado a la protesta social, por lo que se muestran como un tema de investigación interesante en torno a lo que es la desigualdad de la renta”, expresa Mauricio López, coordinador del Grupo de Macroeconomía Aplicada de la Universidad de Antioquia (U. de A.).

El empleo vulnerable

Otro asunto que suscita interés, al mismo tiempo que preocupación, es el futuro del empleo. Se necesitan luces para la recuperación de puestos de trabajo para los grupos de población que ya venían con problemas antes de la llegada del virus.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha calificado el fenómeno de 2020 como “una disrupción sin precedentes en el mercado laboral”, pese a las medidas inmediatas de gobiernos, gremios y empleadores por preservar los puestos de trabajo y los ingresos de las personas.

“Si bien es cierto que estas medidas han sido esenciales para mitigar la crisis, todos los países han sufrido un pronunciado deterioro del empleo y de los ingresos nacionales, lo cual ha acentuado las desigualdades existentes y ahora se corre el riesgo de perjudicar de forma duradera a los trabajadores y a las empresas”, señala su informe de perspectivas para el empleo en 2021.

De acuerdo con este organismo, esta situación llevará a que en 2022 haya 205 millones de personas sin trabajo, cuando en 2019 esta cifra, que ya presentaba un déficit amplio, era de 187 millones.

Calle principal con una iglesia antigua de fondo y locales.

Hoy tienen alta relevancia las investigaciones sobre pobreza y desigualdad, las cuales se agravaron por los confinamientos y los efectos de los cierres de empresas y negocios por la pandemia. Foto: Róbinson Henao

 

“Toda la temática de empleo se desatendió. Quisimos salvar el existente y no moldear el del futuro. Por eso mantienen relevancia asuntos como las brechas de género, el desempleo juvenil y la situación laboral en general”, apunta Giovanni Montoya, catedrático de economía, finanzas y estrategia en la Universidad Católica de Chile y en otras universidades en Colombia. En el caso de los jóvenes, se señala que no solo es importante seguir estudiando las elevadas tasas de desocupación, sino los impactos en cuanto a la formación y la posibilidad de que esta población pueda acceder a su primer empleo.

“El inconveniente es que parte de los jóvenes sin formación académica o con poca formación vieron afectadas sus habilidades de trabajo en equipo y de expresión. La misma rectora de EAFIT, Claudia Restrepo Montoya, mencionaba que ello se vio en los resultados de las pruebas de Estado. Eso va a ser un inconveniente para que puedan incrustarse en el tejido empresarial”, dice Óscar Medina Arango, profesor del Departamento de Organización y Gerencia de la Universidad EAFIT.

De otro lado, la brecha de género, que en los últimos años ha cobrado bastante relevancia en los análisis, también se mantiene como un tema central de investigación, pero con un ingrediente adicional: el temor de que lo logrado para alcanzar la paridad se haya perdido.

Los constantes estudios sobre el empleo que se conocieron en 2020 mostraron una tendencia a que miles de mujeres en el mundo abandonaran sus empleos remunerados para dedicarse a las tareas del hogar, y ello se vio de manera paulatina en las crecientes tasas de desempleo de esta población.

En Colombia, por ejemplo, la tasa de desempleo de las mujeres en julio de 2021 fue de 26,2%, según el Departamento Nacional de Estadística (Dane); 10 puntos porcentuales por encima de la tasa registrada en los hombres, cuando en 2019 la brecha era casi de la mitad.

“La deslocalización del empleo puede incidir negativamente en que se amplíen las diferencias de los salarios entre hombres y mujeres, ampliando las brechas de género”. Óscar Medina Arango, profesor del Departamento de Organización y Gerencia de la Universidad EAFIT.

Empleo en personas vulnerables

Por su parte, también se requiere conocer el impacto sobre los trabajadores informales (en que es común encontrar migrantes, víctimas de la violencia y otras poblaciones vulnerables), que no solo vieron disminuidos sus ingresos como consecuencia de los confinamientos, sino que se presume tuvieron mayor afectación por el virus, dado que su actividad les impedía permanecer en el hogar.

“En América Latina son más fuertes los temas del mercado laboral y la informalidad. Preocupa bastante porque si bien antes eran importantes, con la pandemia nos dimos cuenta de que su relevancia es mayor como un tema determinante de la pobreza”, analiza el director del Grupo de Macroeconomía Aplicada de la U. de A.

Respecto a los empleos no calificados, hay inquietud de qué tanto la digitalización y la exigencia de nuevas competencias logrará que se mantengan enganchados o recuperen el empleo perdido. Si el Foro Económico Mundial había advertido que la desaparición de puestos de trabajo sería profunda en pocos años, lo que estiman los académicos es que el nuevo panorama mundial no hizo más que acelerar esta transformación.

“Como debates que emergieron con la pandemia se tiene el tema de la automatización y profesiones que están en riesgo de continuar en un futuro cercano. Urge estudiar más cuáles serían los empleos que se van a perder o van a ganar más fuerza a futuro”, añade el profesor Mauricio López.

La deslocalización del trabajo

Otro fenómeno que se ha acentuado en los últimos meses es la deslocalización del empleo, es decir, la afectación por la decisión de las empresas de trasladar su producción, buscando abaratar costos de producción.

De acuerdo con el profesor Óscar Medina Arango, de EAFIT, se estaba generando antes de la pandemia, pero hoy se está viendo incluso en economías emergentes y ya no por países o por estados, como ocurría en Estados Unidos, sino por regiones. “Se va a generar un desplazamiento de trabajos hacia otras partes que antes se limitaba a los centros de servicio al cliente o los centros médicos”, señala.

Asimismo, considera que la deslocalización puede incidir negativamente en que se amplíen las diferencias de los salarios entre hombres y mujeres. “En Estados Unidos, Francia, Países Bajos y Austria se estaba impulsando la publicación de los salarios, por los diferentes tipos de trabajo y los que se pagaban entre hombres y mujeres. Lo que ha ocurrido, por ejemplo en Estados Unidos, es que la medida ha hecho que algunas compañías dejen de contratar personas de los estados que lo han exigido, y lo dicen abiertamente”, añade el profesor Medina Arango.

La filosofía empresarial deberá tener en cuenta también las discusiones sobre la productividad y el equilibrio con el bienestar y la salud de las personas. “Ahora, cuando la pandemia se empieza a acabar y la mayoría de la gente está vacunada, muchos probablemente no van a regresar a la empresa. El fenómeno se está viendo en Estados Unidos, en donde se prevé que varias industrias y sectores tendrán dificultades para reenganchar al personal, lo que puede generar que se suban los costos”, dice Luis Fernando Mondragón, profesor de la maestría de Administración Financiera y de la maestría en Gerencia de Proyectos de EAFIT.

Un hombre estudiando los empleos en el futuro.

Es urgente estudiar cuáles serán los empleos que se van a perder o a ganar más fuerza en el futuro debido a la automatización de la producción empresarial. Foto: Shutterstock

 

El futuro de las empresas

Respecto a la situación de las empresas y la recomposición del tejido empresarial, además de los estímulos que se puedan generar desde el Estado, han emergido necesidades de estudiar los enfoques estratégicos en un contexto tan cambiante, las nuevas formas de producción, la orientación hacia el nuevo consumidor y la adaptación general a este escenario de mercado.

Mondragón dice que las empresas hoy se están preguntando qué hacer con su estrategia corporativa, ya que esta se desbarató con la coyuntura. “Las proyecciones que se tenían a cinco años desaparecieron. Hay una profunda
demanda para trabajar sobre el nuevo futuro y los nuevos escenarios para replantear la estrategia de los negocios.

Ello ocurre porque cambiaron las tres bases de la estrategia: mercados, productos y empresas”, señala. Así como las formas de trabajo plantean nuevos paradigmas acerca de la productividad, también hay debates sobre si es necesario que las empresas se enfoquen más en ser resilientes que eficientes, como una forma de ser sostenibles.

