¿Por qué el Sol brilla?

Átomos, fusiones nucleares, energía, temperaturas a millones de grados Celsius nos ayudaron a entender por qué el Sol brilla y esta​ es la respuesta.​​

Preguntan: Valentina, 1​0 años y Sebastián Calle, 6 años.

Responde: José Ignacio Uribe, coordinador Expediciones al conocimiento 2010 - 2012 y Manuela Correa, área de comunicaciones

Al final del día, todos los días, cuando el Sol se pone en el occi​​dente, tenemos la certeza de que aparecerá nuevamente por el oriente unas horas después. Es una confianza tal, que en nuestras conversaciones cotidianas no aparecen preguntas como: ¿será que mañana sí sale el ​Sol? Confiamos en que el Sol saldrá y punto. Quizá lo creemos porque desde el primer día de nuestra vida ha sido así y porque las historias que tenemos de nuestros ancestros no hablan de días en que el Sol no haya estado.

 

Por más problemas en el mundo, por más desastres que anuncien los noticieros, siempre aparece, brillante y puntual. Y aún en las noches sabemos que está ahí, so​lo que no lo vemos. La luna y los planetas, que reflejan su luz, nos entregan la evidencia de que ​no se ha ido. Y en la tele, al poner un canal del otro lado del mundo. Pero el Sol no siempre brillará.

Las estrellas, incluido el Sol, se parece a una vela porque tienen combustible para liberar energía por un tiempo determinado. Luego se agota. El combustible del Sol es el hidrógeno, el elemento más abundante del universo. El Sol está muy, muy caliente en su interior: su temperatura puede alcanzar 14 millones de grados Celsius. Gracias a este calor tiene la capacidad de convertir la materia en energía: sus átomos de hidrógeno se fusionan formando átomos de helio, el segundo elemento más abundante del universo. 

 

Esta reacción libera tal cantidad de energía que mantiene al Sol ardiendo y emitiendo luz, calor y otras radiaciones que inundan el sistema Solar y que se podrían percibir incluso desde lugares más distantes del universo. Juan Guillermo Toro, Electrónico y actual coordinador de Matemáticas y Física en el Colegio Colombo Británico Medellín, nos explica que el Sol brilla porque está produciendo constantemente una reacción química conocida como ´fusión nuclear’ la cual genera, a su vez, ondas electromagnéticas en muchas frecuencias y en un espectro muy amplio, entre ellas, las que nuestros ojos son capaces de captar, conocida como luz visible.

“Pero yo diría que la pregunta debería ser por qué alumbra el sol y no por qué brilla, porque el brillo es un metal que refleja cosas y el sol no está reflejando nada, sino no que está emitiendo luz”, reitera. 

Cada segundo se convierten 700 millones de toneladas de hidrógeno en helio. En el proceso se liberan 5 millones de toneladas de materia en forma de energía. Así, el Sol pierde cada año cerca de 160 billones de toneladas y en su interior se consumen alrededor de 22 mil billones de toneladas de hidrógeno.

Cada segundo se convierten 700 millones de toneladas de hidrógeno en helio. En el proceso se liberan 5 millones de toneladas de materia en forma de energía. Así, el Sol pierde cada año cerca de 160 billones de toneladas y en su interior se consumen alrededor de 22 mil billones de toneladas de hidrógeno.

El Sol y nuestro planeta tienen aproximadamente la misma edad: 4600 millones de años. Los estudiosos de nuestra estrella estiman que tendrá 5000 millones de años más de vida, gracias a que aún le queda una gran cantidad de hidrógeno por convertir en helio. Es decir, el Sol aún no ha llegado a la mitad de su vida activa. Según lo que se sabe hasta ahora, los seres humanos más antiguos existieron hace aproximadamente 50.000 años. La energía que se libera en el interior del Sol tarda un millón de años en llegar a su superficie. Es decir: la energía del Sol que nos llega hoy se produjo en el interior del Sol cuando ni siquiera existíamos los seres humanos en este planeta.

Así que no hay por qué preocuparse. Aunque la vida activa del Sol es limitada, tendremos Sol por cinco mil millones de años más, y cuando ese momento llegue, habrán ocurrido muchísimos cambios en nuestro planeta, más de los que han ocurrido desde su origen.

