Nuestros retos en 2024

Retos 1

Consolidar la comunidad de talento a partir de una acción decidida y sistemática de filantropía e inversión de impacto.

Retos 2

Ser referente de excelencia académica y líder en el país en aprendizaje experiencial.

Retos 3

Consolidar el sistema de CTel reconocido con conexión institucional, proyección e impacto.

Retos 4

Lograr un mayor impacto en la formación posgradual y en el aprendizaje para toda la vida en ​C​olombia.

Retos 5

Ser referente en tecnologías emergentes e inteligencia artificial.

Retos 6

Ser líder de la agenda de sostenibilidad ambiental y cambio climático en el país.

Retos 7

Posicionar a la Universidad como el ecosistema universitario de emprendimiento del país.

Retos 8

Ampliar el alcance e impacto nacional e internacional a través de alianzas estratégicas.

Retos 9

Fomentar una cultura del liderazgo, la innovación y el cuidado en nuestra comunidad eafitense.

Retos 10

Proyectar a EAFIT como un epicentro cultural y humanista de Medellín y Colombia.​

¿Cómo avanzaremos en estos retos? ​

Existimos y coexistimos con otros. 

Crecemos y dejamos que otros lo hagan. 

Encontramos formas para llegar lejos. 

Somos un sistema vivo. ​

Sin miedo, hablemos de los ataques de pánico #Cuidémonos​​​​​

El miedo es una respuesta emocional perfectamente normal para todas las personas pero, en ocasiones, este p​uede escalar en diversas intensidades e incluso precipitar ataques de pánico. Algunos eafitenses pueden haberlos experimentado y, en esta nota, uno de ello​s nos comparte su experiencia.

De la mano de uno de los psicólogos del Departamento de Desarrollo Estudiantil conversamos sobre estos episodios, cómo manejarlos y cuáles son las opciones que la Universidad nos brinda para acompañarnos a gestionarlos.

Lo dice la escritora Rosa Montero en la introducción de su libro El peligro de estar cuerda: “Un ataque de pánico es una dimensión desconocida, un viaje a otro planeta, la caída de un rayo súbito e inesperado que te fulmina”. La misma autora se ha descrito como parte del 25% de la humanidad que padece este tipo de situaciones y recuerda, en este mismo texto, que los ha tenido desde los 17 años y que son tan impredecibles y difíciles de entender, que solo pueden ser descritos por quienes los han vivido.

Algo parecido le ha pasado, desde 1992, a María Rocío Arango Restrepo, decana de la Escuela de Artes y Humanidades. Por eso, cuando leyó las palabras de la escritora y periodista española, se sintió totalmente identificada.

“Yo los he sentido como una sensación de miedo que va creciendo hasta convertirse en pánico, en terror. En mi caso puede tener una duración muy corta, de 15 o 30 minutos, pero ese momento es angustiante, se me acelera el pulso cardiaco, tengo la respiración agitada y, por un instante, pienso que me va a dar un infarto. Luego, cuando pasan, quedo completamente exhausta”, explica.

La directiva, quien voluntariamente quiso compartir esta experiencia a propósito de la iniciativa #Cuidémonos, recuerda que el primer episodio lo tuvo un año y medio después de la muerte de su padre, a comienzos de los noventas. En aquel entonces no pensó que existiera alguna relación entre ambos momentos, pero gracias a la terapia y el acompañamiento psicológico profesional que recibió pudo identificar porqué estaba pasando por estas situaciones.

“Desde entonces, y después de buscar ayuda, he aprendido a identificar cuándo me van a dar o cómo manejarlos. Lo primero que hago, por ejemplo, es aceptar que me está dando un ataque de pánico y saber que no es un infarto o alguna otra dolencia física; lo reconozco e intento concentrarme en una respiración consciente que me ayude a tranquilizarme hasta que pase esta situación. También evito tomar algún tipo de decisión personal o laboral durante estos momentos”, agrega María Rocío.

Se trata de una práctica que no solo le ha permitido entender estos momentos, sino también ayudar a reducirlos. Además, gracias a su pasión por la escritura, ha encontrado en esta una oportunidad para canalizar sus emociones.

“Lo más importante es entender que, aunque son situaciones difíciles, son cosas que nos pueden pasar pero que no definen nuestra identidad. Hay que reconocerlos, entender que no pueden ser un motivo de vergüenza y, cuando sea necesario, buscar ayuda para controlarlos, porque cuidarse a uno mismo -y a los otros- siempre debe ser una prioridad”.

“El acompañamiento psicológico en casos reiterados de ataques de pánico es de gran ayuda, pues nos brinda herramientas para identificarlos, saber qué los está detonando, analizar nuestras vivencias y poder mitigarlos. En mi caso yo uso el ejercicio de la escritura”, María Rocío Arango Restrepo, decana de la Escuela de Artes y Humanidades.