De hecho, se espera que las investigaciones contribuyan a mostrar casos de éxito en aquellas industrias que se adaptaron con rapidez a la adversidad. Si bien es cierto que la COVID-19 resintió a casi todos los sectores, las empresas también mostraron una capacidad de adaptación que se debe considerar en el nuevo entorno.

“La pandemia ha revelado la rapidez y contundencia con la que administraciones, empresas y sociedad pueden actuar cuando se percibe que existe una emergencia real. Debemos reconocer que no hemos visto unos niveles de adopción de medidas semejantes en lo que atañe a desafíos como el cambio climático, la biodiversidad y la desigualdad”, dice el estudio de prospectiva de Forética y el Consejo Empresarial Mundial para la Sostenibilidad.

Transformación digital

La industria 4.0 también se mantiene como un aspecto relevante de los estudios académicos en este período de pandemia, tanto para entender la adaptación a la tecnología como en la comprensión de la adopción acelerada por los confinamientos.

De la incorporación de machine learning, blockchane, data science, robótica y todos los temas de la Cuarta Revolución Industrial, llaman la atención los efectos que tendrán en las profesiones, como se mencionó, y las brechas que puede generar entre países con economías desarrolladas frente a las emergentes.

“La cuestión es cómo los países van a la par con las tendencias mundiales, a la luz de los desarrollos tecnológicos, teniendo en cuenta que están cambiando la forma de hacer las cosas, con un efecto inmediato en la calidad de vida. Lo que veo es que habrá más separación entre las economías desarrolladas y las emergentes; los nuestros seguirán siendo más lentos en la adopción de estas tecnologías y muy dependientes de las materias primas”, asegura el profesor Mondragón.

La reconfiguración de la empresa también tendrá que atender las nuevas prioridades de los mercados. Se cree que los consumidores han llegado a un nivel de consciencia importante sobre lo fundamental, como lo mostraron las firmas consultoras durante 2020 y que se mantiene como tendencia, pese a la apertura de las economías.

Las nuevas perspectivas y las conclusiones que emerjan de estas, en conjunto o por separado, podrán aportar a que se genere en el diálogo social y la cooperación internacional en que se enfocan los llamados para trabajar desde diferentes esferas para que los efectos de la pandemia sobre la economía no afecten más el empleo vulnerable ni a las propias empresas.

Autores

Diana Milena Ramírez

Colaboradora Revista Universidad EAFIT.

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Con juegos se estimula el espíritu emprendedor

Septiembre 10, 2020

Investigaciones que se preguntan por cómo desarrollar habilidades y competencias que impulsen la innovación y el emprendimiento han llevado al diseño de estrategias didácticas en diversos formatos: formas lúdicas para aprender a pensar en nuevos negocios.

Camilo, un joven de familia caficultora, recibió el día que cumplió 17 años una caja de su abuelo Miguel que contenía una carta y un juego. En la misiva le manifestaba: “¿Quién mejor que tú para continuar esta tradición cuando ya no esté? Quisiera que no olvides todo lo que has aprendido aquí. Que cuando compartas una taza de café con tus compañeros de estudio les enseñes todo lo que hay detrás de ella [...] Esta caja contiene un juego que he diseñado para ti. Pruébalo con tus amigos, [...] haz que aprendan de corazón para ser embajadores de nuestra propia cultura y hablar así desde el ejemplo con un idioma universal: las emociones”.

Esta fue la base que inspiró a Innovación y Emprendimiento EAFIT, área adscrita a la Escuela de Administración, a crear Cafet, un juego de cartas en el que el reto es conformar 12 diferentes empresas relacionadas con la industria cafetera, entre ellas una cooperativa, una trilladora, una exportadora y una tienda.

Con esta dinámica, los jugadores deben aprender a observar y a definir estratégicamente la mejor manera de hacer sostenible un negocio de café. Asimismo, invita a la elaboración de 12 recetas con cinco ingredientes.Estudiantes de intercambio de Australia, de la Empresa de Desarrollo Urbano de Medellín, los colegios Fontán y Montessori, la Unidad Educativa Católica La Victoria, la Universidad Particular de Loja, la Pontificia Universidad Católica (estas tres últimas instituciones de Ecuador) y la Universidad Mariano Gálvez, de Guatemala, validaron el juego y destacaron esta herramienta como contribución al aprendizaje de la industria cafetera.

Cafet busca el desarrollo de cinco habilidades innovadoras: experimentar, asociar, observar, interrogar y trabajar en red. 

Hombre en una oficina con dos computadores y en una reunión virtual con 4 personas.

La estrategia está alineada con las demandas actules del entorno global. Foto: Róbinson Henao

 

Estas habilidades han sido trabajadas en el ámbito internacional por autores como Jeffrey Dyer, Hal Gregersen y Clayton Christensen en el libro El ADN del Innovador que describe los hábitos de personas como Steve Jobs y otros grandes revolucionarios en esta materia. “Este juego aborda problemáticas del sector cafetero como exceso de agua, contaminación y relevo generacional. También sondeamos que muchos chicos no conocen la industria del café ni sus actores, a pesar de que están en un país productor”, señala Jorge Hernán Mesa Cano, coordinador académico de Innovación y Emprendimiento de la Escuela de Administración de la Universidad EAFIT.

Oportunidades para el sector

Pero el desarrollo de Cafet no ha parado, ahora se presentó al Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (Minciencias) para una segunda fase. Este  proyecto,  enmarcado  en  una  convocatoria  en  asocio  con  la  Gobernación de Antioquia para fortalecer la formación virtual en el departamento, contempla el desarrollo de dos productos principales: un MOOC (Massive Open Online Course) alrededor del emprendimiento y la transformación del café, y el juego que será llevado a versiones web, app, realidad aumentada y realidad virtual.

Para esto se unieron cuatro actores: el Grupo de Investigación en Desarrollo e Innovación en Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (Giditic), con la participación del profesor Helmuth Trefftz en el tema de realidad aumentada; el Semillero de Realidad Virtual y Videojuegos; una empresa experta en el desarrollo de videojuegos, Medea Interactiva; y el Grupo de investigación, Innovación y Empresarismo (GUIE) de la Escuela de Administración de EAFIT.

“En el juego tradicional de cartas hay que estar junto a las otras personas para jugarlo, pero estamos buscando que personas en otros lugares puedan conectarse. Los jóvenes buscan competir de una manera sana, por eso se realizan este tipo de juegos serios bajo el concepto de gamificación. Con las plataformas tecnológicas se pretende entregar una experiencia adicional al juego de cartas. Cafet estará disponible en realidad virtual, en donde se pueden ver avatares en representación tridimensional. Además, se evaluará en cuál de las diferentes plataformas la gente se  siente  más  motivada”, afirma Helmuth Trefftz, coordinador del Laboratorio de Realidad Virtual.

Minciencias y EAFIT aportan cerca de 700 millones de pesos para este proyecto. El MOOC, desarrollado con la colaboración del Centro para la Excelencia en el Aprendizaje (EXA) y el Centro Multimedial de EAFIT, se publicó en la plataforma Miríada X. Allí se consolidó un material alrededor de las habilidades innovadoras y el café. Este curso fue validado a finales de 2019 y tuvo 1060 personas inscritas de 35 países.

“El punto es cómo los juegos nos están permitiendo formar a los chicos de una manera diferente pero, adicional, nos está facilitando a los profesores investigar sobre estas temáticas.De hecho, presentamos un paper ante el Consejo Latinoamericano de Escuelas de Administración (CLADEA) en 2019 mostrando las actividades que se vienen realizando alrededor de los juegos y parte de la propuesta que se le hizo a Minciencias es que debemos presentar papers a revistas indexadas”, indica Jorge Hernán Mesa.

Para Rubén Betancur Sierra, gerente de Medea Interactiva, este trabajo ha enriquecido aún más un producto valioso como Cafet que tiene un enfoque de emprendimiento que integra la visión y capacidad de potenciar el conocimiento de la cultura cafetera en entornos de juegos físicos y al que la empresa le ha aportado en el desarrollo de serious games (videojuegos que buscan enseñar, comunicar y transformar).