 

¿Por qué el cielo es tan grande?

A veces pensamos que el cielo es finito, pero no. A nosotros nos dio curiosidad saber por qué tiene tal tamaño y aquí te contamos de qué se trata. ¡De verdad es fascinante!

Pregunta: Yarledis Giraldo, 8 años, Colegio Marco Fidel Suárez.

Responde: José Ignacio Marulanda, doctor en Ingeniería Eléctrica.

 

El cielo es muy grande porque desde cualquier parte de la Tierra de donde lo miremos siempre veremos la mitad del universo. La otra mitad se encuentra al otro lado del planeta. Y el universo siempre se extenderá más allá de donde alcancemos a mirar. (Fotografía: Nasa).

 

El cielo no puede ser visto como una sábana que cubre el planeta Tierra. En realidad, tenemos el imaginario de que el cielo es el límite del universo, el punto más alto, como si se tratara de algo finito. Pero nada acerca de esta idea es verídico.

A su vez dicha esfera se divide en regiones llamadas constelaciones. Para entender más claramente la magnitud de ese azul celeste, a veces gris oscuro y en las noches casi negro, es necesario saber que el cielo se divide en diversas capas: atmósfera, tropósfera, estratósfera, mesósfera, termósfera y exósfera, respectivamente.

El cielo es, nada más y nada menos, todo el universo que se expande ante nosotros. En astronomía el cielo es conocido como una esfera celeste. Éste entendido como una bóveda imaginaria en donde se distribuyen el Sol, la Luna, los planetas y las estrellas.

Entre ellas no hay ninguna diferencia. Es decir, éstas sólo tienen un cambio en las partículas de aire. Por ejemplo, si pudiéramos volar sobre el planeta Tierra, a medida que nos alejáramos más y más de ella, nos daríamos cuenta de que nunca llegaríamos al cielo, debido a que éste se expande cada vez más.

Descubre en este audio todos los detalles acerca del cielo y ¡fascínate con ellos!

 

 

¿Por qué el cielo es azul?

​​​¿Qué relación tienen la luz del Sol, los arcoíris y las ondas longitudinales con el color del cielo? En la Universidad de los niños EAFIT te lo contamos.​​

Preguntan: Manuela Bedoya, 12 años, Natalia Hoyos, 10 años, Isabela Botero, 7 años, Juan José Escobar, 10 años.

Responde: Nicolás Guarín, ​​ingeniero físico.

Para responder esta pregunta empecemos hablando de la luz del Sol. La luz del Sol está compuesta por todos los colores del arco iris, así, cuando vemos luz blanca, en realidad estamos viendo luz de todos los colores al mismo tiempo. Además, la luz se comporta como una onda, es decir, lo que está viajando con la luz son vibraciones que son muy rápidas.

Los diferentes colores de luz son, en realidad ondas con diferentes longitudes. Como puede verse en el dibujo, la luz roja tiene una longitud mayor que la luz naranja y que la luz azul. La luz viaja en línea recta y ya que el Sol está muy alejado de la Tierra podemos asumir que los rayos de luz que nos llegan de él son paralelos.

 

En la atmósfera terrestre hay pequeñas partículas.  Cuando la luz solar llega a la tierra, estas partículas causan que la luz de algunos colores se desvíe y que la de otros colores siga su curso (como se ve en el dibujo). Entonces la luz que tiene longitud mayor (roja, naranja, amarilla y verde) viaja sin ser perturbada, mientras que la luz de longitud menor (azul, añil y violeta) cambia su curso al encontrarse con estas partículas.

El fenómeno por el cual se produce el cambio de dirección de la luz se conoce como dispersión. Pero la luz de longitud menor no solo cambia su curso al llegar a la atmósfera. Una vez en ella sigue cambiando su curso y dispersándose al encontrarse con más y más partículas. Finalmente lo que nosotros percibimos es que la luz azul nos llega de muchas partículas, porque ha sido dispersada por muchas de ellas en la atmósfera terrestre (ver figura).