Reconocer, expresar, verbalizar, exteriorizar y ocuparnos de nuestras emociones es cuidar de nuestra salud mental

El miedo es una respuesta emocional que hace parte de la vida y todos lo sentimos en uno u otro momento, pero cuando esta respuesta aparece de manera súbita e inesperada y escala a un grado que afecta nuestras diferentes áreas de desempeño e incluso genera alteraciones en algunas funciones vitales, ahí es cuando hablamos de un ataque de pánico. Así nos lo explica Juan David Mesa Valencia, psicólogo del Departamento de Desarrollo Estudiantil.

Y como le sucedió a María Rocío, estos episodios se manifiestan de muchas maneras como las físicas (ritmo cardíaco acelerado, respiración agitada, sensaciones de cosquilleo y mareos) o las psicoemocionales (desorientación o confusión, sensación de peligro inminente, miedo intenso, cascadas de pensamiento generalmente con tintes catastróficos, entre otros). Pero lo más importante, explica el profesional en salud mental, es saber que no todos los ataques de pánico indican la presencia de un trastorno mental.

“Un ataque de pánico puede aparecer por una situación concreta, como la pérdida de un ser querido, una ruptura, un robo, un evento traumático o una fobia, pero en otras ocasiones puede ser derivado por situaciones que no logramos identificar claramente. Bajo esta lógica valdrá la pena posteriormente intentar entender que desencadenó en nosotros este episodio para así encontrar cómo ocuparse de ello”.

Ante estas respuestas emocionales podemos recurrir a estrategias como ejercicios de respiración lenta profunda y pausada; prácticas de relajación; retirarnos de situaciones desencadenantes; acudir a personas significativas que nos pueden ayudar a atravesar este momento; o buscar a alguien que nos pueda prestar primeros auxilios psicológicos.

Ahora bien, en el caso de que estos se vuelvan repetitivos y no logremos diferenciar una causa clara, o cuando comencemos a sentir el temor persistente de que en cualquier momento nos suceda un ataque de pánico y esto nos genere ansiedad, entonces hay que procurar la ayuda profesional. ​

​“Tenemos una capacidad finita de contener emociones. Reconocer, entender, expresar, verbalizar, ext​eriorizar y gestionar las emociones es una práctica preventiva para cuidar de nuestra salud mental; nos permite estar más ligeros en términos emocionales y hace menos probable que las situaciones escalen a crisis emocionales o a afecciones complejas en nuestra salud mental”, Juan David Mesa Valencia, psicólogo del Departamento de Desarrollo Estudiantil. 

“El miedo, la angustia y las tensiones hacen parte de nuestra experiencia vital, en esa medida démosles lugar a estos fenómenos, entendamos a qué responden y ocupémonos de los mismos. Cuando los inhibimos, los invalidamos o no los tramitamos, no hacemos que desaparezcan; los conflictos de la vida que evadimos o postergamos en algún momento retornarán, no necesariamente como una crisis de pánico, pero quizá sí como una afección en nuestra salud mental e incluso física. Cuidar de uno mismo implica, en ocasiones, ocuparnos de aquello que nos desagrada, nos sobrepasa o de lo que postergamos”, concluye el psicólogo.

La historia de María Rocío es un referente a la hora de seguir poniendo estos temas en el centro de la conversación y entender la importancia de hablar de nuestras emociones para seguir viviendo el mutuo cuidado.​

La U nos cuida

Vale la pena recordar que la Universidad cuenta con diferentes rutas para el cuidado​ de la salud mental, así como el apoyo a través de la consulta psicológica para estudiantes, profesores y colaboradores, el grupo de paramédicos para brindar primeros auxilios psicológicos, El Escuchadero (en convenio con la Alcaldía de Medellín), y el Directorio de Servicios en Salud, que cuenta con un capítulo especial dedicado a la salud mental. Estos y muchos otros recursos los podemos consultar en el siguiente enlace​​.

Hablemos de ansiedad y de las herramientas que tenemos para gestionarla​

En 2022 Lina Marcela (En el centro) se certificó como instructora de yoga K​undalini y espera compartir sus aprendizajes con otros.​

 

Un examen final, la entrega de un informe laboral, el pago de las facturas o preguntarnos: ¿será que si apagué la estufa antes de salir?, son inquietudes normales en nuestra cotidianidad. Sin embargo, cuando esa preocupación es constante e incontrolable, podemos estar ante un trastorno de ansiedad.

Algo como lo que ha vivido Lina Marcela Duque, una eafitense que quiso compartir su historia para resaltar la importancia de cuidar de nuestra salud mental. En su caso, el yoga y el acompañamiento psicológico le han permitido encontrar bienestar y un balance en su vida.

En el año 49 antes de Cristo, Julio César decidió dejar Roma y, junto a su ejército, cruzar el río Rubicón para comenzar una de las empresas más ambiciosas a las que se dedicaría durante su imperio: la conquista de la Galia, actual territorio de Francia.

La noche anterior a este acontecimiento estuvo dominada por “el insomnio, la duda, la agitación motriz paralizante y el sueño abominable”. Al menos así es como lo refiere el historiador Plutarco en los textos que escribió sobre la hazaña.

Esa es una de las primeras referencias literarias que hay sobre la ansiedad y una de las razones principales para que este fuera el tema principal durante la pasada edición del Festival Internacional de Literatura (Filba), un espacio que buscó reflexionar, desde los libros, sobre la importancia de la salud mental.

