El Acuerdo de Guadalajara abre un nuevo capítulo para la ciencia en español y portugués
El acuerdo reúne a las asociaciones de editoriales universitarias iberoamericanas con el fin de reconocer el español y el portugués como lenguas científicas. Entre sus proyectos se destacan la creación de catálogos temáticos, una red iberoamericana de editoriales, y plataformas que faciliten la circulación de las publicaciones.
Durante la Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín, Sayri Karp Mitastein (directora de la Editorial de la Universidad de Guadalajara) y Esteban Duperly Posada (jefe de la Editorial EAFIT) conversaron sobre la importancia de este acuerdo para la democratización del conocimiento académico.
En un mundo donde el inglés sigue dominando la validación del conocimiento científico, el Acuerdo de Guadalajara plantea una propuesta diferente: reconocer el español y el portugués como lenguas científicas.
Este fue uno de los mensajes centrales de la conversación que reunió a Sayri Karp Mitastein, directora de la Editorial de la Universidad de Guadalajara, y a Esteban Duperly Posada, jefe de la Editorial EAFIT, en la programación del Salón Iberoamericano del Libro Universitario de la Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín, que este año recibe a Jalisco (México), como invitado de honor.
En el encuentro, ambos coincidieron en que este acuerdo, firmado en 2024 por las asociaciones editoriales universitarias iberoamericanas durante el XI Foro Internacional de Edición Universitaria y Académica, celebrado en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), representa un nuevo punto de partida para democratizar la producción académica y romper con la hegemonía del inglés en la divulgación científica.
“El mundo anglosajón nos ha dicho que el conocimiento que está en inglés tiene más valor que cualquier otra lengua, y que el resto de mundo debe participar de ese proyecto, donde se decidió dividir el tipo de conocimiento. En América Latina tenemos esta gran ventaja: millones de hablantes y lectores interesados en leer la ciencia en nuestro propio idioma”, afirmó Sayri Karp.
El acuerdo es fruto de décadas de trabajo conjunto entre asociaciones editoriales universitarias iberoamericanas. Estas organizaciones han desarrollado proyectos colectivos como catálogos temáticos, encuentros de ciencia abierta y participación en foros internacionales de edición académica. La firma del Acuerdo de Guadalajara representa, según Sayri, un paraguas amplio que integra estrategias y proyectos comunes para fortalecer la circulación del conocimiento.
En esa misma línea, Juan Felipe Córdoba Restrepo, director editorial de la Universidad del Rosario en Bogotá, quien también ha hecho parte del proceso del acuerdo, destacó: “El espíritu del acuerdo es apuntarle al formato libro, porque la revista ya tiene un terreno ganado en inglés y existe la idea de que la medición de la ciencia debe hacerse en ese idioma. El español ocupa un lugar importante en la divulgación científica, pero no en la medición que realizan las agencias”.
Iniciativas que dan vida al acuerdo
Una de las propuestas más avanzadas del Acuerdo de Guadalajara es el catálogo iberoamericano, que reúne más de 75 mil referencias de 324 editoriales universitarias. Este esfuerzo busca ofrecer a investigadores, estudiantes y autoridades académicas un panorama amplio y diverso de la producción científica en español y portugués, con la posibilidad de posicionar esta oferta en el ámbito internacional.
Durante la conversación también se mencionaron otros proyectos en desarrollo, como la creación de una red de comunicación entre las editoriales universitarias para amplificar la voz de lo que se produce en Iberoamérica, la continuidad en la elaboración de catálogos temáticos y el diseño de plataformas que faciliten la circulación del conocimiento.
Frente a estas propuestas, los retos no son menores. Una de las dificultades señaladas es el diálogo aún frágil con las agencias de evaluación científica, que tradicionalmente privilegian las publicaciones en inglés y las revistas por encima de los libros. Cambiar esta dinámica implica un trabajo político y cultural de largo aliento, en el que los ministerios de educación, innovación y ciencia de cada país deberán jugar un papel decisivo.
El Acuerdo de Guadalajara también abre la posibilidad de redefinir la diplomacia cultural y científica de Iberoamérica. Para lograrlo, es clave que los Estados reconozcan el valor de sus editoriales universitarias, no solo como productoras de libros, sino también como generadoras de patrimonio intelectual, y como actores estratégicos en la proyección internacional de la ciencia en español y portugués.
Otro aspecto abordado fue la necesidad de educar a investigadores y autores para que valoren y defiendan la publicación en sus propias lenguas. “Una acción inmediata de las editoriales es compartir este acuerdo con investigadores y autores, porque aún persiste la idea de que, si un trabajo no se publica en inglés, no tiene valor. Debemos educar a nuestros autores y mostrarles que los catálogos de cada universidad forman parte de una red mayor, donde su producción académica gana visibilidad y reconocimiento”, señaló Esteban Duperly.
La conversación concluyó con un mensaje de optimismo: el Acuerdo de Guadalajara no solo reconoce el valor de publicar en español y portugués, sino que marca el inicio de una estrategia colectiva para derribar mitos. En palabras de Sayri Karp, se trata de “un movimiento para demostrar que la ciencia hecha en nuestras lenguas tiene la misma importancia y calidad que la producida en cualquier otro idioma del mundo”.