 

Como la luz de mayor longitud no se ve tan afectada por las partículas de la atmósfera nos llega directamente del Sol. Por tanto, los rayos de luz verdes, amarillos, naranjas y rojos llegan sin dispersarse en la atmósfera. La suma de la luz verde, amarilla, naranja y roja es la que hace que percibamos al solo como si fuera amarillo. Entonces el fenómeno de dispersión de la luz en la atmósfera no sólo es causante de que veamos el cielo de color azul sino también de que el Sol tenga un color amarillo para nosotros.​ 

¿El agua tiene partículas?

Pregunta: Salomé López Cardozo, 11 años.

Responde: Natalia Correa Valencia, estudiante de Ingeniería Agrícola de la Universidad Nacional y Manuel Jaramillo Gaviria, estudiante de Ingeniería Física de la Universidad Nacional.

Imaginarnos un mundo sin agua, implicaría dar por sentada nuestra muerte. En todas las actividades humanas esta sustancia líquida está presente. Pensemos que no hubiera agua potable en ninguna parte del mundo por todo un día o, inclusive, por una semana. Sin dudarlo, quedaríamos imposibilitados de hacer muchas cosas. No podríamos comer, debido a que la producción de alimentos es preparada con agua; no podríamos bañarnos ni cepillarnos los dientes, actividades que son primordiales para la sanidad de cada individuo; estaríamos totalmente deshidratados porque ésta es el soporte de todas las bebidas; la industria se destruiría completamente; los bosques, plantas, parques y jardines quedarían sin su único sustento y los animales morirían debido a que necesitan del agua para cumplir sus funciones vitales y regular su temperatura.

Así mismo, el ser humano dejaría de funcionar vitalmente, pues nuestro cuerpo está compuesto en un 70% de agua. Es decir, la sangre, saliva, el interior de las células, órganos, tejidos y huesos, se verían afectados. Por ende, si dejáramos de tomarla, moriríamos en pocos días. Pero, ¿qué componentes hacen que esta sea tan indispensable y considerada un principio de vida? El agua contiene partículas que son, más claramente, átomos o moléculas. Y éstos, en su forma molecular estándar, están acompañados casi siempre de otro átomo, porque en otros casos, algunas partículas no necesitan de esta compañía.

Natalia Correa Valencia, estudiante de Ingeniería Agrícola de la Universidad Nacional, nos explica que el caso del agua es muy particular. “Su molécula de forma completa es H2O, es decir, su fórmula química está compuesta por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno. Esta es el agua en su forma ideal, destilada, como una la conoce en el laboratorio, que es sin iones”. Estos tres átomos, que consisten en la materia y que tienen su núcleo en el centro de éste, están enlazados muy cerca, como pequeños imanes. Pero no podemos dejar de lado el agua proveniente de la canilla, de los ríos y lagunas, o el agua en general.

 

Para hablar de esto, Manuel Jaramillo Gaviria, estudiante de Ingeniería Física de la Universidad Nacional, nos cuenta que este tipo de sustancia, la cual está aparte de la forma molecular común, tiene otros iones en solución, los cuales dependen del ambiente o del lugar en donde se encuentre el agua. Por ejemplo, explica Manuel, que el alcantarillado en Medellín cuenta con un proceso muy diferente, debido a que está compuesto, casi en su totalidad, por flúor, el cual es un gas a temperatura ambiente, de color amarillo pálido y es considerado algo peligroso debido a que puede causar quemaduras con su contacto.

Pero, ¿qué son estos iones? Pues son sales que están disueltas en el agua y pueden ser, por ejemplo, flúor, magnesio, aluminio, cloro, litio, entre muchísimos más elementos. Es por esto que el agua es considerada como el mayor disolvente universal debido a que tiene la capacidad de disolver casi todos los cuerpos sólidos existentes. Por ejemplo, las plantas se nutren de sustancias minerales que hay en la tierra. Y dichas sustancias, que son consideradas sales, tienen que ser disueltas previamente por el agua para poder que entren en la planta.

Por otro lado, y según un estudio realizado por el Servicio Geológico en Estados Unidos (U.S. Geological Survey), la superficie del planeta tierra está compuesta por tres cuartas partes de agua, es decir, el 71%. De dicho porcentaje, el 96% pertenece a océanos y mares, mientras que el resto es denominado agua dulce, por no tener concentraciones de sales, y está compuesto por glaciares, la humedad en el suelo, el vapor del agua, los mantos acuíferos, entre otros. Este recurso natural, considerado como el más abundante e imprescindible para los seres vivos, es el responsable de permitir la existencia y, a su vez, es protagonista del origen de la vida.