Sí, eventos como estos demuestran que la pandemia puso el foco en la ansiedad, un tema del que hasta ese momento se hablaba muy poco, pero alguien que sí lo conocía era Lina Marcela Duque Vélez, auxiliar de atención al público de Admisiones y Registro, quien ya había experimentado algunos episodios que la llevaron a buscar ayuda profesional desde 2009. Por eso, cuando en 2016 tuvo un episodio familiar que le detonó una crisis, supo inmediatamente qué hacer.

“Cuando se sufre de ansiedad se afecta todo a tu alrededor. Todos tus hábitos saludables se van a suelo. Llega el insomnio, la falta de apetito, la falta de memoria e incluso se te hace difícil relacionarte con los demás. Una persona en ese estado se convierte, además, en un reto para los demás, por eso el acompañamiento psicológico es fundamental”, comenta la eafitense, quien quiso compartir con nosotros su historia de vida.

Además del acompañamiento profesional, Lina también descubrió una pasión en 2012: el yoga, y específicamente el K​undalini, un tipo de yoga energético que le ofreció la posibilidad de interactuar de manera equilibrada con cada área de su vida.​

“Cuando se sufre de ansiedad se afecta todo a tu alrededor. Todos tus hábitos saludables se van a suelo. Llega el insomnio, la falta de apetito, la falta de memoria e incluso se te hace difícil relacionarte con los demás. Una persona en ese estado se convierte, además, en un reto para los demás, por eso el acompañamiento psicológico es fundamental”.

“Es una herramienta que te permite depurar las emociones que se quedan en el cuerpo a través del movimiento del cuerpo (asanas o posturas), de la atención en la respiración (vivir el aquí y el ahora), el cuidado de tus pensamientos, la elección consciente de lo que consumes (alimentos, conversaciones, música, redes, etc.), lo que repercute en un cuerpo sano y una mente calma para tomar mejores decisiones. Haciendo yoga y practicando un deporte de manera regular, he vuelto a ser una persona funcional”, explica.

Así mismo, comenzó en 2022 un proceso de certificación que, además de darle la posibilidad de compartir este conocimiento con otros, le permite poner en práctica, todo el tiempo, herramientas de autoconocimiento y autorregulación, sin dejar de reconocer que eso no implica que se van a dejar de experimentar las diferentes emociones de la vida, sino que, como ella misma la expresa, es una oportunidad para resignificar las experiencias y encontrar aprendizajes en cada una de ellas. 

¿Será que si apagué la estufa? o ¿cómo saber cuándo las preocupaciones son normales y cuándo es ansiedad?

Las preocupaciones son parte de nuestra cotidianidad: una exposición o un examen final, una entrevista de trabajo, el pago de las facturas o preguntarnos, en medio del día: ¿será que si apagué la estufa?, son inquietudes que nos pueden asaltar por momentos, son normales, nos permiten un desempeño adecuado en la cotidianidad y, de una u otra manera, contamos con recursos para gestionarlas.

Pero cuando esa preocupación es excesiva, no se puede controlar, es permanente, interfiere en nuestro desarrollo del día a día y se experimenta como una sensación abrumadora que no nos permite recurrir a nuestros propios recursos, o con manifestaciones fisiológicas como taquicardia, agitación motora, sudoración, insomnio o despertares nocturnos, falta o exceso de apetito, desconcentración, entre otros, entonces podemos estar frente a una manifestación patológica de la ansiedad.

“En la ansiedad, a diferencia del miedo, no hay un objeto real, se trata de una preocupación sin objeto, en la que nos anticipamos e imaginamos los escenarios más adversos, por eso es tan difícil gestionarla. Lo más importante, en estos casos es permitirnos sentir para identificar si esa inquietud que estamos experimentando la podemos controlar con nuestros propios recursos o si necesitamos buscar un acompañamiento”, expresa Edwin Andrés Restrepo Zuleta, Psicólogo del Departamento de Desarrollo Estudiantil.

Para el profesional, quien lideró este semestre un grupo piloto de apoyo en la U para el manejo de la ansiedad, no hay una fórmula establecida para controlar la ansiedad. Para algunas personas pueden resultar favorables las técnicas de respiración y relajación, la meditación, el ejercicio, las prácticas espirituales, el yoga -como en el caso de Lina Marcela-, o “cualquier actividad que nos permita conducir la energía corporal hacia algo puntual”.

“Pero existen casos en los que estos recursos no son suficientes, y se hacen necesarios los espacios para interrogar lo que nos acontece, como ocurre en el acompañamiento psicológico, en donde podemos intentar situar por medio de las palabras lo que estamos viviendo. Incluso, ante algunas manifestaciones de la ansiedad se hace necesario el acompañamiento y apoyo por medio de la psiquiatría”. Algo muy positivo que nos dejó la pandemia fue que pusimos los ojos en la salud mental, ahora le damos una mayor prioridad a estos temas y estamos dejando de minimizar lo que sentimos”.​

"Algo muy positivo que nos dejó la pandemia fue que pusimos los ojos en la salud mental, ahora le damos una mayor prioridad a estos temas y estamos dejando de minimizar lo que sentimos”.