“La sinergia entre lo empresarial y lo académico es clave para generar mejores empresas, mejores productos y mejor academia. Cada uno aporta su mirada desde una perspectiva que tiene puntos en común, pero también enfoques y acentos diferentes. Cuando se logra una colaboración como la que hemos tenido entre EAFIT y Medea Interactiva se gana en aprendizaje, en procesos, en resultados y en conocimiento. Además, se disfruta hacerlo”, manifiesta Betancur.

Los juegos fueron diseñados junto al Semillero de Investigación en Innovación y Emprendimiento y el Club de Innovación EAFIT, espacio extracurricular que reúne a estudiantes y profesores.

Nuevo modelo para aprender

El juego Cafet hace parte de todo un nuevo modelo para el aprendizaje. Innovación y Emprendimiento de la Escuela de Administración empezó en 2015 a cuestionarse acerca de  las  nuevas  maneras  de  aprender  de  los  jóvenes  y  la importancia de estimular en ellos la motivación para desarrollar habilidades y competencias.
Fue así como en equipo con el Centro para la Excelencia en el Aprendizaje de la Universidad (EXA) desarrolló una manera distinta de enseñar los temas de emprendimiento e innovación en la asignatura Iniciativa y Cultura Empresarial que recibe 1800 estudiantes al año y hace parte de las materias obligatorias en los planes de estudio de todos los pregrados de EAFIT. Después de investigar y conocer mejor esas necesidades de la juventud, se llegó a la construcción de una metodología de aprendizaje activo con un enfoque de aula invertida.

Cielo de fondo y mujer con las manos levantadas y unas gafas de realidad virtual.

El juego se produjo con financiación de EAFIT y Minciencias. Foto: Pixabay

 

Pero, ¿qué significan estos nuevos conceptos incorporados al aula? Jorge Hernán Mesa Cano explica que antes el docente era quien tenía el conocimiento y el saber de todo, pero con la metodología de aprendizaje activo lo que se busca es que oriente a los estudiantes, establezca acuerdos y reglas de trabajo.

Aquí, los alumnos toman una posición más activa, comienzan a vivir actividades que les brindan experiencias con un aprendizaje distinto.

“El juego es una actividad inherente al ser humano y los niños aprenden mediante esto a socializar, compartir. En esta etapa universitaria lo que se busca es que ese estudiante aprenda y refuerce competencias y habilidades con ciertos juegos. Por ejemplo: uno de roles permite identificar cómo es una persona en comunicación y argumentación. En los juegos que diseñamos buscamos que aprendan los actores del ecosistema y que sea de una manera divertida para que esté motivado en la clase. Con un chico motivado, esa disposición a aprender es más alta que en la manera tradicional”, detalla Mesa Cano.
Esta estrategia de aprendizaje, que pone al estudiante en el centro del proceso formativo, propició el desarrollo de juegos de mesa y de roles, así como la articulación de historias de emprendedores de EAFIT en diversos formatos narrativos, con el fin de fortalecer habilidades sociales y facilitar la apropiación de conocimiento a través de actividades que se ajustan a las nuevas generaciones y a su manera de aprender

Aprendizaje en espacios interactivos

Las herramientas lúdicas fueron diseñadas bajo el concepto de “juegos serios”, caracterizados por tener un propósito formativo más allá del entretenimiento, como es el caso de los robots de Lego y otras líneas didácticas creadas en el mundo.

El concepto surgió en la década de 1970 con la popularización de estos juegos y en el siglo XXI el término ha tomado auge por los avances tecnológicos impulsados por las plataformas virtuales y de simulación como los videojuegos.

Sumado a lo anterior, el concepto de aula invertida se relaciona con el acondicionamiento de espacios en el campus universitario que permiten a los estudiantes tener experiencias interactivas y construcción de conocimiento colaborativo, por medio de herramientas tecnológicas y mobiliario que facilitan el trabajo en equipo.

“También, desde hace tiempo hemos venido incursionando en el tema del desarrollo de novelas, casos pequeños de emprendedores que pasan por el espíritu emprendedor. Asimismo, comenzamos a usar cómics. Lo que hicimos fue complementar esto con una serie de juegos de roles y cartas, novelas para los casos, videos, y logramos incorporarlos en la enseñanza del emprendimiento. Adicional, hicimos una investigación transversal antes de entrar los chicos al curso y luego los diagnosticamos a través de una encuesta. Esto lo hemos hecho desde hace cinco años”, detalla Jorge Hernán Mesa.

Reconocimiento internacional

Estos  cambios  en  la  metodología  y  el  enfoque  permitieron postular el proyecto al Premio Internacional a  la  Innovación, un  concurso  de  la  acreditadora  internacional EQUAA que se realizó en Brasil en 2019.

Con esta iniciativa, que se denominó Innovación en la educación emprendedora: alineando nuevas metodologías de aprendizaje activo, desarrollo de competencias e investigación aplicada, EAFIT ganó el primer lugar en Colombia en metodologías novedosas para la enseñanza del emprendimiento.Uno de los premios fue ser parte del libro Casos de innovación en educación superior que compila las mejores experiencias presentadas a ese concurso. Además, el derecho a asistir a la Universidad La Salle, en Barcelona, a una semana de capacitación en temas de innovación.

“Este es un reconocimiento a lo realizado por el Centro para la Excelencia en el Aprendizaje, el Grupo de Investigación Información y Gestión, liderado por el profesor Izaias Martins Da Silva, el Grupo de investigación Innovación y Empresarismo de EAFIT. Los juegos han sido diseñados de la mano con el Semillero de Investigación en Innovación y Emprendimiento y el Club de Innovación EAFIT, espacio extracurricular que reúne a estudiantes y profesores alrededor del emprendimiento”, expresa Jorge Hernán Mesa.

De esta forma, la Escuela de Administración desarrolla productos con herramientas propias de la Cuarta Revolución Industrial y enfocadas en la transferencia de conoci-miento para impactar a las nuevas generaciones en una de las habilidades más importantes de la educación del siglo XXI: emprender.

Autores

Laura López Alzate

Colaboradora.

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Propuestas a la agenda de La Habana siguen vigentes

Septiembre 10, 2020

Investigadores de EAFIT hicieron propuestas sobre posesión de la tierra, cultivos ilícitos, narcotráfico, representación política, derechos humanos, reinserción y justicia transicional. Todas apuntaron a resolver problemas estructurales del Estado y no solo a facilitar la desmovilización de las Farc. 

El desarrollo rural y la formalización de la propiedad, la integración política de la periferia, los cultivos ilícitos y la cadena criminal del narcotráfico, la aplicación de una justicia transicional con sus cuatro pilares (verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición) y un proceso de desmovilización con garantías y oportunidades para los excombatientes siguen siendo temas que el país tiene pendiente resolver.

Y esos aspectos, groso modo, siguen vigentes y son el centro aún de las propuestas que un equipo de investigadores de la Universidad EAFIT, con el apoyo de Proantioquia y la Asociación Nacional de Industriales (ANDI), elaboró en el marco de la negociación política con la entonces guerrilla de las Farc (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), todas compiladas en un libro académico titulado Contribución de la Universidad a la agenda de La Habana.

Jorge Giraldo Ramírez, exdecano de la Escuela de Humanidades y coordinador de ese trabajo, dice que pese a todas los bemoles y los tropiezos que ha tenido la implementación de los acuerdos, las propuestas siguen vigentes porque son asuntos que el país debe resolver por encima de la consideración de si existen o no existen las Farc o cualquier otro grupo armado.

Esos temas “hacen parte del repertorio acumulado para la resolución de esos problemas pendientes”. Por eso, la Universidad los agrupó en dos partes: la primera, relacionada con las propuestas y, la segunda, con su implementación y las reformas institucionales que deben aplicarse sin que impliquen grandes modificaciones a la Constitución, sino que sean viables desde el punto de vista político, fiscal, económico e institucional.