 

¿Cómo funcionan los play?

Seguro has vivido una maratón de videojuegos, o has visto a alguien hacerlo. Es muy común que la gente pase horas frente a un Play Station, un Xbox o cualquier otra consola aunque por ser común, no quiere decir que sepamos cómo funcionan.

¡Ajá! No podemos comenzar este texto sin plantearnos primero una pregunta: ¿qué es una consola de videojuego? La respuesta es quizá más sencilla de lo que parece: simplemente es una computadora muy especializada.

De hecho, el corazón de muchas de las consolas (como el Playstation 4 y el Xbox One) es el mismo que el de los computadores que utilizamos para trabajar o hacer las tareas: la CPU. Allí es donde se llevan a cabo todos los procesos: básicamente, sumas y restas.

El hecho de que usemos más consolas que computadoras para los videojuegos tiene que ver con que son más baratas, más fáciles de conectar a un televisor, los juegos son más rápidos, es más fácil tener muchos jugadores en una misma consola y, algo muy importante, es más fácil desarrollar juegos para una consola. Esto se debe, en general, a que las consolas suelen ser más sencillas que una computadora.​​

Una lista de las cosas que una consola de videojuegos actual debe tener, puede ser la siguiente (aunque es posible que cambie entre una y otra):

1. Una interfaz con el usuario, es decir, un control

Por Evan-Amos (trabajo propio) [dominio público], via Wikimedia​ Commons.

2. Una o varias memorias RAM

Por Appaloosa (trabajo propio) [CC BY-SA 3.0​], via Wikimedia Commons

3. Un núcleo de software

​Por Sony [dominio público], via Wikimedia​ Commons

4. Un medio de guardado (como un disco duro)​

Por Evan-Amos (trabajo propio) [dominio público], via Wikimedia​ Commons.

5. Un lector de DVD o blue ray para los juegos.

​​​​​ Por Tghe-retford (trabajo propio) [dominio público], via Wikimedia Commons

6. Una CPU, que es el cerebro de la consola (la que procesa la info.)

​ Por ​Tghe-retford (trabajo propio) [CC BY-SA 3.0], via Wikimedia Commons

7. Salida de video y audio (puede ser el tv al que se conecta)

​​By Evan-Amos (trabajo propio) [dominio público], via Wikimedia​ Commons

8. Una fuente de poder (energía eléctrica).

By Baran Ivo (trabajo propio) [dominio público], via Wikipedia​ Commons

​Cada una de estas partes tiene una función específica y, al repasarlas, veremos cómo funciona una consola. Todo empieza por la interfaz del usuario, que no es otra cosa que los controles o cualquier otro dispositivo que usemos para comunicarnos con el videojuego y entregarle instrucciones. Por ejemplo: ¡salta! ¡corre! ¡esquiva! Si los videojuegos no tuvieran una interfaz para comunicarse con el usuario, serían simplemente un reproductores de videos.

Otra parte importante de las consolas de viodejuego es la memoria RAM. Como ocurre también en los computadores, se utilizan para guardar rápidamente información que es temporal y que se requiere procesar con mucha velocidad,  como los datos sobre las imágenes, los movimientos que se llevan a cabo, entre otros.

Algunas consolas ya tienen incluído, como ocurre en los computadores, discos de almacenamiento masivo. En estos dispositivos se guarda información no perecedera, a diferencia de la RAM. Por lo general, los discos duros tienen una capacidad mucho mayor y almacenan datos como los mismos juegos, que pueden ser descargados del DVD o Blu Ray que se compra en la tienda o que, en las consolas más modernas, se puede descargar directamente de Internet. ¡Sí! Muchas consolas ya se pueden conectar directamente con la web.

Pero el corazón de la consola es la CPU, que se encarga de: 1) conectar las órdenes que ingresamos mediante el control, o como la llamamos antes, interfaz, con los datos del DVD o Blu Ray; 2) luego, los guarda temporalmente en la memoria RAM; 3) y los envia por la salida de video y audio al televisor para que los podamos ver.