Además, el eafitense nos recuerda que la Universidad cuenta con diferentes rutas para el cuidado de la salud mental, así como el apoyo a través de la consulta psicológica para estudiantes de pregrado y posgrado, y el servicio de atención psicológica a empleados, la línea 24/7, el grupo de paramédicos para brindar primeros auxilios psicológicos, El Escuchadero (en convenio con la Alcaldía de Medellín), y el Directorio de Servicios en Salud Mental.  

Así mismo, los profesores y colaboradores también cuentan con el apoyo de una línea especializada.

Estos y muchos otros recursos los podemos consultar en el siguiente enla​ce​​.

 

Informe de Sostenibilidad 2021

EAFIT, un proyecto humanista y científico en transformación

David Escobar Arango y Claudia Restrepo M.

 

Un llamado que nos hace la sociedad, en ocasiones a través de ​una columna de opinión o de una conversación pública: las universida​des hablan de transformación, pero, ¿cuánto de eso lo viven ellas mismas?

Historia, logros y avances de 2021

Imagen Relatos de una estudiante sobre el regreso a un espacio por reconocer

Relatos de una estudiante sobre el regreso a un espacio por reconocer

Ver los relatos de los estudiantes
Imagen Colombia, un territorio que tejemos juntos

Colombia, un territorio que tejemos juntos

Conoce la información
Imagen ESFIT, un escenario donde todo es posible

ESFIT, un escenario donde todo es posible

Conoce más sobre este escenario

EAFIT MIRA AL FUTURO

​Retos institucionales 2022

​Creemos en el poder de la educación, la investigación y la creación.

Transformamos a través de la experiencia y el conocimiento.​

Somos EAFIT, una universid​ad que conecta a las personas con las organizaciones y con las posibilidades. Somos una comunidad que transforma.​

Informe de Sostenibilidad de 2021

Resumen del Informe de Sostenibilidad 2021

Índice de contenidos GRI

Nuestras Declaraciones ​​I​​nstitucion​al​​es​​​

Propósito​​​​​​​-

Misión​​​​

Inspirar​ vidas​​​​​​

Crear conocimiento

Transformar sociedad ​

Somos una comunidad de conocimientos y saberes aplicados para la solución de problemas, en conexión con las organizaciones, que genera valor y desarrollo sostenible.​
 

Visión​​​

Innovación, liderazgo y acción global para la sostenibilidad del planeta y el cultivo de la humanidad.

Valores

En EAFIT tenemos un propósito que nos une como comunidad de talento: inspiramos vidas, creamos conocimiento y transformamos sociedad.

Esta razón de ser, de existir, tiene unas raíces profundas que dan soporte a nuestro proyecto humanista y científico.

Estos son los valores que orientan todas nuestras decisiones y acciones, los mismos que sentimos y vivimos en el día a día a través de muchas historias, conexiones y posibilidades.​

Excelencia

Aprendizaje que invoca un​ propósito superior.

Audacia

Espíritu emprendedor,innovador y disruptivo.

Integridad

Liderazgo coherente, transparente y responsable​.

Inclusión

Acción que integra y ofrece oportunidades para todas las personas.
Cultiva la solidaridad y la empatía, y abraza la diferencia.

Pluralismo

Aceptación y reconocimiento de la diversidad de ideas y pensamientos.

Configur​​ación organizacional

La estructura organizacional de la Universidad se ha configurado para hacer tangible la transformación del modelo educativo, y dar respuesta a las transformaciones y los retos de la educación superior.

La configuración organizacional es presidida por el Consejo Superior y el Consejo Directivo. El prim​ero es el máximo órgano de Gobierno de la Universidad, custodio del patrimonio y la estrategia de la Institución, y el encargado de preservar los principios y la filosofía de los fundadores de la Institución.

El Consejo Directivo, por su parte, se configura como un subconjunto del Consejo Superior y es el órgano de dirección y administración de la Universidad del que también participan los estamentos profesoral y estudiantil.

De la estructura también hace parte el Consejo Académico que vela por el cumplimiento e implementación del proyecto educativo.

 

La configuración de EAFIT está estructurada en tres capacidades:

Capacidades de conocimiento: a través de l​as cinco escuelas (Administración; Ciencias Aplicadas e Ingeniería; Finanzas, Economía y Gobierno; Artes y Humanidades; y Derecho); con sus respectivos centros.
Capacidades de soporte académico y articulación: sistema de aprendizaje; y ​sistema de ciencia, tecnología e innovación (dos vicerrectorías); y soporte corporativo (Secretaría General y 5 direcciones).
Capacidades de conexión con tres ecosistemas: empresas consolidadas, sistemas públicos y emprendimientos de impacto.​​

Informe de Sostenibilidad 2022

Nuestro tejido de conexiones y posibilidades

Somos sueños, somos posibilidades, somos conexiones que transforman.

Somos inspiración, ​somos creación, ​​somos transformación.

