Asesor del taller ¿Qué nos pasa mientras dormimos?
Juan Gonzalo Gómez es médico neurólogo de la Universidad de Antioquia. Actualmente investiga sobre las enfermedades que afectan el sistema nervioso central en las áreas de la mente, de la cognición y del conocimiento.
Recordando días del pasado
¿Había un juego en particular que le gustara cuando era un niño? ¿Por qué?Yo era un fanático del ajedrez, lo empecé a jugar cuando tenía alrededor de seis años y estaba en el primer grado de primaria.
Me gusta mucho porque te obliga a pensar, a planear las jugadas, a identificar las consecuencias de estas y de tus actos, para poder llegar a un fin determinado. Si quieres ganar en ajedrez, tienes que analizar lo que vas a hacer y la respuesta que te va a dar el contrincante. La idea es que eso te enseñe a planear, a pensar y a tener paciencia.
¿Con quién compartía y pasaba la mayor parte del tiempo cuando era niño? ¿Por qué?Con mi familia; yo estaba todo el tiempo con mis papás y con mis hermanos, aunque también tenía un grupo de amigos cercanos a mi casa.
¿Hubo algún profesor que lo marcó significativamente? ¿Por qué?Hubo dos profesores que me enseñaron a hacerme responsable de mis actos y a sustentar cualquier conocimiento, y no dejarlo en simple opinión. Es decir, que los conocimientos eran sustentados en la ciencia y en la razón, y no porque alguien lo opinaba, lo decía o lo leía. Me enseñaron a ser cuestionador del conocimiento y a mi parecer, eso es algo muy importante.
Si en sus manos estuviera proponer un modelo educativo para las nuevas generaciones, ¿en qué consistiría?Propondría llevar al estudiante a tener un conocimiento mínimo y que, a lo largo de su progresión, escoja o vaya buscando en qué área del conocimiento puede acercarlo más a una futura edad adulta y enfocarse en él. Por ejemplo una persona que tenga un gran talento matemático puede no necesitar tanta información desde el punto de vista de arte, tal vez requiera un conocimiento básico de arte, pero debe haber un momento en el cual escoja qué área del conocimiento seguirá.
Además, propondría un cambio en el horario: una jornada única que inicie a las 9:00 a.m. y termine un poco más tarde, porque estamos adelantando el reloj biológico de las personas. A los niños no los debemos levantar tan temprano, es mejor que se despierten una hora más tarde para que tengan la mente más dispuesta.
Viviendo el aquí y el ahora
¿Hay algo que lo obsesione?Quiero continuar investigando en mi carrera profesional, pero sin dejarme absorber por mi trabajo ni por mi ciencia; también quiero vivir bien, disfrutar mi familia y mi tiempo libre. Creo que debería haber un equilibrio entre esas dos partes: el éxito profesional y el equilibrio entre la vida personal y familiar. Realmente no tengo una presión ni un pensamiento que me absorba, yo creo que no estaría dispuesto a sacrificar mi vida familiar y personal por algo.
¿En qué cree?Creo en la ciencia, yo soy un tipo muy racional en ese sentido. Los hechos científicos existen, se ven en una naturaleza palpable que siguen algunas reglas, no siempre universales, pero digamos que esa ciencia que queremos palpar, está en nuestro poder alcanzarla, llevarla y comprenderla. Sin embargo, el hecho de creer en la ciencia no me excluye de creer en las cosas menos estrictas como espiritualidad y de que me interesen áreas que no son científicas".
¿Hubo algún acontecimiento determinante que lo llevara a descubrir su vocación profesional?No, yo creo que fue una elección muy racional dentro de lo que yo quería ser; incluso me debatí con áreas de Ingeniería, Humanidades y Ciencia Pura. Si conjugamos la parte humana con la científica, la medicina llenaba más ese vacío y fue una buena elección. Cuando niño siempre me soñé como un científico y como un explorador. Al final uno no puede ser todo lo que quiere, y creo que para elegir mi carrera tomé la decisión donde pudiera ser más integral.
Creo que la medicina está dentro de las áreas de la ciencia que más necesitamos desarrollar porque es la que protege la salud de las personas; estamos cumpliendo un objeto importante porque cambiamos vidas; a través de la investigación y del conocimiento, logramos un acto benéfico.