En este último paso, la CPU envía al televisor una señal que reorganiza los electrones que forman la imagen y por eso podemos ver allí lo que hacemos con el control. En buena medida, de ella, y de la tarjeta de video, depende la calidad de los gráficos que es capaz de producir la consola. Las más avanzadas son capaces de procesar juegos que parecen estar en tres dimensiones (es decir, generan una sensación de realidad mucho mayor), aunque en realidad las imágenes que vemos están siempre en dos dimensiones.​​

Hasta ahora, todas las partes que hemos revisado de la consola hacen parte del hardware o elementos físicos del dispositivo. ¿Y cómo es que este sabe qué hacer? ¿Qué indicaciones sigue? Para eso está el núcleo de software, que no es propiamente una parte de la consola sino un grupo de información que le indica cómo funcionar. En otras palabras, es el equivalente a un sistema operativo de un computador ​(como Windows).

Es importante tener en cuenta que no todas las consolas funcionan de la misma manera. De hecho, una misma marca, como los Playstation de Sony o los Xbox de Microsoft tied​​​​​​​en a cambiar con el tiempo a medida que descubren nuevas formas de mejorar la experiencia de los usuarios.

En los últimos años se ha avanzado bastante en el desarrollo de juegos de realidad virtual, que no es otra cosa que una estrategia con la que las consolas reproducen cada vez de forma más real los entornos de juego. ¡En el siguiente video te lo explicarán mejor! 

¿Cómo funcionan los semáforos?

​​​El rojo significa pare, el amarillo precaución y el verde avance. Gracias a los semáforos no hay muchos accidentes en las calles, pero ¿cómo funcionan estos dispositivos​ para emitir aquellas luces de colores que nos indican qué hacer en un cruce o una vía muy transitada?​​


Pregunta: Valentina Duque, 12 años.

Responde: Carolina E​scobar, estudiante de comunicación social.​

Asesor: John Jairo Agudelo Ospina, especialista en vías y transportes.

Los semáforos son importantes en las ciudades porque permiten regular el flujo de vehículos y peatones en las vías, facilitando el orden y la seguridad de los habitantes.

Estos aparatos emiten señales usando luces de tres colores: el verde indica que se puede avanzar, el amarillo es una alerta para reducir la velocidad antes de pasar al rojo, color que indica que debemos detenernos.

Su invención surgió de la necesidad de crear un sistema que permitiera, tanto a carros como a peatones, transitar por las calles de una manera segura. El primer semáforo se usó en Londres en 1898 y, 16 años más tarde, se instaló en Estados Unidos un semáforo más moderno, parecido al que conocemos hoy en día.

Luego de esto vino el semáforo peatonal, que indica con una figura humana cuando es tiempo de pasar la calle o de esperar.

Los semáforos de una ciudad se manejan desde una central donde hay un computador con un programa especial que los hace funcionar. Allí hay personas que están monitoreando constantemente, por medio de cámaras, la efectividad de los semáforos en las vías.

Este funcionamiento depende del tipo de semáforos. Los más antiguos se programan para que cada color tenga un tiempo constante durante todo el día, sin importar la cantidad de carros que transitan a determinada hora.

Los más modernos, llamados semáforos inteligentes, determinan la  duración de cada luz de acuerdo al flujo vehicular. Este puede ser detectado gracias a unos sensores ubicados en el pavimento por donde transitan los carros. Así, en una calle por la que circulan muchos vehículos a cierta hora del día, el semáforo va a darle un tiempo más largo a la luz verde para que no se acumule el tráfico.

En general, la programación de los semáforos es sencilla. En el caso de los más antiguos, se le asigna al programa unos tiempos fijos para cada luz y en el caso de los semáforos modernos, se diseña un programa que obedece a los sensores de flujo vehicular los cuales deciden cuánto tiempo durará cada luz.

La ubicación y programación de los semáforos se realiza teniendo en cuenta la importancia de las vías y los volúmenes de vehículos que se mueven por ellas. De acuerdo a esto, los tiempos de los semáforos de una intersección, es decir, donde se cruzan dos vías, pueden ir cambiando.