Somos una comunidad de conocimientos y saberes aplicados que imagina y construye futuros posibles.

El futuro nos habla... y en EAFIT dialogamos con él

En EAFIT el futuro es presente. Y este Informe es testimonio de ese recorrido emprendido por la Institución, en el que se conjugan la ciencia, la transición, los cambios, la acción, la naturaleza y el humanismo. Esta es la histor​ia que nuestra comunidad de conocimientos y saberes construyó, en 2022, el año de la transformación, y es la misma que nos motiva a hilvanar nuevas conexiones e imaginar futuros posibles.

Lee y escucha la conversación

​​Marco del re​porte

Los Estándares GRI de la Iniciativa de Reporte Global​, representan mejores prácticas de transparencia, ofreciendo a las organizaciones un marco común para que comuniquen a sus grupos de interés y a la sociedad en general sus principales impactos económicos, ambientales y sociales. Para definir los contenidos de este informe, la Universidad considera los impactos más significativos de sus actividades sobre el entorno y sus grupos de interés y se enfoca en los temas de mayor importancia.

​Conoce el marco de este reporte

Un viaje por el tejido que somos

​“Mira para arriba” me dice mi papá mientras termina de ajustar el telescopio. Es nuestro ritual de cada 30 de diciembre. Salimos de la ciudad, por un momento nos alejamos del ruido de las fiestas y cuando llega la noche, nos desvelamos mirando las estrellas, conversando y desenredando el hilo de todo lo que hicimos en el año.

Lee esta historia

Somo​​​s un tejido de con​​​exiones y capacidades

Imagen La Universidad que inspira, crea y transforma

La Universidad que inspira, crea y transforma

Descubre nuestro proyecto
Imagen Los estudiantes, en el corazón de nuestro proyecto educativo

Los estudiantes, en el corazón de nuestro proyecto educativo

​Conoce la comunidad

Imagen El espíritu transformador de nuestros colaboradores

El espíritu transformador de nuestros colaboradores

Descubre nuestros colaboradores
Imagen La huella de nuestros graduados en la sociedad

La huella de nuestros graduados en la sociedad

​Conoce nuestros graduados
Imagen Las organizaciones con las que generamos valor y desarrollo sostenible

Las organizaciones con las que generamos valor y desarrollo sostenible

Conoce las alianzas que transforman

Retos institucionale​​s 2023​

El futuro de la sociedad es también​ nuestro futuro. Nuestros pasos edifican el futuro. En EAFIT entendemos que la sociedad requiere de la educación y las conexiones que esta gesta para resolver los desafíos de la humanidad. Nuestros desafíos, por tanto, se acompasan a los desafíos de la sociedad. Estamos listos para encararlos con conocimiento, saber aplicado, convicción y audacia.

Conoces nuestros retos​

Índice de conteni​​d​​os GRI

​Lee y descarga​​ el ​informe co​​mpleto​

EAFIT siente, trasciende y sigue aprendiendo​​​

Somos un sistema abierto que interactúa con su entorno y, sobre todo, que aprende a partir de un flujo natural de información y conocimiento. En EAFIT, las conexiones entre personas, organizaciones y acciones son el filamento que nos une para hacer de la inspiración, la creación y la transformación ideas potentes que trasciendan para el mundo.

Nos gusta narrarnos desde la vida cotidiana que habitamos, desde la acción decidida de los integrantes de nuestra comunidad que reflejan de manera dinámica la fuerza de aquello que nos guía: nuestro valores, que son el hilo conductor de este Informe de Sostenibilidad 2023.

Hay dinamismo, como en esos bosques lluviosos donde pulula la vida. Y fuerza, como la de los frailejones del páramo que reverdecen tras el incendio. Un sistema vivo que transmuta y se adapta a los nuevos retos convocando el poder de la excelencia, la audacia, la integridad, la inclusión y el pluralismo.

Evolucionamos y nos adaptamos alrededor de un propósito superior, permitiendo la manifestación de lo sobresaliente, lo bello y lo armonioso. Somos excelencia, un itinerario de transformación constante alrededor del aprendizaje flexible y relevante, el compromiso permanente con la calidad, la potencia de nuestro talento, la huella de los graduados en el entorno y el reconocimiento del valor que le ofrecemos a la sociedad.

No le tememos a los retos. La vida siempre se abre camino ante la adversidad y la dificultad. En la incertidumbre nos reencontramos con ese espíritu emprendedor, innovador y disruptivo. Somos audacia. Lo evidencian nuestras capacidades en ciencia, tecnología e innovación; el fortalecimiento del tejido de emprendimiento de la ciudad y el país; la conexión con las tecnologías emergentes; las alianzas que generan valor y desarrollo sostenible; y la intención y acción de hacer de EAFIT un epicentro de grandes conversaciones globales.

Nos conectamos con otros, nos reconocemos como parte fundamental de un todo y sabemos que es, en el balance de todas nuestras interacciones y responsabilidades compartidas,

donde encontramos la motivación para actuar en coherencia. Somos integridad que se hace material en nuestra comunidad de talento con las iniciativas de innovación y liderazgo temprano, la conexión con la naturaleza y los desafíos ambientales, y el compromiso con la ciudadanía y el mundo.

