¿Qué era lo que más disfrutabas cuando eras niño?
A mí me gustaba pensar que iba a inventar algo. Me he dado cuenta de que eso era muy común, pero creo que yo iba más allá: todo lo que se dañaba en la casa lo tenía en una bolsa dentro de una caja, lo guardaba con la esperanza de que algún día desarmándolo, armándolo, uniéndolo de alguna manera iba a inventar algo. Me gustaba también mucho inventarme historias con mis muñecos, todos los muñecos diferentes que tenía, para todos me imaginaba un reino, una historia, inclusive con los muñecos de mi hermana. Me gustaban las historias de fantasía: héroes, espadas, magia y cosas por el estilo.
¿Qué querías ser cuando eras niño?
Científico o filósofo, esas son las dos cosas que siempre quise ser. Y se cumplió. Me dedico a la filosofía política, no a la ciencia como tal, pero sí se cumplió.
¿En qué materias te iba mejor en el colegio?
En Sociales, en Filosofía, en Religión, en Ética y en Química me iba muy bien. En Matemáticas me iba bien siempre y cuando los problemas no fueran de cosas reales, mientras veíamos algebra, y los números y las ecuaciones no tenían relación con el mundo real, ahí me iba bien. De resto no; me iba mejor en Sociales y en las otras.
¿En qué materias te iba peor en el colegio?
Matemáticas. No es que me fuera mal, pero siempre tuve conflictos con Matemáticas. Cuando me ponían ejercicios del tipo «Pedrito tiene cinco naranjas», a mí no me interesaba ni Pedrito ni las naranjas. No, no, no. A mí póngame una formula yo se la despejo, yo le encuentro la respuesta; pero a mí no me hable de naranjas o manzanas, a mí hábleme de números abstractos.
Si fueras el rector de un colegio, ¿cuál modelo educativo propondrías?
Waldorf. Muy cercano al Waldorf y muy parecido también al finlandés: abierto, sin notas, que incentive la proyección y la curiosidad de las personas que están aprendiendo.
¿Qué estudia un politólogo?
La carrera es Ciencias Políticas; pero, qué estudia, muchas cosas. Hay muchos tipos de politólogos; yo, como ya había dicho, me centro más en la teoría. Mi preocupación central es una preocupación por cómo vivimos bien, cuáles son las maneras de organizar la sociedad para que podamos vivir mejor, quiénes somos los que vivimos mejor en cada tipo de sociedad, por qué se decide que vivir bien es una u otra cosa. Hay otros politólogos que, de conformidad con el sistema en el que estamos, se dedican a ver cuál es el sistema electoral, cómo nos aseguramos de que una persona y no otra gane las elecciones, cómo mejoramos las leyes dentro del sistema actual suponiendo que de por sí ya está bien. Hay otros politólogos que se dedican a ver cómo hacemos más eficiente el gobierno. Yo me dedico a pensar si está bien o no la manera como nos administramos y de qué forma podemos definir un mejor régimen de administrarnos como colectivo.
¿Qué es lo más emocionante de ser politólogo?
La oportunidad de pensar las oportunidades y la realidad de la libertad que se tiene dentro de todo contexto. Yo como politólogo soy consciente del régimen administrativo que me rodea, y de lo que ese régimen me dice que puedo o no puedo hacer; y soy consciente de cuál es mi libertad y cómo puedo bajo mis acciones y bajo mi propia responsabilidad ser cada vez más libre.
¿Qué le recomendaría a un niño o una niña que quiera estudiar Ciencias Políticas?
Que nunca se conforme con nada. Que nunca crea que lo que le diga un profesor es suficiente. Que nunca crea que lo que le dice un libro o una metodología es la verdad. Que entienda el contexto de producción de los diferentes conocimientos que se va a encontrar y que los someta a critica, a prueba y error, a ver si funcionan o no funcionan, que no los trague enteros, que no crea en ellos de por sí, o porque se los dice alguien muy teso, o muy barbado o muy viejo o muy famoso. Todo siempre tiene la oportunidad de pasar por un régimen crítico y entre más se haga mejor.
¿Qué libro o película le recomiendas a alguien con interés por las Ciencias Políticas?
Los clásicos de Disney. El rey león, Aladdin, la Sirenita y las películas para niños en general. Recomiendo verlas y pensar qué sistema de gobierno se propone en ellas, o cómo nos dicen que es buena la sociedad o qué debe hacer un hombre o una mujer, qué es lo que hacen los animales, quién sirve a quién, quién tiene decisión de libertad, quién se ve menos capacitado para hacer cosas. Recomiendo ver estas películas y entender que a través de ellas nos están tratando de modelar, nos están tratando de decir que el mundo es de una manera determinada. Y ya es nuestro lugar decidir si vamos a comer entero o no.