A juicio del exdecano, son desafíos que van a la raíz de un problema estructural como el de la tierra que, en su opinión, es transversal y siempre ha generado conflictos entre los colombianos, no ahora sino desde hace dos siglos.

El buen desarrollo de los proyectos productivos de los excombatientes de las Farc, como artesanías o alimentos, son clave para la permanencia de ellos en los términos del Acuerdo de paz. Foto: Róbinson Henao.

 

Una visión integral

Las investigaciones y el trabajo realizado por unos 30 académicos de las escuelas de Humanidades, Derecho, Administración, y Economía y Finanzas se destinó a formular propuestas concretas para asuntos puntuales como el desarrollo productivo en zonas afectadas por el conflicto, el fortalecimiento institucional, la participación y la representación política, y un modelo de aplicación de la justicia transicional.

Es un trabajo analítico que incluyó preguntas, escenarios, evaluación de capacidades, costos, consecuencias políticas y económicas, y recomendaciones sobre cómo llevar a la práctica las propuestas no solo con la intención de que el proceso de paz tuviera éxito y evitara los errores cometidos en otras negociones (al menos las que se dieron desde 1982) sino que pudieran resolver problemas estructurales del Estado.

Una cifra importante que reveló esa investigación, según el Centro de Investigaciones Económicas y Financieras (Cief), de EAFIT, es que el Estado debería garantizar en los próximos años unos 90 billones de pesos para financiar esos proyectos.

“No fue una cifra caprichosa sino producto de un trabajo juicioso, basado en las reales capacidades del país, sin que ese rubro fuera a representar un descalabro económico”, advierte Giraldo Ramírez.

Ese trabajo, elaborado durante casi los tres primeros años de la negociación (2012 a 2014), se metió en la parte técnica del asunto porque era importante mostrar la viabilidad, institucional y financiera, y la capacidad humana de llevar a cabo esas tareas.

El problema de la tierra es transversal en la vida nacional y ha generado conflictos entre los colombianos no ahora, sino desde hace dos siglos.

Las propuestas

Aunque son muchas las propuestas compiladas en el libro Contribuciones de la Universidad a la agenda de La Habana, el exdecano hace énfasis en algunas de ellas por su importancia y vigencia.Explica que una falla de la negociación es que el país se haya quedado sin una ley de tierras, como lo propuso el grupo académico en la reforma rural integral que planteó como principio del fin de ese problema.

El 60 % de la tierra apta para agricultura en Colombia está subutilizada y el 66 % dedicada a pastos corresponde a un uso inadecuado, aparte de que los derechos de propiedad son difusos, dice el informe de EAFIT.

La Universidad propuso poner en marcha un sistema de información catastral, “integral y multipropósito que, en un período de siete años, formalizaría y actualizaría dicha información, iniciando por las zonas priorizadas en razón de su abandono, sus niveles de pobreza y su grado de afectación por el conflicto”.

Esa información permitiría emprender acciones para superar la pobreza rural, generar desarrollo en el campo y llevar el Estado al territorio.

Otra propuesta fueron las Circunscripciones Temporales Especiales de Paz (CTEP) que buscaban que los municipios priorizados en razón del trabajo sobre la tierra también tuvieran representación ante instancias superiores del Estado, en razón de su nivel de afectación por el conflicto.

Eran 16 CTEP que, a su vez, creaban igual número de distritos electorales, con un representante por cada uno, para que tuvieran un peso político uniforme, que cobijara no solo un territorio sino un segmento poblacional, como los jóvenes (los más vulnerables en el reclutamiento forzado), las mujeres, los afrodescendientes y los indígenas.

Esa propuesta también incluía una reforma al sistema electoral, sobre todo en su mecánica, con la idea de que situaciones como el voto nulo no afectara tanto una elección, pues es sabido las complicaciones que trae, en muchas ocasiones, el manejo de algunos tarjetones.

Narcotráfico

Basados en que las zonas de influencia de las Farc eran las de mayor presencia de cultivos ilícitos, los investigadores analizaron todas las aristas del narcotráfico para estructurar propuestas que pudieran ser certeras en el ataque a toda su cadena productiva (siembra, transformación y exportación).

“El principal problema no son los cultivos sino la poca capacidad del Estado para llevar alternativas y erradicar la pobreza en esos territorios", piensa Giraldo Ramírez, en alusión a que la intervención y sustitución deben acompañarse de seguridad y alternativas rentables para los campesinos.

La compilación de la investigación agrega que “en la lucha contra el narcotráfico existe evidencia de una mayor efectividad de políticas orientadas a eslabones específicos de la cadena.

En particular, a aquellos donde se genera más valor agregado, como la transformación en cocaína y la comercialización". Un punto importante de financiación del posacuerdo podrían ser todos los recursos provenientes de las acciones, inclusive, contra el lavado de activos.

 

La investigación incluyó preguntas, escenarios y recomendaciones. Foto: Róbinson Henao.

 

Pero, para ello, el país debe hacer esfuerzos en la articulación entre Policía, Ejército, fiscales y jueces, “por cuanto es allí donde se logra garantizar la efectividad de las medidas".

Así se priorizaron los municipios

El documento de EAFIT planteó propuestas concretas y, para llevarlas a feliz término, las puso en perspectivas sobre unos municipios en los que era inminente y prioritario intervenir: 177 que demandaban atención urgente, 113 alta y 13 moderada, para un total de 303 de los 1123 que tiene Colombia.

 

La metodología analizó cada municipio sobre tres variables:

Afectación por el conflicto

Homicidios, masacres, desapariciones, vinculación de niños a grupos armados, desplazamiento y expulsión.

Abandono

Transferencia per cápita a lo que se invierte para educación y salud, tasas de crecimiento en educación y salud, inversión en el sector agropecuario, número de estudiantes por docente, número de puestos de salud y necesidades básicas insatisfechas.

Debilidad institucional

Desempeño fiscal, notarías por número de habitantes, empleados bancarios, riesgo electoral y presencia de las guerrillas de las Farc y el ELN.

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Desmovilización y justicia transicional

Giraldo Ramírez explica que una base para las propuestas era el consenso que había en la necesidad de garantizar una desmovilización exitosa y un tránsito expedito a la vida civil de los excombatientes.

Para ello se diseñaron propuestas relacionadas con el desarrollo en las regiones afectadas por el conflicto, con propuestas económicas viables y con un creciente fortalecimiento institucional.

Y frente a la aplicación de la justicia transicional el trabajo plantaba la necesidad de la petición del perdón, la reparación integral de las víctimas y las garantías de no repetición.Esas propuestas acogían temas tan fundamentales como medidas de reparación colectiva, de rehabilitación psicosocial, de restitución de tierras, garantías de no repetición y el compromiso con el respeto a los derechos humanos.

Hoy, Giraldo Ramírez espera que la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), como se planteó en el documento, imponga sanciones que propendan por la restauración de lazos sociales y la reparación de los daños causados.

El documento planteó la necesidad de que las condenas, ahora responsabilidad de la JEP, “satisfagan los reconocimiento de responsabilidad, contribución con el esclarecimiento de la verdad y se comprometan con la no repetición de los actos violentos”.

En conclusión, el exdecano plantea que pese a que el acuerdo se firmó hace más de tres años y a que su implementación ha sido lenta, las propuestas planteadas desde EAFIT no solo apuntan al caso específico de las Farc, sino a problemas estructurales del Estado que, tarde o temprano, tendrán que resolverse.

 

Autores

Javier Arboleda García

​Colaborador.

Categoría de noticias EAFIT
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Investigación alineada con tendencias globales

Septiembre 10, 2020

La transformación digital, la desigualdad y los Objetivos de Desarrollo Sostenible constituyen tres de los ejes predominantes en los trabajos académicos de vanguardia en las áreas económicas y administrativas.

Varios niños en medio de una construcción de una casa haciendose señas.