Actualmente, los semáforos son una solución de movilidad ante el creciente flujo vehicular. Los expertos analizan constantemente las vías, las intersecciones y el número de carros que transitan por allí, con el fin de  determinar la duración de cada luz, para permitir que tanto vehículos como peatones se puedan desplazar de una forma segura y fácil.

Sin embargo, en nuestra ciudad, la demanda de vehículos es mayor que la capacidad de las vías, lo que hace inevitables las congestiones.

¿Cómo se sostienen los satélites?

¿Alguna vez te has preguntado cómo es posible que los satélites no se caigan del espacio a la tierra? En la Universidad de los niños EAFIT nos preguntamos esto y aquí está la respuesta.

Responde: José Ignacio Marulanda, doctor en Ingeniería Eléctrica.

Muchas de las cosas que usamos en nuestra cotidianidad necesitan satélites que sirven como puente para captar señales y registrar información desde el espacio, en una constante comunicación con la Tierra. Sin estas señales no podríamos seguir investigando el Universo, o dejarían de funcionar muchos medios de comunicación de la Tierra como los celulares o la televisión satelital.

Datos para curiosear...

 

BBC Mundo 2011

En definitiva, hablar de satélites es hablar de la modernidad de nuestras comunicaciones, investigaciones e incluso seguridad. Sin embargo, aunque hacen parte de nuestro día a día, poco se sabe de su funcionamiento. Por ejemplo, ¿alguna vez se han preguntado cómo es posible que estos aparatos se sostengan en el espacio? Decir que un satélite está en órbita implica que permanece en un constante equilibrio para que no caiga a la Tierra o inicie un viaje por el espacio.

En otras palabras es el recorrido que realiza alrededor de la Tierra. Es como flotar alrededor del Planeta. Pero antes de entrar en este tema, primero necesitamos saber cómo son enviados al espacio. La respuesta está en los cohetes. Lo primero que necesita un satélite y su cohete para salir de la Tierra es velocidad, y claro, muchísimos cálculos matemáticos.

 

Una vez la nave sale de la atmósfera, se ubica en cierta posición y comienza a orbitar la tierra. Este momento es crucial porque determinará qué tan posible es que el satélite quede en la posición deseada, y eso depende de su velocidad en el espacio, la gravedad y la inercia. La gravedad es la fuerza de atracción que ejerce toda masa sobre otra, y entre más masa tiene, mayor será.

Por eso los satélites son continuamente atraídos hacía la tierra. Por otro lado, la inercia es la fuerza que los mantiene en un movimiento recto, empujándolos hacia el espacio. Pero, ¿cómo funciona la gravedad y la inercia juntas para evitar que los satélites caigan a la tierra? Es gracias a la gravedad que el satélite se mantiene en órbita, debido a que el movimiento recto generado por la inercia lo sacaría de curso. La gravedad lo frena y acomoda con respecto a la curvatura de la tierra.

 

Por otro lado, para que el equilibrio entre gravedad e inercia se mantenga, ahora sí, entran a jugar un papel muy importante el cohete y el impulso con el que este lanza el satélite al espacio, ya que este debe moverse con cierta fuerza para que el equilibrio entre la gravedad y la inercia se mantenga. La velocidad con la que es impulsado el satélite debe ser muy precisa.

Si el satélite se mueve muy rápido, este se saldrá de la órbita hacia las profundidades del espacio. En cambio, si se mueve muy lento, la gravedad lo traerá directo hacia a la Tierra. ¿Te imaginas que cayera en tu vecindario? Para concluir, es importante saber que la clave para que un satélite permanezca en su órbita es la interacción perfecta entre: inercia, gravedad y velocidad. Estos son los factores que generan el equilibrio y la fuerza que mantendrán el satélite en curso.

¡Ahora a jugar! Simula qué pasaría si cambias las condiciones de masa, velocidad y movimiento entre la Tierra y un satélite artificial.

 

¿Cómo inventamos a partir de la naturaleza?

¿Qué relación hay entre un tiburón y un traje de baño? o ¿en qué se parece el pico de un Martín pescador a la punta del tren más veloz del mundo? En la Universidad de los niños EAFIT nos preguntamos esto para entender cómo podemos inventar objetos a partir de la naturaleza.​​

Responden: Alexander Ossa, doctor ​​Cambridge University Engineering department y Susana Estrada​​, ​magíster en Ingeniería.