Somos inclusión. La empatía y la solidaridad crean vínculos de confianza, nuestra humanidad nos ofrece, en el sistema vivo, la capacidad de aceptar lo único y abrazar la diferencia. En EAFIT esta convicción nos impulsa a liderar propuestas decididas por la inclusión del talento, y avanzar en nuestros compromisos con la diversidad y el género.

Este sistema vivo es, además, el punto de encuentro para multiplicidad de visiones y perspectivas, es un espacio para la convivencia en la que todos aportamos, aprendemos, crecemos, perduramos y evolucionamos. Somos pluralismo porque en EAFIT nos reconocemos en la diversidad de ideas y pensamientos para cocear juntos. En ese camino hemos enriquecido la vida académica, las conversaciones y las interacciones a través de expresiones que nos ratifican como una Universidad plural, con acción global, que cultiva el humanismo y florece en la cultura.

Desde estos valores, nuestro sistema vive, respira, se mueve, crece, cuida, muta, trasciende, sigue aprendiendo…​

Claudia
Restrepo Montoya

Rectora ​de EAFIT

Consejo Superior

Presidente
David Escobar Arango

Vicepresidente
Juan Manuel Velasco Barrera

Integrante fundador
Jorge Iván Rodríguez Castaño

Integrantes activos
Luis Miguel De Bedout Hernández
José Alberto Vélez Cadavid
Josefina María Agudelo Trujillo
Carlos Ignacio Gallego Palacio
Cipriano López González
María Clara Aristizábal Restrepo
Luz María Correa Vargas
Santiago Londoño Uribe
Magda Restrepo Arango
Lina Mejía Correa
Ana Cristina Abad Restrepo
Andrés Aguirre Martínez
Paula Moreno Zapata
Carlos Miguel Correa Tobón
Pedro Miguel Echavarría
Verónica Londoño Schnitzius

Molin​

Consejo Directivo

Presidente del Consejo Superior
David Escobar Arango

Vicepresidente del Consejo Superior
Juan Manuel Velasco Barrera

Representantes del Consejo Superior
Ana Cristina Abad Restrepo
Luis Miguel de Bedout Hernández
Lina Mejía Correa
Santiago Londoño Uribe
Magda Restrepo Arango

Representante principal de los profesores 
Juan Carlos Álvarez Álvarez

Representante suplente de los profesores
Adriana Marcela Ramírez Baracaldo

Representante principal de los estudiantes
Santiago Giraldo Bedoya

Representante suplente de los estudiantes
Juliana Cardona Jaramillo

Representante suplente de los estudiantes
María Antonia Santos Molina​

Frente a la depresión, buscar ayuda a tiempo puede hacer la diferencia​

Para este artículo una eafitense quiso compartir su testimonio de vida con la depresión. Cambiamos su nombre para proteger su identidad.

“Hoy amanecí con la depre”, es una frase muy popular que, con seguridad, hemos escuchado en varias ocasiones. Sin e​mbargo, ¿sabemos realmente qué es la depresión y cuáles son sus síntomas? E​n este artículo conversamos con una de las psicólogas de Desarrollo Estudiantil para conocer más sobre este trastorno mental.

Y para abordar la depresión también tenemos que hablar, primero de la tristeza, reconocerla y validarla como una emoción necesaria, y aprender a gestionarla y tramitarla para evitar llegar a una situación más grave.

El primer episodio de depresión que vivió Sofía* en su vida fue a los 14 años, cuando sus papás tuvieron que trasladarla de colegio. En ese momento decidió aislarse de su familia y amigos, y solo salía de su cuarto para lo que era estrictamente necesario, como ir al baño o a la cocina.

Ese momento fue leve en comparación al que vivió cuando tenía 19 años y, por razones que se salían de sus manos, tuvo que aplazar un semestre de la Universidad.

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No me paraba de la cama, no prendía la luz, duraba semanas enteras sin bañarme y tenía trastocados mis horarios de sueño al punto de no saber cuándo era de día o cuándo era de noche. Además, comía muy poco y llegué a perder hasta 10 kilos de peso”, recuerda esta eafitense, quien se desempeña como practicante de la U, y a quien le cambiamos el nombre para proteger su identidad.

Fue su mamá quien insistió en que buscara ayuda psicológica, una decisión que tomó, finalmente, porque se sintió sobrepasada por el sentimiento permanente de tristeza y vacío que experimentaba todos los días.

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“Empecé las consultas en mi ciudad natal. No fue necesario que tomara medicamentos, pero sí fueron varios meses de terapia en los que la psicóloga me dejaba varias tareas, como llevar un diario sobre lo que sentía todos los días. También conversamos mucho y fue gracias a esto que pude identificar que la raíz de mis episodios de depresión eran los cambios muy bruscos, porque estos me desestabilizaban”, agrega.

Pero además de su diagnóstico, Sofía* también se llevó varias lecciones importantes para su vida. La primera, que es muy importante buscar ayuda porque no se puede tener el control de todo, levantar la mano y acudir a los profesionales adecuados que puedan brindar herramientas y recursos para hacer frente a estas situaciones.