Las transformaciones en el mundo del trabajo y de las formas de gestión organizacional son campos donde la investigación académica fija en forma permanente sus ojos. Foto: Juan Gonzalo Betancur

 

La primera década del siglo XXI dio la razón a quienes anticipaban que la era de la información llegaría cargada de nuevos fenómenos y complejidades que cambiarían la forma de habitar y comprender el mundo. Los indicios de estas transformaciones aparecieron de la mano de las fórmulas de la prospectiva y la identificación de diversas megatendencias que hoy la ciencia busca explicar.

Al paso que van consolidándose como realidades, las megatendencias también imponen nuevas agendas en las investigaciones académicas que se realizan en las áreas de la economía, las finanzas y las empresas que hoy se ocupan con mayor rapidez de identificar y resolver múltiples problemas que afectan a las personas y a las organizaciones.

“Más que un aspecto coyuntural, estamos viviendo una profunda crisis medioambiental, por un lado, pero también un serio cuestionamiento a las instituciones, sobre todo formales, que no han podido dar respuesta a los grandes problemas de nuestras sociedades. Por tanto, comenzar a ofrecer respuestas fundadas en investigación seria es muy relevante. El management y la economía tienen mucho que aportar”, destaca el profesor José Ernesto Amorós, líder de doctorados del Instituto Tecnológico de Monterrey.

La conciencia de estas urgencias y de las necesidades todavía sin resolver llevaron a que en el documento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, suscrito por Naciones Unidas como continuación de los Objetivos del Milenio, se incluyera el de “garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna para todos”.

Al respecto, el decano de la Escuela de Economía y Finanzas de EAFIT, César Eduardo Tamayo Tobón, dice que no es que las ciencias económicas no se hubiesen preocupado antes por los grandes problemas del mundo, sino que hoy los atienden más rápido porque se dispone de más herramientas.

“Contamos con acceso a más información y mejores métodos de investigación, por lo que podemos tener esa flexibilidad de identificar los problemas más apremiantes de las sociedades y tener unos resultados con algo de oportunidad”, destaca.

Otra de las características de la nueva agenda de investigación es que los estudios se están haciendo en compañía de otras disciplinas. “Todas ellas tienen una característica en managment, y es que se vienen haciendo investigaciones inter y multidisciplinarias en donde la participación de las ciencias sociales y humanas es muy importante”, explica el decano de la Escuela de Administración de EAFIT, Ricardo Uribe Marín.

La transformación digital

Con base en las nuevas realidades impuestas por las megatendencias, un tema de primera línea para los investigadores en las áreas económicas y administrativas es el de la transformación digital, producto de la Cuarta Revolución Industrial. Sobre este campo, los estudios ponen atención en las formas en que se transforman las empresas, debido a los cambios que introducen las nuevas tecnologías en la producción, comercialización y consumo.

“En los últimos años la transformación digital ha modificado algunos fundamentos de las relaciones entre actores económicos. Los consumidores que se convierten en productores, los productos que se consumen como servicios. La inteligencia artificial, las criptomonedas, las brechas de habilidades, y la disponibilidad y análisis de datos masivos, entre otros, representan retos no solo para las empresas y los gerentes, sino también para los investigadores”, señala Juan Fernando Vélez Ocampo, coordinador académico de la maestría en Administración de la Universidad de Antioquia.

El mundo económico del trabajo también despierta el interés de la ciencia, debido a que una consecuencia de la Cuarta Revolución es la destrucción y creación de nuevos perfiles ocupacionales. El informe El futuro del trabajo, del Foro Económico Mundial, advierte que para 2022 se perderán 75 millones de empleos en las 20 principales economías, al tiempo que se crearán 133 millones.

“La Cuarta Revolución Industrial, la robótica, la inteligencia artificial, generarán cambios profundos en los mercados de factores productivos y, en especial, del trabajo, que requerirán atención teórica”, asegura Jesús Botero, economista y profesor de EAFIT. El académico añade que otro campo de interés para los teóricos, producto de los cambios mencionados, es el cambio de rol de las empresas en los diferentes entornos donde se desarrollan los negocios.

Como bien lo anota el Foro Económico Mundial, el papel de las empresas en la sociedad tendrá que cambiar, para adaptar a nuevos entornos y a nuevas preocupaciones, y en este sentido vendrán grandes discusiones sobre lo que se denomina stakeholder capitalism o capitalismo de las partes interesadas”, explica.

De igual forma, el big data y la analítica acaparan buena parte de los estudios, en virtud de que se están volviendo claves en las decisiones estratégicas de las compañías. “Se trata de convertir esos datos en información pertinente que le permita a la alta gerencia tomar unas decisiones estratégicas, tácticas y operativas, acordes con las demandas del entorno”, asegura el decano de la Escuela de Administración de EAFIT, Ricardo Uribe Marín.

Economistas y administradores realizan estudios relevantes en bioeconomía, economía circular y crecimiento verde para hallar fórmulas de financiamiento público y privado para prevenir, mitigar y adaptarse al cambio climático.

La desigualdad y la distribución del ingreso

Aunque no es un tema nuevo, sobre todo en América Latina, la desigualdad también vuelve a generar hoy múltiples trabajos de investigación, orientados en buscar cómo resolverla y mitigarla con políticas públicas efectivas.

“Desigualdad no solo en los ingresos, que es la más conocida, también hay otras fuentes de desigualdad que son importantes y se están estudiando, como el acceso a servicios de salud, de  educación,  de  seguridad,  de  justicia y en el mercado de trabajo. Es un fenómeno que es tradicional, pero recibe atención por épocas”, apunta el decano de la Escuela de Economía y Finanzas de EAFIT, César Eduardo Tamayo Tobón.

En este tema cobran fuerza los estudios dedicados a la evaluación de impacto que, según la Cepal, consiste en la medición de los cambios en el bienestar de los individuos que pueden ser atribuidos a un programa o a una política específica.

Muestra de lo anterior son las investigaciones que les valieron el premio Nobel de Economía a los investigadores Banerjee, Duflo y Kremer en 2019, orientados a determinar la efectividad de los programas que apuntan a aliviar la pobreza global.

Sumada a la desigualdad, el profesor Jesús Botero resalta la relevancia que en los últimos años viene acaparando el estudio académico sobre la distribución del ingreso, como una consecuencia de la recesión de 2008 que permitió hacer visible la tendencia a la concentración del ingreso entre los más ricos.

“Si hasta ese momento la abundancia de crédito en las sociedades desarrolladas generaba la sensación en las personas de que podrían conseguir aquello que se propusieran, la crisis financiera desnudó la pobreza de oportunidades para la gente del común y empezó a hacer visibles profundas asimetrías en la capacidad de enfrentar condiciones difíciles entre los extremos de la escala de ingresos: mientras aquellos de altos niveles han logrado mantener la tendencia creciente en sus ingresos, a pesar del bajo desempeño económico, los ingresos de los estratos medios y bajos se han estancado o, incluso, en algunos casos, disminuido”, expresa el académico.

Hombre caminando en una empresa de electricidad.

La tendencia hoy es que las empresas contribuyan a la generación de riqueza social y se vinculen a grandes procesos de desarrollo. Foto: Juan Gonzalo Betancur

 

Asimismo, y en especial en los estudios sobre administración, la igualdad de género también empieza a ser un foco de interés para los investigadores, sobre todo por las condiciones de empleabilidad de las mujeres respecto a los hombres. “Nos preguntamos cómo hacer para que se cierre la brecha salarial y que la mujer tenga más participación en la alta dirección y en la gerencia de las organizaciones”, dice el decano Ricardo Uribe.

El cambio climático

Es una megatendencia que despierta gran interés entre los economistas y administradores, cuyos académicos están llevando a cabo estudios relevantes en bioeconomía, economía circular, crecimiento verde, que se orientan a estudiar las formas de financiamiento público y privado para la prevención, mitigación y adaptación al cambio climático.