¿Cómo inventaron el celular?

Pregunta: Érica María Sánchez, 14 años.

Responden: Camilo Vieira y Juan Diego Restrepo, Ingenieros de Sistemas.

Voz: Juan Felipe Araque, asistente de comunicaciones Universidad de los niños​.

¿Cómo nacen los objetos?

Con la ayuda del investigador Juan Diego Ramos, magíster en Ciencias de la Administración, en la Universidad de los niños EAFIT descubrimos cómo nacen los objetos y esta es la respuesta.​


Responde: Juan Diego Ramos, magíster en Ciencias de la Administración, Universidad EAFIT​.

Estamos rodeados de cosas, algunas necesarias, otras quizá no tanto. Para comer utilizamos cubiertos, para estudiar libros o computadores, y para divertirnos, balones, disfraces o el equipo de sonido para que suene algo música. Pero, aunque tenemos y usamos tantas cosas, pocas veces pensamos de dónde vienen o cómo se inventaron. Desde el lápiz hasta tu cepillo de dientes tuvieron un origen, un nacimiento. 
A todos estos objetos que utilizamos como herramientas, como medios para hacer algo, les llamamos tecnología. ¡Sí! Tecnología no son solo los celulares inteligentes y los robots, también son las gafas que usa mamá para ver televisión o las tijeras para cortar el pelo.

La tecnología es el conjunto de conocimientos científicos ordenados que se utilizan para resolver un problema o para facilitar la adaptación del hombre a un entorno. Es a través de la tecnología que el hombre crea e innova muchas soluciones para su vida diaria. Por eso, y porque es muy importante para nuestras vidas, muchos académicos se han dedicado a estudiarlas.

Por ejemplo, algunos historiadores se ocupan de estudiar la tecnología y su papel en el desarrollo de las civilizaciones. Lo mismo ocurre con los ingenieros, o incluso, ciertos sociólogos que se preocupan por evaluar el impacto que tiene en cierta comunidad. Una, de tantas posibles perspectivas, es la arqueología industrial, una disciplina encargada de estudiar los desarrollos tecnológicos de artefactos creados desde la Revolución Industrial hasta hoy.

La arqueología industrial se encarga de responder preguntas como ¿cuál fue el primer objeto que creó el hombre? o ¿cómo fue el proceso de creación de las máquinas de afeitar? Incluso se podría remontar mucho antes, a los tiempos en los que el hombre dominó algunas de las primeras tecnologías que se le atribuyen a nuestra especie: el dominio del fuego y la producción de cuchillos y puntas afiladas.

Una de las cuestiones centrales de la arqueología industrial es el detonante del desarrollo, responder a la pregunta ¿qué motivó a estos hombres y mujeres a crear este objeto? En principio, el surgimiento de la tecnología se explica por la necesidad de sobrevivir, de alimentarse en condiciones precarias, defenderse de los peligros o protegerse de los cambios climáticos. Pero las cosas no terminan ahí.

Con cada nuevo desarrollo, se abren nuevas posibilidades para que estos inventos evolucionen y continúe el proceso creativo. Por eso, algunos arqueólogos industriales afirman que los objetos tienen el ADN de sus ancestros. ¡Como una familia pero de artefactos!


Los arqueólogos industriales son entonces una especie de detectives que le siguen la pista a los objetos. Para realizar sus investigaciones se valen de recursos como entrevistas; visitas a fábricas, museos y colecciones; revisiones de memorias, catálogos, correspondencia y archivos corporativos; o incluso el estudio de viejas fotografías

Con el tiempo, ellos se han dado cuenta que los objetos pueden nacer de muchas formas distintas e impulsados por infinidad de motivaciones. Sin embargo, existen algunas constantes que casi siempre están detrás de la aparición de una nueva creación, dos puntos de partida que comparten algunos inventos:


La inercia de una invención, es decir, el impulso que se da con la aparición de un objeto, que comienza a ser mejorado, transformado y rediseñado para dar inicio a nuevos dispositivos

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