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Gloria Toro Villegas

Los investigadores te cuentan

​​​Gloria Toro Villegas

gloria-toro.pngAsesora del taller ¿Qué es el suelo?​

Gloria Helena Toro es doctora en Geología de la Universidad Joseph Fourier de Francia. Es docente investigadora jubilada del departamento de Geología de la Universidad EAFIT y se ha dedicado a estudiar las rocas para descubrir su antigüedad.

Recordando ​días del pasado

¿Había un juego en particular que le gustara cuando era un niño? ¿Por qué?
Me gustaban muchos los juegos como el lazo o la vuelta a Colombia, en donde jugábamos con unas tapitas de gaseosa; pero el que más me gustaba era el rompecabezas, aún me encanta sentarme con un rompecabezas de cinco mil fichas y armarlo.

¿Con quién compartía y pasaba la mayor parte del tiempo cuando era niño? ¿Por qué?
Con mis hermanos y con los amigos de la cuadra. Yo crecí en el barrio Santa Mónica y nos reuníamos para jugar y para ir al colegio. Cuando estudiaba, existían dos jornadas: desde las ocho hasta las doce del día, y de dos a cuatro de la tarde, entonces a uno se le iba rápido el día. A mí siempre me ha gustado mucho estudiar, es algo que me ha encantado durante toda la vida.

¿Hubo algún profesor que lo marcó significativamente? ¿Por qué?
En la universidad tuve profesores a los que les cogí gran cariño; ellos me ayudaron a enamorarme de la profesión. Hubo algunos muy influyentes como Michel Hermelín, quien dirigió mi proyecto de grado y con quien he trabajado mucho. También, algunos de petrología como Jorge Julián Restrepo y Humberto González.

Si en sus manos estuviera proponer un modelo educativo para las nuevas generaciones, ¿en qué consistiría?
Creo que si a uno le gusta algo, lo tiene que estudiar. A veces el estudio y la investigación suena a algo complicado, pero no es así. Considero que sería un modelo muy tradicional porque volvería al método donde aspiro que el profesor sepa lo que me enseña. Además, hay que concientizar al estudiante de que él es el responsable de su educación; y desarrollar en él disciplina, responsabilidad y amor por lo que haga. Me enfocaría mucho en la enseñanza de las ciencias básicas, porque en la educación hay un tabú hacia las matemáticas, la física y la bilogía; necesitamos crear más amor por el estudio y quitar el concepto de que el que estudia es un nerd. 

Viviendo el aquí y el ahora

¿Hay algo que la obsesione?
En este momento me obsesiona el sistema de riego de una finca que compré hace poco en San Jerónimo porque no lo he acabado de instalar y tiene un problema de energía.

¿En qué cree?
En la naturaleza. En realidad no tengo una creencia religiosa determinada; considero que uno está aquí ahora, pero se muere y listo.

Quisiera creer en la humanidad; mi abuela era muy religiosa y decía que en esta vida nada se paga ni con palo ni con rejo; creo que en esta vida hay que ser buena gente, no atropellar a nadie.
Yo fui criada en un ambiente católico – cristiano y mis principios morales son parecidos: como no robar y respetar. Esos fundamentos me parecen válidos, pero no tengo una creencia particular religiosa.

¿Hubo algún acontecimiento determinante que lo llevara a descubrir su vocación profesional?
Cuando estaba pequeña soñaba con ser astronauta, me gustaba la ciencia ficción, yo todavía estoy marcada por esa transmisión donde Neil Armstrong tocó la luna, eso me pareció magnífico. Yo estaba convencida de que cuando creciera uno cogería un cohete y podría ir a la luna, eso es una frustración.
En la Universidad hubo una situación particular que me ayudó a descubrir mi vocación profesional. Mi primer semestre en la Universidad Nacional en Geología se demoró un año; pero yo ya me había enamorado de la profesión, que además tiene mucho que ver con la Física; siempre me gustó mucho comprender qué era un volcán, un sismo.

En este momento, usted investiga sobre los materiales volcánicos depositados en la superficie del territorio colombiano. Supongamos que la única posibilidad de realizarla dependiera de un “sí” de los ciudadanos ajenos a temas de ciencia, ¿cómo le explicaría su importancia y necesidad?
Estamos acostumbrados a que se hable del cambio climático y la gente cree que ser medioambientalista es cuidar el agua, pero realmente sin suelos nos moriríamos de hambre. En Colombia tenemos una riqueza que es tener suelos derivados de antiguas emisiones volcánicas, esos suelos son los que recubren casi toda la zona cafetera y la del oriente. Es muy importante estudiarlos y divulgar los resultados de las publicaciones de manera adecuada.

Los estudios geológicos y los que tienen que ver con amenazas naturales tienen mucha relevancia en lo relacionado con la prevención de desastres, por ejemplo. Esos estudios deben estar a la base de cualquier planificación.

Si usted tuviera que personificar el objeto de su investigación, ¿Cómo describiría su personalidad?
Sería una personalidad calmada y paciente. Hay investigaciones que permiten tener mucha velocidad en las publicaciones de sus resultados, pero hay otras que acarrean mucho tiempo en el montaje de laboratorios y el aprendizaje de los procesos. Por ejemplo en la parte de geocronología y de datación, de tener la edad de una roca hay que gastar mucho tiempo y paciencia.​