“Es lo que se conoce como finanzas verdes o sostenibles que busca mecanismos de financiación de los esfuerzos para la adaptación de cambio climático o fenómenos naturales”, indica el decano Tamayo.

En este espectro caben los retos que abordan los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible.

“Se estudia, sobre todo, cómo desde el ámbito de los agentes económicos se está haciendo algo para fomentar el desarrollo sostenible y la generación de valor compartido”, apunta el profesor José Ernesto Amorós, del Tecnológico de Monterrey.

Los retos que se avecinan

Los académicos también resaltan el interés creciente en temas como las migraciones, en virtud de la cantidad de personas que se han refugiado en otros países huyendo de conflictos internos por asuntos económicos o sociales, en particular en América Latina y Europa.El decano de Economía y Finanzas de EAFIT, César Eduardo Tamayo, anota que “este tema es importante porque tiene efectos sobre todas las cosas que nos importan, como los mercados laborales, los servicios de salud, de seguridad ciudadana y demás”.

De otro lado, el profesor Vélez Ocampo llama la atención sobre el interés que suscitan hoy los nuevos enfoques para el estudio de teorías y modelos de administración que fueron desarrollados principalmente en Estados Unidos y que dejaron por fuera otras geografías.

“En ese punto veo una oportunidad para que investigadores en ciencias sociales interesados en fenómenos administrativos basen sus estudios en evidencias empíricas. Por ejemplo, en países de mercados emergentes, en países menos desarrollados, en comunidades indígenas y tribales, e incluso en comunidades digitales. Estas nuevas geografías podrían extender, refinar o proponer nuevos enfoques teóricos que nos lleven a comprender mejor la administración y sus implicaciones en diferentes niveles de análisis”, sugiere el académico.

Otros asuntos que determinan la investigación académica entre los teóricos de las ciencias económicas y  administrativas son la psicología del comportamiento, la productividad como un motor de crecimiento –pese a no ser un enfoque nuevo, pero sí determinante por el estancamiento general de la economía–, la educación y la exclusión financiera y, además, la sostenibilidad de las finanzas públicas.

Todos los enfoques, sin duda, están relacionados con la necesidad de que estas disciplinas puedan dar respuestas a las sociedades sobre los cambios que complejizan el habitar el mundo en el siglo XXI.

Autores

Diana Milena Ramírez Hoyos

Colaboradora.

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La verdad de las niñas, niños y jóvenes sobre el conflicto

Septiembre 10, 2020

La Comisión de la Verdad recorre Colombia reconstruyendo lo que pasó en más de medio siglo de conflicto armado. Un manifiesto liderado por Universidad de los Niños EAFIT permitió a menores de edad del país expresar sus puntos de vista y anhelos sobre el fin de la confrontación. 

Sube a la tarima, levanta la mirada y se encuentra con cerca de 700 personas que esperan su voz. Ahora es un adulto ante un micrófono, pero su relato es el del niño de 7 años que fue y que sobrevivió a la masacre realizada por el Ejército Nacional en las montañas de Pueblo Rico, Suroeste de Antioquia, en el año 2000. Jorge Eliécer Arboleda habla de sus dos hermanos menores asesinados ese día y de su familia desintegrada.

También se refiere a los 74 menores de edad que res meses después, murieron en una operación militar en el Nororiente de Colombia cuando hacían parte de una columna de las Farc, grupo guerrillero que los había reclutado.

Antiguos enemigos se sentaron juntos en el evento. Foto: Róbinson Henao.

 

Los asistentes lo escuchan, entre ellos funcionarios del Estado, líderes sociales, estudiantes, víctimas y victimarios. También hay niñas, niños y jóvenes que vinieron con historias desde lugares tan distantes entre sí como Soacha, Tumaco, Cali, Currulao y Caloto.

Están en el tercer Encuentro por la Verdad, un evento organizado por la Comisión de la Verdad en Medellín para reflexionar sobre los impactos de la guerra en la vida de generaciones de menores de edad.

Algunos de los asistentes tienen en sus manos el Manifiesto por la Verdad, un documento que le entregarán a los comisionados que presiden el evento.

El texto fue elaborado a finales de noviembre de 2019 bajo el liderazgo de la Universidad de los Niños EAFIT (Uniños EAFIT) y organizaciones sociales de Medellín con el objetivo de reconocer que niñas, niños y jóvenes han sido víctimas del conflicto armado, escuchar sus voces y hacer recomendaciones a todos los actores involucrados en la confrontación para garantizar la no repetición de los hechos.

En el encuentro también están Daladier Rivera, mayor retirado del Ejército, quien aceptó que bajo su mando se cometieron ejecuciones extrajudiciales, es decir, asesinatos fuera de combate que violan el Derecho Internacional Humanitario; Freddy Rendón (conocido como El Alemán), antiguo comandante del Bloque Élmer Cárdenas de las Autodefensas Unidas de Colombia; y Rodrigo Londoño (apodado Timochenko), excomandante de la antigua guerrilla de las Farc y hoy presidente del partido político que crearon tras la dejación de las armas. Están para escuchar, pedir perdón, reconocer sus errores y comprometerse con la no repetición de la violencia. Ellos también leen el manifiesto de los niños.

"Los perdono porque me pongo en su lugar"

Esta frase la escribió Liset Jiménez de 17 años. El manifiesto contiene también cartas de niñas, niños y jóvenes para la sociedad, las víctimas y los victimarios. En otro párrafo dice: “Espero que, así como yo tomé su lugar por unos minutos, ustedes también tomen el lugar de las víctimas y les pidan perdón y se perdonen a ustedes mismos".

El manifiesto tiene un poco más de 30 páginas e incluye historias de menores y adultos que sufrieron toda la barbarie del conflicto armado, atropellos y violaciones a sus derechos humanos fundamentales.Según Sinthya Rubio, coordinadora de los enfoques Curso de Vida y Discapacidad de la Comisión de la Verdad, el objetivo del manifiesto es “promover una reflexión sobre lo que ha sucedido con varias generaciones de niños en el marco del conflicto y pensar qué deberíamos hacer para que no se repita”.

En el texto se incluyen algunos relatos que sirvieron para que los autores se prepararan antes de comenzar su redacción, como lo afirma José Zapata, participante de Universidad de los Niños: “Escuchamos lo que han vivido y sufrido. Eso me ayudó a conocer otra mirada del conflicto. Por ejemplo, yo pensaba que no tenía nada que ver con la ciudad, que solo había pasado en el campo; pero luego me enteré que muchas personas que viven aquí, o sus familias, eran desplazados”.

La preparación de los participantes se realizó a través de un taller. Según Selene Pineda, asistente de contenidos de Universidad de los Niños EAFIT, primero revisaron la estructura de la Comisión de la Verdad para conocer su misión; luego leyeron publicaciones del Centro Nacional de Memoria Histórica y del Museo Casa de la Memoria de Medellín para compartir las historias de personas y comunidades.

Con esta información armaron un mapa y  una  línea  de  tiempo  del conflicto en Colombia y Antioquia, y abordaron conceptos clave como el de verdad y no repetición. “Trabajamos  por  9  horas.  Cada  cierto tiempo parábamos a hacer recomendaciones y plantear preguntas relacionadas con el conflicto. Fue largo, pero enriquecedor. ¡Todos querían participar!”, afirma Pineda.

Al taller asistieron 40 niñas, niños y jóvenes que provenían de organizaciones como el Programa de Víctimas de la Alcaldía de Medellín, la Corporación Combos, la Corporación Convivamos y la Corporación AMI. Los otros 40 autores son pequeños que hacen parte de Universidad de los Niños EAFIT.

"¡Todos querían participar!”, relata Selene Pineda, de Universidad de los Niños, sobre los 80 niñas, niños y jóvenes que estuvieron en la creación del manifiesto.

Un manifiiesto para entenderse

Para Sinthya Rubio, los autores del manifiesto son capaces de expresarle a la sociedad, sus familias, el Estado y los comisionados una reflexión profunda sobre el conflicto armado: “Es algo que todos los niños deberían poder hacer: tener voz. Lo que pasa es que no siempre les brindamos los espacios para que puedan expresarse y no siempre los escuchamos”.