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“La segunda, y quizás la más importante, es que la tristeza existe, es normal y hace parte de la vida. Lo que nosotros podemos hacer, además de sentirla, es tener las herramientas necesarias para gestionarla y no dejar que interfiera en nuestras vidas”, concluye

Para hablar de depresión, 
primero hay que hablar d​​e tristeza​

Nadie está más de acuerdo con esta última frase que Eugenia Flórez Zapata, psicóloga del Departamento de Desarrollo Estudiantil. Para esta profesional, como en el caso de Sofía*, antes de hablar de depresión, el primer paso es reconocer la tristeza como una emoción válida y necesaria.

“La tristeza tiene muy ‘mala prensa´, por así decirlo, pero hace parte de la vida como la alegría o el miedo. Si no sintiéramos miedo, por ejemplo, no sabríamos identificar una situación de amenaza. Lo mismo sucede con la tristeza: es totalmente normal sentirla cuando se tiene una pérdida, del tipo que sea, y hay que permitirse vivirla para poder gestionarla y tramitarla”, puntualiza Eugenia, quien agrega que no toda tristeza es sinónimo de depresión.

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“A veces nos levantamos y decimos expresiones como ‘ay, es que estoy con la depre’, pero puede ser que simplemente estamos desanimados, y eso es normal”.

Sin embargo, cuando ese estado emocional se mantiene disminuido y se presentan situaciones como llanto aparentemente inmotivado, hipersomnia, dificultad para dormir o tristeza permanente; cuando se ven afectadas nuestras actividades cotidianas o perdemos la capacidad o el interés por disfrutar las cosas, y son síntomas que permanecen al menos por dos semanas, entonces se puede estar configurando un cuadro depresivo, y ahí es donde hay que estar alertas.

Se trata de unos síntomas que, si no tratan a tiempo, pueden agravarse y llevar a las personas a perder su capacidad de autogestión. De ahí la importancia de buscar ayuda a tiempo, porque el tipo de atención depende, en gran medida, del nivel en el que se esté.

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“En un primer nivel, por ejemplo, funciona la psicoterapia. En otros niveles moderados o graves es necesaria la medicación, especialmente para controlar los síntomas Hay que evitar llegar a un nivel grave por el riesgo de aparición de la ideación suicida”, explica.

Por eso, para Eugenia es fundamental tener en cuenta las siguientes recomendaciones:

Reconocer y validar todas las emociones que sentimos, incluida la tristeza. “No podemos estar felices todo el tiempo. La vida, como muchas cosas, tiene su balance y la tristeza también aporta a ese equilibrio”.
En caso de estar experimentando esta emoción, la segunda recomendación es identificar el o los factores que nos ayudan a gestionarlos. “A algunas personas les funciona hacerlo de manera individual, a otros el ejercicio, la lectura, la música u otra actividad que sea de su interés, o también están los que prefieren buscar un amigo, a un par o la familia. De ahí la importancia de cultivar buenos vínculos afectivos”.
Finalmente, y quizás la más importante, es desmitificar la búsqueda de ayuda. “Hay que saber pedirla y hacerlo a tiempo. Eso puede hacer una gran diferencia ante la emergencia de los síntomas”, concluye.
Recordemos que la Universidad cuenta con distintas rutas para el cuidado de la salud mental, así como el apoyo a través de la consulta psicológica para estudiantes de pregrado y posgrado, y el servicio de atención psicológica a empleados, la línea 24/7, el grupo de paramédicos para brindar primeros auxilios psicológicos, El Escuchadero (en convenio con la Alcaldía de Medellín), y el Directorio de Servicios en Salud Mental.  

Así mismo, los profesores y colaboradores también cuentan con el apoyo de una línea especializada.

Estos y muchos otros recursos los podemos consultar en el siguiente enlace​.​​​

Frente a la depresión, buscar ayuda a tiempo puede hacer la diferencia​

Para este artículo una eafitense quiso compartir su testimonio de vida con la depresión. Cambiamos su nombre para proteger su identidad.

“Hoy amanecí con la depre”, es una frase muy popular que, con seguridad, hemos escuchado en varias ocasiones. Sin e​mbargo, ¿sabemos realmente qué es la depresión y cuáles son sus síntomas? E​n este artículo conversamos con una de las psicólogas de Desarrollo Estudiantil para conocer más sobre este trastorno mental.

Y para abordar la depresión también tenemos que hablar, primero de la tristeza, reconocerla y validarla como una emoción necesaria, y aprender a gestionarla y tramitarla para evitar llegar a una situación más grave.

El primer episodio de depresión que vivió Sofía* en su vida fue a los 14 años, cuando sus papás tuvieron que trasladarla de colegio. En ese momento decidió aislarse de su familia y amigos, y solo salía de su cuarto para lo que era estrictamente necesario, como ir al baño o a la cocina.

Ese momento fue leve en comparación al que vivió cuando tenía 19 años y, por razones que se salían de sus manos, tuvo que aplazar un semestre de la Universidad.