En este punto parece coincidir uno de los autores del manifiesto, quien prefirió escribir de manera anónima lo siguiente: “Ustedes saben cuántas son las víctimas del conflicto, saben cuántos sufren violencias en sus hogares y en los lugares que frecuentan. ¿Eso no los toca? A nosotros sí”.

Esta visión pragmática de la realidad no es fortuita. Según Nidia  Montoya, asesora psicosocial de la Comisión de la Verdad, es una ventaja de las niñas, niños y jóvenes: “Ellos son transparentes, llaman las cosas por su nombre y señalan responsabilidades con claridad. Es simple, están abocados a vivir bien y dignamente, a convivir, a gozar sus derechos básicos, la vida, la educación, la familia, la alimentación y la recreación”.

 

A la entrega del Manifiesto asistieron más de 500 niños. Foto: Róbinson Henao.

Con esta intención escribió José Zapata su carta. Tiene 15 años y redactó un texto en el que le pide a la gente amor y fortaleza, y al Estado compromiso con las víctimas: “Creo que para entenderse hay que contarse la verdad. Y creo que parte de perdonar y llegar a la paz es comprender el conflicto armado. Entonces, qué mejor forma de hacerlo que escuchar a las personas que lo sufrieron”, afirma José.

Además del producto final, la construcción del manifiesto fue un proceso significativo para sus autores, como los participantes del Circo Momo, una corporación sin ánimo de lucro que trabaja con jóvenes a partir de su concepto de circo social.

Para Andrea Giraldo, coordinadora de proyectos del circo, el encuentro les permitió acercarse al conflicto de manera pedagógica y creativa: “Lo interesante es que ellos se sintieron parte de la población que busca cambios para el país y para la sociedad”.

Querida Nación

Sé que te han hecho mucho daño, sé que te han usado, explotado y que tu sangre has derramado. Sé que parece como si solo odio en tu interior hubiera. Sé que la idea de un país perfecto te llenó de ira, que tu orgulloso nombre te llevó al olvido. Sé que la avaricia, el miedo y el rencor te han debilitado, que estás cansada y que el futuro se ve oscuro.

Pero sé que sigues de pie, que por cada momento de odio se viven mil historias de amor. Quiero que te armes de valor y que seas paciente, que aprendas a aceptar el pasado, a querer tu presente y a reconocer que, en ti, en tu juventud y en tu experiencia, hay un inmenso potencial para un mejor futuro.

Señores del Estado encargados de dar a conocer al pueblo la verdad del conflicto armado... esta carta se hace con el fin de solicitarles y recordarles que son ustedes los responsables de que las víctimas y el pueblo en general sepan lo que verdaderamente pasó en este largo conflicto que nos ha afectado a todos de forma directa e indirecta.Quiero recordarles que llevan el futuro de los jóvenes y niños, los cuales han sufrido.

¡Gracias!

José Fernando Zapata, 15 años | Texto incluido en el Manifiesto por la Verdad

Autores

Andrés Felipe Giraldo Cerón

​Colaborador.

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Tan cerca y tan lejos de la agricultura 4.0 en Colombia

Septiembre 10, 2020

Los procesos de producción agrícola están sufriendo grandes cambios como resultado de la alta demanda de alimentos, el uso intensivo de tecnologías digitales y los retos del cambio climático. ¿Cómo son?

Dron sobre paisaje de Colombia

La moderna agroindustria de flores en Colombia recopila, organiza y analiza datos de toda la cadena de producción mediante dispositivos tecnológicos. Foto: Shutterstock

 

En la Sabana de Bogotá o en el Oriente antioqueño se corta una flor. Se limpia, se hidrata, se embala y se envía al aeropuerto internacional más cercano, probablemente rumbo a Estados Unidos, comprador del 78 % de la producción nacional de flores.

No viaja sola. Según la Asociación Colombiana de Exportadores de Flores (Asocolflores), solo para la temporada de San Valentín de 2019 se exportaron 142 millones de tallos, un negocio de 1460 millones de dólares anuales que representa el 9,6 % de las exportaciones no minero-energéticas del país. Para alcanzar estas cifras no basta con las ventajas climáticas del trópico. Se necesita ciencia, tecnología e innovación.

Y es que los floricultores son uno de los principales promotores de la modernización agrícola, una tarea aún pendiente en cul tivos claves como el café y el cacao, y una necesidad social y humanitaria, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

En un reciente informe publicado por la FAO se describen los retos alimentarios que deberá asumir la humanidad en un planeta que se espera que pase de 7700 millones de personas hoy a 9700 en 2050.

Algunos de ellos son la creciente escasez de recursos naturales, la presión ejercida por el cambio climático, la inclusión en la dieta de más proteínas animales en países de ingreso medio y la expansión en la frontera agrícola.

Entre los más apremiantes está la necesidad de aumentar casi en un 50 % la producción de alimentos, forraje y biocombustibles para mediados de siglo. El informe también plantea un escenario de contradicciones: el 11 % de la población mundial –821 millones de personas– se sigue “acostando con hambre”, la obesidad se incrementa y el desperdicio de alimentos llega a un tercio del total producido por problemas en su procesamiento, distribución y almacenamiento.

Estos retos están impulsando transformaciones en la agricultura. ¿De qué forma? Para Enrique Copete Perdomo, presionan al sector para que sea más productivo, eficiente y sostenible. Él es uno de los creadores del pregrado en Ingeniería Agronómica de la Universidad EAFIT y en tiempos en los que se habla de la Cuarta Revolución Industrial está convencido de la necesidad de la Agricultura 4.0. Aunque los cambios van más allá de la dimensión tecnológica.

Agricultura en 4.0 en Colombia

“Ni la pequeña, la mediana y menos la agroindustria escapan a los procesos que registra la agricultura de nueva tecnología”, opina Diego Miguel Sierra Botero, experto en política agrícola y jefe del pregrado en Ingeniería Agronómica de la Universidad EAFIT.

Sierra fue secretario de Agricultura y Desarrollo Rural de Antioquia, trabajó con la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y el Centro de Investigaciones Biológicas.

Con esta experiencia, asegura que en Colombia se están dando las condiciones para que llegue el “agrotech”.

El primer factor que destaca es que, después de 30 años, en 2014 se hizo un censo agropecuario que facilita la planificación del uso del suelo. Sierra afirma que la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria del Ministerio de Agricultura retomó los ejercicios estadísticos agropecuarios, lo que considera importante: “Sin información de cultivos, veredas, usos del suelo, siembras, productividad, cosechas, enfermedades, capacitación, tecnología de los productores o encadenamientos de los sistemas productivos es muy difícil planificar, y parece que estamos avanzando en este sentido”.

También destaca que se esté trabajando en mayor medida con los gremios, la realización de más registros prediales, inscripción de cultivos y buscando herramientas de crédito.

Otra condición que cree favorable es la facilidad de acceso a información y equipos: “Ahora se puede  buscar una conferencia sobre gricultura regenerativa sin tener que esperar 10 años para que un experto venga al país y por 300 dólares se puede comprar una estación meteorológica en internet que resuelve un problema fundamental para el cultivo”.

En esto coincide Hugo Arrubla, gerente comercial de Wiga , compañía colombiana que trabaja con internet de las cosas, big data e inteligencia artificial. Sus principales clientes son floricultores, bananeros, emprendimientos en cannabis para uso medicinal y cultivos de frutas.

La empresa procesa 7 millones de datos semanales y conecta más de 7000 equipos instalados en el territorio nacional. Según Arrubla, luego de un lento despegue se está dando un cambio cultural en el agro que permite la evolución del sector.

Es el caso de los cultivadores de Palma; según Sierra, algunos en la región de Urabá, en Antioquia, están instalando chips a cada planta para obtener información de su estado de salud, nivel de hidratación, entre otros datos. Luego, con los grandes volúmenes de información se puede analizar a nivel estadístico la producción de la finca, el gremio o la región.

Nuevas demandas para el campo

Los cambios no tienen que ver solo con la siembra, la cosecha o el uso de tecnología. “Esto es apenas el 8% de la composición de valor. Hay que pensar también en la selección, el beneficio, la limpieza, el corte, el empaque o la transformación del producto y su distribución, comercialización y marketing”, asegura Copete.

Él habla a partir de su extensa carrera por la agroindustria: trabajó en Syngenta, una multinacional dedicada al desarrollo de semillas e insumos agrícolas, ha liderado emprendimientos tecnológicos e impulsado inversiones extranjeras en Colombia.

Según Copete, el sector vive dos grandes cambios: la remodelación de la demanda de alimentos y latransformación tecnológica. El primero se explica por la profunda relación que tiene la producción de alimentos con el comportamiento humano, los cambios y movimientos sociales, culturales y las dinámicas económicas. El segundo, por los efectos de la convergencia de tecnologías en la cadena de valor de la agricultura.

Tantos cambios implican que la transformación del agro es una disrupción tecnológica y una revolución agrícola: la agricultura 4.0. Esto tiende a dejar obsoletas las anteriores tecnologías. Según él, negar su adopción solo generará más desigualdad. ¿Qué tan preparado está el campo colombiano ante este desafío?

“Las redes de asociación son vitales: un tractor moderno es muy costoso, entonces vale la pena pensar en unirse". Enrique Copete, impulsor del pregrado en Ingeniería Agronómica de EAFIT.

Brecha digital y problemas estructurales del campo

Los cambios no solo parecen ser oportunos sino necesarios. Sin embargo, se requieren iniciativas de innovación social para que su implementación no  aumente la desigualdad, no solo entre grandes y pequeños productores, también entre zonas urbanas, semiurbanas y rurales, y en las poblaciones según género, edad y aptitudes digitales.

Esta es la tesis central del informe Tecnologías digitales en la agricultura y las zonas rurales publicado por la FAO en 2019. El documento señala un asunto clave que no se puede olvidar para garantizar una transformación del campo incluyente y justa: garantizar las condiciones mínimas para utilizar la  tecnología, que se traducen en disponibilidad, conectividad, asequibilidad y alfabetización electrónica de la población.

La FAO destaca la importancia de incluir programas de formación en tecnologías de información y comunicación, y llama a desarrollar políticas y programas favorables para las estrategias digitales.

Instructor mostrando métricas en pantalla

EAFIT le apuesta a la agroindutria sostenible. Foto: Róbinson Henao

 

Frente a este panorama coincide la profesora Edna Ivón Leiva, doctora en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia y docente de esa institución. Para ella, la agricultura 4.0 pasa primero por lo social y por garantizar las condiciones necesarias para que su desarrollo sea justo.  A la lista de necesidades, Leiva añade el estímulo a la investigación básica en los territorios para consolidar el conocimiento que sirva para aprovechar de manera inteligente la tecnología.

En otras palabras, conocer el suelo, los recursos disponibles y las relaciones tróficas para luego implementar la tecnología. Diego Miguel Sierra propone más condiciones iniciales: “El 94 % de los 148 mil kilómetros de vías terciarias que existen en Colombia están en malas condiciones. Tenemos en problemas a 10 millones de agricultores que necesitan bienes públicos como iluminación, energía y agua y muchas veces no los tienen. ¿Cómo se puede montar un beneficiadero de café o refrigerar la leche sin energía?”.

El problema también pasa por la tenencia de la tierra y el tamaño de las fincas. Según Sierra, en Antioquia hay 95 mil productores de café censados, pero una tercera parte de ellos tiene menos de una hectárea sembrada del grano.

Por encima de las fluctuaciones del precio de la carga, desde 2013 la Federación Nacional de Cafeteros determinó que como mínimo una familia necesitaba 3 hectáreas para garantizar su subsistencia. Lo mismo ocurre en otros cultivos o con la ganadería.

“Una vez que se equiparen esos mínimos necesarios para la subsistencia se puede hablar de condiciones democráticas para que la información llegue. Entonces podremos pasar a hablar de las posibilidades de recibir y facilitar la tecnología porque siempre se llegará a un punto en el que hay que acudir a una persona experta para manejar un equipo o interpretar un dato”, concluye el docente.

Oportunidades para el sector

Para Enrique Copete, Colombia tiene grandes ventajas climáticas y de disponibilidad de recursos naturales que pueden ser aprovechadas si se trabaja en cuatro puntos: capitalizar herramientas digitales cotidianas, adoptar y adaptar tecnologías, construir redes de asociación y colaboración, y realizar una gestión estratégica de los cultivos para darles valor agregado.

Capitalizar herramientas digitales cotidianas implica aprovechar, por ejemplo, los celulares inteligentes como vehículos de información y comunicación entre los actores de la cadena de producción agrícola, “una herramienta para la inteligencia colectiva”, la consulta de información y la lectura de datos, sin importar que sean extensiones grandes o pequeñas.

También trabajar en la adopción y adaptación de las tecnologías que le han resultado tan costosas y demoradas de desarrollar a otros países. “A este cierre de brecha se le llama salto de rana y resulta mucho más rápido y de menor costo que el desarrollo tecnológico completo”.

Copete coincide con el diagnóstico de la FAO frente a la educación digital. Considera que el despliegue de programas formativos en el campo es un camino necesario para que los jóvenes no migren a las ciudades. Finalmente, ayudar a los productores para que piensen en conceptos como el de agricultura boutique, los productos de origen y en estrategias para darle valor agregado a los productos.

Según Copete, así es posible explotar las potencialidades de las microrregiones y la agremiación de pequeños productores. Las condiciones están dadas para que Colombia se convierta en un gran productor sostenible de alimentos. De las decisiones políticas, la iniciativa del sector privado, la inversión en ciencia y tecnología, y la articulación del Estado, empresa, universidad y comunidades dependerá el resultado final de esta transformación imparable. Es una oportunidad más para dignificar la vida en el campo.

Arandazul: un sueño convertido en empresa

Hace 5 o 10 años los arándanos azules eran un producto escaso y desconocido en el mercado colombiano. Hoy, este fruto se produce y comercializa dentro del país, y Arandazul, un emprendimiento de dos eafitenses, es una de las empresas pioneras en este campo. Malena Novoa y María Antonia Piedrahita, sus creadoras, siempre quisieron tener un proyecto propio antes de graduarse de Administración de Negocios.

Fue así como desde quinto semestre empezaron a trabajar en la creación de esta empresa que ya tiene cuatro años. Ambas detectaron una oportunidad de negocio ya que los blueberries no eran un producto fuerte en el país y era posible cultivarlo acá. Tras asistir a una feria en Alemania empezaron a aprender del tema y en 2016 sembraron su primer cultivo en el municipio de La Ceja, en Antioquia.

Aunque al principio no todo fue un éxito –a veces lograban recoger un pocillo de arándanos cuando esperaban obtener 60 kilos– insistían en seguir intentando y aprendiendo. Al cabo de un tiempo lograron producir arándanos a baja escala.

Malena y María Antonia decidieron lanzar nuevos productos para mantener la empresa a flote mientras los cultivos generaban la producción deseada y encontraron que aliándose con otras empresas podían diversificar su negocio. En un principio produjeron mermeladas a partir de los arándanos que no cumplían con los estándares de calidad para venderse en forma individual y más adelante crearon productos maquilados por otras empresas, como el kéfir, la galleta de arándanos y el Maqui Power, un polvo liofilizado de arándano que importan desde el sur de Chile.

Así, Arandazul enfocó su portafolio también hacia snacks saludables y hoy han logrado posicionarse con ellos y también con sus arándanos frescos. Su reto es lograr una venta a gran escala a nivel nacional y llevar sus productos a grandes supermercados.

Autores

Andrés Felipe Giraldo Cerón

Colaborador.

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