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No me paraba de la cama, no prendía la luz, duraba semanas enteras sin bañarme y tenía trastocados mis horarios de sueño al punto de no saber cuándo era de día o cuándo era de noche. Además, comía muy poco y llegué a perder hasta 10 kilos de peso”, recuerda esta eafitense, quien se desempeña como practicante de la U, y a quien le cambiamos el nombre para proteger su identidad.

Fue su mamá quien insistió en que buscara ayuda psicológica, una decisión que tomó, finalmente, porque se sintió sobrepasada por el sentimiento permanente de tristeza y vacío que experimentaba todos los días.

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“Empecé las consultas en mi ciudad natal. No fue necesario que tomara medicamentos, pero sí fueron varios meses de terapia en los que la psicóloga me dejaba varias tareas, como llevar un diario sobre lo que sentía todos los días. También conversamos mucho y fue gracias a esto que pude identificar que la raíz de mis episodios de depresión eran los cambios muy bruscos, porque estos me desestabilizaban”, agrega.

Pero además de su diagnóstico, Sofía* también se llevó varias lecciones importantes para su vida. La primera, que es muy importante buscar ayuda porque no se puede tener el control de todo, levantar la mano y acudir a los profesionales adecuados que puedan brindar herramientas y recursos para hacer frente a estas situaciones.

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“La segunda, y quizás la más importante, es que la tristeza existe, es normal y hace parte de la vida. Lo que nosotros podemos hacer, además de sentirla, es tener las herramientas necesarias para gestionarla y no dejar que interfiera en nuestras vidas”, concluye

Para hablar de depresión, 
primero hay que hablar d​​e tristeza​

Nadie está más de acuerdo con esta última frase que Eugenia Flórez Zapata, psicóloga del Departamento de Desarrollo Estudiantil. Para esta profesional, como en el caso de Sofía*, antes de hablar de depresión, el primer paso es reconocer la tristeza como una emoción válida y necesaria.

“La tristeza tiene muy ‘mala prensa´, por así decirlo, pero hace parte de la vida como la alegría o el miedo. Si no sintiéramos miedo, por ejemplo, no sabríamos identificar una situación de amenaza. Lo mismo sucede con la tristeza: es totalmente normal sentirla cuando se tiene una pérdida, del tipo que sea, y hay que permitirse vivirla para poder gestionarla y tramitarla”, puntualiza Eugenia, quien agrega que no toda tristeza es sinónimo de depresión.

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“A veces nos levantamos y decimos expresiones como ‘ay, es que estoy con la depre’, pero puede ser que simplemente estamos desanimados, y eso es normal”.

Sin embargo, cuando ese estado emocional se mantiene disminuido y se presentan situaciones como llanto aparentemente inmotivado, hipersomnia, dificultad para dormir o tristeza permanente; cuando se ven afectadas nuestras actividades cotidianas o perdemos la capacidad o el interés por disfrutar las cosas, y son síntomas que permanecen al menos por dos semanas, entonces se puede estar configurando un cuadro depresivo, y ahí es donde hay que estar alertas.

Se trata de unos síntomas que, si no tratan a tiempo, pueden agravarse y llevar a las personas a perder su capacidad de autogestión. De ahí la importancia de buscar ayuda a tiempo, porque el tipo de atención depende, en gran medida, del nivel en el que se esté.

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“En un primer nivel, por ejemplo, funciona la psicoterapia. En otros niveles moderados o graves es necesaria la medicación, especialmente para controlar los síntomas Hay que evitar llegar a un nivel grave por el riesgo de aparición de la ideación suicida”, explica.

Por eso, para Eugenia es fundamental tener en cuenta las siguientes recomendaciones:

Reconocer y validar todas las emociones que sentimos, incluida la tristeza. “No podemos estar felices todo el tiempo. La vida, como muchas cosas, tiene su balance y la tristeza también aporta a ese equilibrio”.
En caso de estar experimentando esta emoción, la segunda recomendación es identificar el o los factores que nos ayudan a gestionarlos. “A algunas personas les funciona hacerlo de manera individual, a otros el ejercicio, la lectura, la música u otra actividad que sea de su interés, o también están los que prefieren buscar un amigo, a un par o la familia. De ahí la importancia de cultivar buenos vínculos afectivos”.
Finalmente, y quizás la más importante, es desmitificar la búsqueda de ayuda. “Hay que saber pedirla y hacerlo a tiempo. Eso puede hacer una gran diferencia ante la emergencia de los síntomas”, concluye.
Recordemos que la Universidad cuenta con distintas rutas para el cuidado de la salud mental, así como el apoyo a través de la consulta psicológica para estudiantes de pregrado y posgrado, y el servicio de atención psicológica a empleados, la línea 24/7, el grupo de paramédicos para brindar primeros auxilios psicológicos, El Escuchadero (en convenio con la Alcaldía de Medellín), y el Directorio de Servicios en Salud Mental.  

Así mismo, los profesores y colaboradores también cuentan con el apoyo de una línea especializada.

Estos y muchos otros recursos los podemos consultar en el siguiente enlace​.​​​

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